Ceres Milani, la secretaria de Alastor, era una chica muy dulce y bastante tímida.Los primeros días trabajando con ella habían sido sumamente complicados, pues la loba, le hablaba en voz baja y no se atrevía a mirarlo a los ojos, por lo que Neilan, tuvo que estar presente cada vez que la loba debía informarle algo.Alrededor de la segunda semana de trabajar juntos, la loba comenzó a tomar confianza, por lo que Dante pudo entender el por qué Anna la admiraba y el por qué Alastor confiaba tan ciegamente en ella.Ceres era eficiente y se entregaba completamente a sus obligaciones, era la primera que llegaba y la última que se marchaba de la oficina, y de alguna forma, se las ingeniaba para aclarar sus dudas mucho antes de que él preguntara.Que ella actuara así, hizo pensar a Dante que ambos podrían llegar a congeniar y trabajar de manera eficiente ante la ausencia de Alastor, sin embargo, desde hacía ya un par de semanas, la loba había cambiado bastante.Al principio, solo fue su forma
Ante las palabras de su amiga, Anna soltó una risita, una que le costó un fuerte dolor.―No seas así Gaby, siento que me estoy muriendo ―dijo Anna con dificultad― ¿Gabrielle? Tengo el hielo ―dijo Tea tras llamar a la puerta―Gracias Tea, déjalo afuera, yo me encargo de vaciarlo, puedes volver a tu puesto ――Vale, pero, Gaby, ¿la señorita Anna está bien? ―preguntó Tea con evidente preocupación―Claro, ya está despierta, por lo que los balbuceos sucios hacia su compañero se han detenido ―dijo Gabrielle reprimiendo una carcajada― ¡Gabrielle! ―exclamó una muy avergonzada Anna tras escuchar la suave risa de Tea―Veo que ya está bien ―dijo Tea aún riendo ―Llámame si necesitan algo más ――Claro, gracias Tea ―dijo Gabrielle poniéndose de pie ― ¿Qué dices Annita? ¿Estás cómoda? ――Sí, pero el agua se siente caliente ―dijo revolviéndose ligeramente, lo que provocó que los hielos en la tina se reacomodaran―Vale, entonces deja que tu gamma se ocupe de ti ―dijo Gabrielle antes de volver a abrir
Deteniéndose a medio camino, Chloe suspiró y pensó en sus hermanos para armarse de valor.Ella no era Laisha, por lo que no era buena con los conjuros, tampoco podía controlar los elementos como su hermano, y en cuanto a nivel de magia, no se acercaba ni a los talones de Emmet, quien dominaba un amplio abanico de habilidades mágicas. Sin embargo, era la única que podía ser algo por su manada.Si alguien estaba intentando usar magia contra Loto de Luna, era su deber y su responsabilidad como la única hechicera del lugar protegerlos a todos.―No me dejes sola ―susurró Chloe apretando ligeramente el collar que Egan le había regaladoCon un poco más de confianza, la loba se dirigió directamente al auto de Ceres y se escondió en la parte trasera de este para intentar sentir cualquier indicio de magia.“Sin duda es una maldición” ―gruñó Coral“Sí, Ceres debe estar bajo una maldición” ―dijo Chloe posando sus manos sobre el auto“¿Cómo es posible? ¿Cómo engañaron a los talismanes de Laisha?”
