Antes de la Boda...
—Maldición... esos estúpidos oficiales. ¡Vladimir! ¿Dónde se habrá metido ese maldito viejo?
Alek gritaba enfurecido tratando de buscar a Vladimir Romanov, el padre de Raisa. Todos estaban en la mansión Vólkov tratando asuntos de negocios cuando una llamada lo alertó de que los oficiales de la DEA estaban allanando las bodegas usadas para el tráfico de drogas y armas, entre ellas también fueron encontradas las de tratas de blancas.
—¿Qué sucede, por qué tanto alboroto?
—¿Cómo que qué sucede, es que acaso tú sabes algo? —Indagó Alek tratando de descifrar algo en la mirada del viejo ruso.
—Algo como qué, habla claro.
—Nuestras bodegas han sido interceptadas por los oficiales de la DEA y el FBI, han capturado a muchos de los nuestros y...
<Boris se llevó una mano a la nuca intentando calmar el dolor del golpe recibido, sintió la tibieza del viscoso líquido que emanaba del golpe.—¡Ay! Maldito Alek, me rompió la cabeza.—Señor déjeme ayudarlo.—No es necesario, ayuda a Mijaíl, hay que llevarlo a una clínica cuanto antes.Boris permanecía arrodillado en el suelo intentando calmar el dolor y el leve mareo que sintió a causa del golpe.—Tiene una grave herida de puñal en el abdomen, debemos trasladarlo a una clínica.—Permítame señor...—Déjame, ayúdalo a él. Llévalo al aeropuerto y trasládalo a la clínica de la familia.—Señor... su... su padre se ha llevado el jet.—Maldición... Llama a Dimitri, dile que necesitamos salir de aquí que busque un bue
Una negra oscuridad, minúsculos girones de colores bailaban frente a sus ojos, los cuales le pesaban para abrir. Angelina se dio la vuelta en el duro y tibio colchón bajo su cuerpo, tomó la manta por la punta para cubrirse el rostro de la tenue luz del sol que se filtraba por la única ventana del lugar y la cual le empezó a incomodar la vista, un asqueroso, pero leve olor a humedad y moho le golpeó en la nariz. Domingo. No era necesario despertar temprano. Podía permanecer todo el día tumbada en la cama disfrutando de su esposo, de sus besos, sus caricias, de todo lo que representaba ese hombre para ella. Hoy podrían seguir en su delirio de amor, marcándose, mimándose, entregándose a esa pasión que solo él le despertaba. Quiso tocarlo, por lo que extendió su brazo hacia su lado para sentir su musculoso y sensual cuerpo, pero solo palpó los nudos del duro y áspero colchón a su lado. Intentó incorporarse, pero su cuerpo se quejó de dolor, no quiso abrir
Alek subía las por las escaleras hacia las habitaciones, iba acompañado de dos exuberantes mujeres que llevaban diminuta ropa. Ese era su día a día, descargar sus ganas y sus deseos con prostitutas de sus clubes. Todas sabían a que se exponía, él era un hombre que practicaba el masoquismo, le encantaba ver sufrir a las mujeres con las que estaba, eso lo excitaba más de lo normal.Mientras avanzaba por el pasillo del segundo piso fue interceptado por Iván.—Señor, la cena está preparada en su alcoba.Alek entendió el sentido del mensaje y se separó de las mujeres que lo acompañaban, para hablar con más privacidad.—¿Hace cuanto está lista?—Acabamos de llevarla a su habitación, no quiso... no usa nada.—Mucho mejor —dijo levantando una ceja—. ¿Cuánto le dieron?&
