―Cariño, debemos darnos prisa si queremos alcanzarlos en el portón oeste ―le susurró Dante antes de entregarle su micrófono a Jared mientras que Gabrielle tomaba el de Anna― ¿Qué? ¿De qué hablas? ―preguntó Anna confundida―Sé que quieres despedirte de todos, así que venga, démonos prisa ―dijo Dante tomando su mano para bajarla del escenario ―Ya sabes que hacer ―le dijo a Rafael, quien asintió antes de subir para interpretar su papel de animador como cada evento de la manadaSin perder más tiempo, Dante dirigió a Anna por el camino que Elizabeth le había indicado, por el cual, había una zona un poco oscura y alejada de la vista de todos, por lo que nadie podría verla quitarse el vestido y su momentánea ausencia podría pasar desapercibida.―Venga cariño, date prisa, tenemos el tiempo justo ―la apremió el joven loboAsintiendo, Anna se apresuró a quitarse los tacones, sin embargo, justo cuando estaba por quitarse el vestido, el sonido de una rama rompiéndose los alertó a ambos.―Quiero
Al ver al hechicero a su lado, Anna se puso de pie, tomó el pañuelo y se apresuró a envolver a Emmet en un fuerte abrazo.―Tranquila, lo protegeremos ―le susurró Emmet a la vez que le devolvía el abrazo―Lo sé, confío en ustedes, sin embargo, por favor prométeme que ustedes también se cuidarán ――Por supuesto, volveremos todos a casa, te lo prometo cachorrita ―le susurró el hechicero―E-Estrellita…――Gael, no llores ―le pidió Anna al ver que su mejor amigo estaba hecho un mar de lágrimas― ¡Mi estrellita! ―exclamó Gael a la vez que corría a abrazarla ―Te prometo que voy a proteger a todos estos musculitos y te los traeré de regreso ―Byron, quien en ese momento charlaba con Jared, gruñó molesto ante el apodo de “musculitos”―Dijiste que no te importaba ―lloriqueó Gael―Tranquilo Gael ―le dijo Anna suavemente ― ¿Puedo pedirte que también me traigas a Laisha de regreso? ―― ¿Enserio la quieres? Yo planeaba dejarla en una isla ―dijo Gael antes de sorberse la nariz―La quiero de vuelta Ga
Tras haberse despedido de Alastor y los demás, Anna y Dante volvieron a la fiesta, la cual, estaba en su punto más álgido.La mayoría de los jóvenes bailaban y cantaban en la pista, los mayores, bebían y charlaban animadamente en sus mesas o desperdigados por el lugar.Que la fiesta tuviera tal ambiente, al principio molestó a Anna.¿Acaso nadie había notado la ausencia de su padre?¿Acaso nadie había notado que Ella estaba sola?¿Acaso nadie había notado lo desanimada que estaba Chloe?¿Por qué nadie se preguntaba dónde estaba Tasso? ¡A esas alturas el hombre ya debería estar alabando lo buena que estuvo la comida!¿Por qué todos estaban haciendo oídos sordos del llanto de la pequeña Rosella? ¿Acaso no les importaba?Respuesta corta, les importaba.Conforme Anna avanzaba por el pequeño claro, pudo escuchar a algunos cachorros preguntarles a sus padres por él alfa, a lo que ellos respondían: “Él volverá pronto, divirtámonos por él” O “Ha iniciado su viaje, ya verás que no tardará en vo
Sentada en su escritorio, Anna se encontraba tratando de adelantar la mayor cantidad de deberes posible, pues su viaje a Rónan, se encontraba a la vuelta de la esquina.Debido a ese viaje, su abuela Alda le había pedido que adelantara todos sus trabajos finales para que su ausencia, no repercutiera en sus notas, pues sus constantes faltas al instituto, ya se estaban encargando de eso.Al principio de todo, a Anna le había parecido una buena idea, sobre todo, una justa, pues ciertamente, desde que había regresado a su manada, sus faltas eran constantes. Sin embargo, el día en que su abuela le entregó la larga lista de deberes, Anna estuvo a punto de decirle a Dante que se fuera a Rónan sin ella.“GAME OVER”―Ratas… ―gruñó Ares―Ares, ¿puedes apagar eso e ir con mamá? ―le pidió Anna, quien, por tercera ocasión, había escrito “ratas” en su trabajo de gretz―No Anna, es tu turno, yo le subí el sándwich en la mañana ―dijo el lobato a la vez que bajaba el volumen de su juegoCon un suspiro,