― ¡Dante! ―exclamó Anna de repente a la vez que se incorporaba bruscamente en la cama― ¿Anna? ¿Qué sucede? ―preguntó Gabrielle apresurándose a acercarse a ella―Gabrielle… ―susurró Anna dirigiendo su mirada hacia su amiga ― ¿Qué…? ¿Qué hora es? ――Son las once ―dijo Gabrielle ― Anna, ¿qué sucede? ―preguntó al ver que su amiga jadeaba y se apretaba el pecho con una mano―N-No lo sé, Gabrielle… A-Algo está mal… Me duele el pecho ―dijo Anna con lágrimas en los ojosAlgo inquieta, Gabrielle dirigió su mirada hacia la ventana. La noche estaba bastante oscura, por lo que, en la casa de la manada, todo estaba en penumbra, todo excepto el despacho del alfa.Hasta donde había averiguado, Chloe y Ariana estaban en la casa de los hermanos Bennet, pues según lo que se le había informado, Chloe estaba algo desanimada y Ariana la había acompañado a su cabaña, por lo que sabía que, en casa, solo había dos personas.―Por favor, Gabrielle, llévame con Dante… Si-Siento que me está llamando ―dijo Anna
Al verse ignorada, la joven loba cerró los ojos, no podía seguir viendo como el rostro de su compañero se mantenía oculto entre los pechos de Ceres, quien al notar lo que ella veía, con una de sus manos, empujó la cabeza de Dante contra sus pechos con más fuerza, algo que a ella le arrancó un sonoro gemido.― ¡Dante! ―exclamó Catherine horrorizada al ver la escena, pues justo en ese momento, Ceres comenzaba a hacer movimientos circulares con sus caderasRehusándose a seguir escuchando los gemidos de Ceres un minuto más, Anna se dio la media vuelta y se apresuró a dejar la oficina.Dante ni si quiera se había dignado a mirarla a ella o a Catherine, ni si quiera parecía importarle, pues el hombre, seguía sentado cómodamente permitiendo que Ceres siguiera montándolo.Dejando escapar un sollozo, Anna se precipitó fuera de la casa de la manada con el corazón hecho pedazos.― ¡No, Anna! ―gritó Gabrielle saliendo detrás de ella― ¿Qué carajos haces Dante? ―preguntó una muy furiosa Catherine
Ante la petición de Chloe, Dante no necesitó escuchar nada más para aumentar la velocidad.Con cada paso que daba, el lobo intentaba recordar que era lo que había pasado, sin embargo, nada venía a su mente.¿Qué era lo que había hecho?Chloe no le había dicho absolutamente nada, sin embargo, si que le había mostrado una píldora, lastimosamente, no la recordaba bien, no la había podido ver claramente, pues en ese momento, su visión estaba borrosa.A decir verdad, aún no veía bien, y para empeorarlo todo, el cuerpo le dolía y le gritaba que se detuviera, sin embargo, luchó contra aquella sensación, pues su prioridad, era el bienestar de su compañera.Con dicho pensamiento en mente, Damon pronto se adentró en la zona residencial para poder rastrear a su compañera, la cual, había cambiado abruptamente de dirección y ahora se dirigía hacia el bosque.“Lysander, ¿quién está de guardia en los límites de la zona residencial?”“El grupo de Owen y Asher, incluso yo mismo estoy dando un rondín”
―Por favor, por favor, Anna, no me rechaces, no hagas esto ―dijo Dante con un tono tan suplicante, que incluso a él le costó reconocer su propia voz ―Te juro que no sé que diablos está pasando, de verdad, te juro que no lo sé, lo único que sé, es que te amo, por lo que, si tú me rechazas…―― ¿Cómo te atreves a decir que me amas? ¡La Luna Catherine y yo te vimos con Ceres! ¡Las dos vimos como me traicionabas! ―exclamó Anna con los ojos llenos de lágrimas a la vez que intentaba librarse de su agarreAnte los gritos de su compañera, Dante se congeló.¿Traicionarla? ¡Jamás! Él nunca haría eso.―No, yo no… ――Yo te vi Dante ―dijo Anna intentando controlar su llanto ―No fue un chisme o un rumor, yo te vi con ella, sentí como me moría por tu traición, lo peor de todo, fue que a ti ni siquiera te importó vernos a la Luna y a mí, seguiste cogiéndotela como si nada ―gruñó empujándolo bruscamente―Eso es imposible Anna, yo jamás te haría eso, tú eres lo más importante para mí ―dijo Dante con seg
Ante su propia pregunta, Anna negó con la cabeza y volvió a esconder su rostro en el lomo de Damon en un intento por calmarse para poder pensar con claridad.¿Qué tipo de explicación podría haber? ¿Un hechizo? ¿Una maldición?Imposible…El territorio estaba protegido y Dante llevaba más de dos semanas sin dejar la manada, sin mencionar que ella y Dante, recientemente habían bebido la pócima de protección.¿Se habían metido con su vínculo? No…Hubiera dado paso a la duda si no hubiera visto con sus propios ojos cómo Ceres montaba a su compañero.Entonces… ¿Qué tipo de explicación podía haber? Nada le cuadraba.“Pequeña, nunca subestimes a un hechicero de Arcadia”Al recordar las palabras de su padre, Anna se aferró fuertemente al pelaje de Damon, algo que lo hizo gruñir nuevamente“Papá… ¿Esto es a lo que te referías?”“No nos queda nada más que tener la mente abierta” ―gruñó AmaraAsintiendo, Anna se enderezó justo cuando Damon aumentaba la velocidad al encontrarse cerca de la casa de