—Final— Día actual... Josephine estaba más que feliz de que su amiga por fin saldría de la clínica, ya tenía una semana de estar bajo observación médica a causa de la sustancia que usaron en su organismo, querían sabes que tanto daño le había causado al bebé. —Hay Ageli, estoy tan feliz de que estés con nosotros y más por hacerme tía. —Gracias, pero no entiendo por que Boris no ha venido. Ni siquiera ha llamado. Josephine la miraba con pena, pero le sonreía en respuesta, no quería que su amiga se enterara de la verdad que le esperaba. —Vamos hija, te llevaremos a casa. —Gracias Dimitri. Ya quiero verlo y saber qué sucede. Dimitri y Josephine se dieron una mirada antes de ayudar a Angeline a sentarse en la silla de ruedas que la sacaría del lugar. —Te entiendo vamos —respondió el hombre. No tardaron mucho de camino cuando ya estaban en la mansión. Los guardas revisaron el vehículo antes
Horas antes de la muerte de Alek...—Son unos malditos estúpidos, nunca les diré nada —Alek estaba bastante golpeado, ya su rostro era casi irreconocible—. Pueden matarme si quieren, no le temo a la muerte.Dimitri miró con pena a Alek, recordó todo el tiempo que lo cuidó y lo educó, pero él prefirió ser como su padre, como Mijaíl.—Sabes Alek, te quise como un hijo, te enseñé a ser fuerte, decidido y de buen corazón, pero en ti estaba sembrada la semilla del mal, el odio te consumió y la ambición te cegó.—No sé de qué hablas.—Hablo de Annia —él levantó la vista y lo miró.—Qué tiene que ver ella en esto, está muerta.—Así es, tú la mataste, te encargaste de eso, pero no sabes toda la verdad.&mdash
30 años atrás...—Dimitri, llegó el momento, necesito agua, toallas y unas tijeras— dijo Petra mirando a su esposo parado en el umbral de la puerta mirando la escena con angustia.—Enseguida— dijo él y salió en busca del pedido.Eran casi las dos de la madrugada cuando Annia inició los dolores de parto. A la joven madre solo le faltaba una semana para salir de cuentas, pero el parto se había adelantado.Dimitri entró en la habitación trayendo consigo lo solicitado por su esposa. Petra acomodaba a la joven madre en la cama mientras otra chica del servicio ayudaba a la mujer mayor con todo lo del parto.—Annia, sé que esto es difícil para ti siendo tan joven— dijo Petra. —Pero necesito que hagas lo que te digo para que todo salga bien—.Annia asintió con la cabeza conteniendo los dolores que la agobiaban
22 años después de su nacimiento...—¡Cris! ¡Cristopher, espera! — gritaba Boris a su amigo para que se detuviera.—¡Perro! ¿Dónde estabas? No te puedo quitar la cadena porque te me escapas ¿Qué pasó? — preguntó Cris dándose vuelta para ver a su amigo correr hacia él cerca a la salida de la universidad.—Nada, ya sabes cómo es mi padre, solo estaba recibiendo algunas indicaciones de un trabajo que debo supervisar— dijo el joven Vólkov a su amigo mientras se dirigían juntos en las puertas de la universidad para ir al estacionamiento. —¿Podrías prestarme los apuntes de hoy? Gracias a Dios esa materia la cursamos juntos, sino, no sabría qué hacer—.Boris Vólkov era un joven como todos lo demás, alegre, carismático, inteligente, atractivo entre otr
Era un día soleado, de esos que muy poco hay en Nueva York. Los chicos del colegio se agrupaban en la cafetería durante la hora de receso para tomar su merienda, otros buscaban chicas para molestar y ellas en grupos de amigas para defenderse, pero en el caso de Angeline ella se mantenía con Josephine, su mejor y única amiga.Angeline y Josephine se conocieron desde el jardín. Sus padres trabajaban juntos. Ambos eran agentes en la DEAmantenía casos similares y algunas veces juntos.En los últimos dos años el padre de Angeline, Liam Evans, trabajaba encubierto en la organización de Alek Vólkov, mientras que el padre de Josephine, Andrew Hopper, fue reasignado a un escritorio por un pequeño problemita callejero con otros compañeros.Liam, se desempeñaba como guardaespaldas de Alek Vólkov y también era el encargado de gestionar y verificar la droga que se t