Ante la desesperación de su hermana Ares soltó una risita.―Tranquila Anna, todo está bien, Owen dijo que las cosas con los guerreros comienzan a calmarse ――Ah, gracias a la diosa ―dijo Anna soltando un suspiro ―Entonces, ¿a dónde vas? ――Lysander prometió entrenarme hoy ―dijo Ares siguiendo a su hermana rumbo a las escaleras― ¿Entrenar? Ah… Aún no puedes creer que Mona te haya ganado ¿eh? ―preguntó Anna recordando cómo a su hermano lo habían derrotado en las prácticas de combate en su escuela―Soy el hijo del alfa… No debí haber perdido así ―gruñó el lobato evidentemente molesto―Está bien, está bien, ve a entrenar para que puedas derrotar a esa niña buscapleitos ―dijo Anna recordando cómo la semana anterior, ante la derrota de su hermano, Asher y Jared habían tenido que sujetarla para impedirle bajar de las gradas para ir a atacar a Mona, pues la lobata, se había estado burlando de Ares por haberle ganado―Ya lo verás hermana, esto no se quedará así ―dijo Ares gruñendo antes de ap
Desesperada por alcanzar a Dante, Anna se estiró sobre el escritorio, sin embargo, el cuerpo comenzó a dolerle de una manera infernal, lo que provocó que la joven se desplomara pesadamente.El dolor era tal, que Anna comenzó a perder la noción de lo que sucedía a su alrededor.―Sáquenla de aquí ―escuchó decir a Dante, cuya voz parecía sumamente lejanaDespués de eso, todo se volvió oscuridad y silencio.― ¡Esa tina debe de estar llena! ―escuchó gritar a Gabrielle ― ¡Tea! ¡Tráeme más hielo! ―Confundida por los gritos, Anna intentó abrir los ojos, sin embargo, los sentía sumamente pesados, por lo que le resultó una tarea imposible.No estaba segura de que era lo que estaba pasando, simplemente sabía que alguien la sujetaba firmemente de la cintura mientras que un chorro de agua helada caía sobre ella.―Ya no hay Gabrielle, Pía envió a Lysander y a Jared a traer más bolsas ―explicó Tea mientras vaciaba una enorme bolsa de hielos a la tina del baño― ¿Qué hay de Chloe? ¿Aún no llega? ―pr
Ceres Milani, la secretaria de Alastor, era una chica muy dulce y bastante tímida.Los primeros días trabajando con ella habían sido sumamente complicados, pues la loba, le hablaba en voz baja y no se atrevía a mirarlo a los ojos, por lo que Neilan, tuvo que estar presente cada vez que la loba debía informarle algo.Alrededor de la segunda semana de trabajar juntos, la loba comenzó a tomar confianza, por lo que Dante pudo entender el por qué Anna la admiraba y el por qué Alastor confiaba tan ciegamente en ella.Ceres era eficiente y se entregaba completamente a sus obligaciones, era la primera que llegaba y la última que se marchaba de la oficina, y de alguna forma, se las ingeniaba para aclarar sus dudas mucho antes de que él preguntara.Que ella actuara así, hizo pensar a Dante que ambos podrían llegar a congeniar y trabajar de manera eficiente ante la ausencia de Alastor, sin embargo, desde hacía ya un par de semanas, la loba había cambiado bastante.Al principio, solo fue su forma
Ante las palabras de su amiga, Anna soltó una risita, una que le costó un fuerte dolor.―No seas así Gaby, siento que me estoy muriendo ―dijo Anna con dificultad― ¿Gabrielle? Tengo el hielo ―dijo Tea tras llamar a la puerta―Gracias Tea, déjalo afuera, yo me encargo de vaciarlo, puedes volver a tu puesto ――Vale, pero, Gaby, ¿la señorita Anna está bien? ―preguntó Tea con evidente preocupación―Claro, ya está despierta, por lo que los balbuceos sucios hacia su compañero se han detenido ―dijo Gabrielle reprimiendo una carcajada― ¡Gabrielle! ―exclamó una muy avergonzada Anna tras escuchar la suave risa de Tea―Veo que ya está bien ―dijo Tea aún riendo ―Llámame si necesitan algo más ――Claro, gracias Tea ―dijo Gabrielle poniéndose de pie ― ¿Qué dices Annita? ¿Estás cómoda? ――Sí, pero el agua se siente caliente ―dijo revolviéndose ligeramente, lo que provocó que los hielos en la tina se reacomodaran―Vale, entonces deja que tu gamma se ocupe de ti ―dijo Gabrielle antes de volver a abrir