Al llegar al portón principal, Dante se estacionó junto a su propia camioneta, la cual, estaba estacionada frente la casa de juntas, donde fueron recibidos por Gino y Naoki.―Buenos días, señorita Anna ―la saludó Naoki tras abrirle la puerta del auto―Buenos días Naoki ―lo saludó Anna alegremente antes de guiarlo a la casa de juntas, la cual, tenía abierta la puerta corrediza que estaba junto al comedor ― ¿Cómo te sientes? ――Emocionado ―dijo el hombre con una sonrisa ―No puedo esperar para poder reunirme finalmente con mi familia ――Entonces al mal paso darle prisa ―dijo Neilan colocando una caja de madera sobre el comedorEn la caja, podían apreciarse cinco botellas, las cuales, contenían un espeso líquido de color verdoso, el cual, parecía tener un sabor amargo, pues cada vez que los chicos la bebían, ninguno podía evitar hacer un gesto de desagrado.Con un suspiro resignado, Dante destapó dos botellas, y se apresuró a entregarle una a Anna, quien, de mala gana, se bebió el contenid
Tras algunas horas de viaje, en el auto de Dante, Anna se debatía entre el sueño y la emoción que recorría sus venas, pues las hermosas vistas que le ofrecía la carretera la tenían completamente fascinada, desde los verdes campos y las colinas, hasta la gran cantidad de autos que viajaban en la misma carretera.No tenía ni idea del por qué cosas tan simples le emocionaban tanto, pero definitivamente era una sensación que le encantaba.―Deberías dormir cariño, tus ojos se cierran desde hace dos horas ―le dijo Dante a Anna cuando la joven bostezó por tercera vez consecutiva―No puedo evitarlo ―dijo Anna dirigiendo su mirada hacia él ―Estoy cansada, sí, pero no quiero perderme nada del camino ―dijo emocionada antes de volver su mirada a la ventana ―Es la primera vez que salgo de Wolfsong, ¿recuerdas? ――Lo sé nena, pero este es sólo nuestro primer viaje, tienes ante ti un montón de sucesiones a las cuales asistir en el futuro ―dijo Dante dedicándole una rápida mirada antes de centrarse n
Durante lo que fue casi una hora, condujeron por la ciudad hasta que finalmente dieron con la salida que conducía al bosque que pertenecía al territorio de Félix, por lo que, al cabo de dos horas más de viaje, finalmente pudieron notar que habían llegado, pues el camino, estaba bien vigilado por hombres y lobos que les hacían gestos indicándoles el camino que debían seguir.―Aquí estamos ―dijo Dante cuando, en la distancia, una hermosa zona protegida por una alta verja apareció ante ellos―Y ahí está Félix ―dijo Anna con sorpresa, pues al parecer, el joven los estaba esperando, pues, al distinguir el auto en la distancia, Félix los saludó con su manoVer cómo el Portofino plateado se detenía justo frente a él, hizo sonreír a Félix, sobre todo, cuando de él, se bajó su mejor amigo.Si bien habían p
Ante las palabras de su mayordomo, Félix sonrió encantado.―Excelente, gracias, Casio ―dijo el joven ―Por favor, encárgate de llevar sus cosas a sus respectivas habitaciones ――Como usted diga joven alfa ―dijo Casio haciendo una reverencia antes de hacerles un gesto a los dos jóvenes que lo seguían, los cuales, se apresuraron a bajar las maletas de la camioneta que Gino había dejado abierta ―Si me disculpan, yo me encargaré de guardar los vehículos ――Gracias, Casio ―dijo Dante entregándole su llave al igual que Gino―Que bueno tenerlo de vuelta joven Dante ―dijo Casio antes de dirigirle una reverencia, para, inmediatamente después, dirigirse al lado del conductor del Portofino―Ah, ¡un momento! ―exclamó Anna antes de apresurarse a inclinarse sobre el coche para poder tomar su bolso ―Casi lo olvido ―dijo algo apenadaLa verdad, era que ella echaba de menos su
Al verse descubierto, Lysander suspiró frustrado y dirigió su mirada hacia Dante.―Bueno, no pensé que fuera un secreto, ósea sí ―se apresuró a decir cuando Anna y Gino dirigieron su mirada hacia él ―Pero no para Félix, ¡les juro que solo se lo conté a él! ¡Ni si quiera entré en detalles! ――Es cierto ―intervino Félix ―No lo regañen, sólo me contó que Laisha había usado un extraño conjuro para ayudarte en tu papel de ‘alfa representante’ ―Irritado, Dante gruñó y le dedicó una mirada asesina a su beta.―Dime que sólo se lo dijiste a Félix ―― ¡Por supuesto! ¿Por quién me tomas? ―preguntó Lysander visiblemente ofendido―Yo que tú no haría esa pregunta ahora Lys ―dijo Anna acariciando suavemente el brazo de Dante, quien se relaj
Ante las palabras de Félix, Dante y Lysander intercambiaron miradas nerviosas.― ¿Qué has dicho? ―preguntó DanteCon un suspiro, Félix dejó su copa en la mesa, los observó un momento y después dirigió su mirada hacia Naoki y a su familia, quienes estaban charlando animadamente.En la distancia, parecía que el pequeño le mostraba algo en el teléfono de Dava, quien parecía estar disfrutando la escena como la que más.Después, Félix dirigió su mirada hacia la joven criada que los había estado atendiendo.Ella charlaba animadamente con otra joven, mientras que ambas, se dirigían al interior de la mansión.―Dije que Arcadia planea declararnos desprotegidos ―dijo Félix con amargura― ¿Por qué? ―preguntó Dante con indignación―No puedo decírselos aqu&iacut
Cuando Dante terminó su relato, todos en el despacho guardaron silencio y se sumergieron en sus pensamientos para poder procesar la información dicha.Por su parte, Lysander observaba atentamente la reacción de Félix, cuyos ojos, usualmente azules, en ese momento desprendían un llamativo color rojizo, lo que le indicaba que Fotios, arañaba la superficie.―No puedo creerlo ―dijo Félix en un débil susurro a la vez que colocaba sus manos detrás de su nuca y echaba su cabeza hacia atrás ―El alfa Alastor… El legítimo rey licántropo…――Dante, lo lamento, pero, eso quiere decir que tu compañera, ¿es la princesa perdida? ―preguntó Ángel, quien parecía completamente en shock―Sí, aun que no es fanática del título de princesa ―dijo Dante sonriendo― ¡Claro! ―exclamó Félix de repente, lo que los sobresaltó a todos, sobre todo a Lysander, quien dio un pequeño salto ― ¡Por eso la figura de Amara me resultaba tan familiar! ―dijo poniéndose de pie rápidamente para dirigirse a una estantería cercana
En Rónan, la capital de Idania, eran alrededor de las cinco, por lo que Anna y Gino paseaban tranquilamente por los alrededores de la mansión de Félix junto a Iris, quien les mostraba todos los pequeños comercios que estaban cerca de la mansión, donde la mayoría de los miembros de la manada, acudían para reabastecerse o para comerciar con algunos vendedores.Gracias a que el lugar era una zona concurrida, muchos transeúntes se detenían para saludar a Iris, sin embargo, al notar la presencia de Anna y Gino, cambiaban de opinión y le dedicaban una profunda reverencia a la joven invitada.―No son ciegos Anna ―dijo Gino riendo cuando la joven soltó un gruñido frustrado, cuando, una joven pareja, tras dedicarles una profunda reverencia, se apresuraron a marcharse ―Llevas el uniforme de una futura alfa ――Bueno sí, pero no es para tanto, sólo soy una joven, no muerdo ―gru