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Ese día había sido complicado cambiar a Alejandro y Anastasia para la escuela. Con el fin de persuadirlos, necesité llamar a Alexander para asegurarles que los llevaría al parque.¿Qué era un padre?Desde que tengo recuerdos, mi padre representaba el modelo a seguir. Desde que era joven, él ha sido mi pilar firme, el lugar seguro al que siempre acudir en busca de consuelo. Sus risas resonaban como una melodía en los días grises, y su abrazo era un hogar al que siempre podía regresar. Me enseñó a afrontar los desafíos con coraje, a imaginar sin temor y a querer sin límites. Cada enseñanza llegaba impregnada de cariño, o a veces con firmeza para que asimilara mi lección personal. ¿Podría ser Alexander un padre?A pesar de no querer admitirlo, una sombra de incertidumbre me persigue. Tenía miedo de que, por exceso de cuidado, optara por aislar a nuestros hijos en una burbuja, apartándolos del entorno que tanto amaban, solo para "cuidarlos" como lo hizo conmigo. ¿Y si un día despierto y
Mientras me encontraba en mi despacho, repasaba documentos con la ayuda de Michael. Aquellos papeles necesitarían totalmente nuestra atención pues era unos nuevos clientes que se habían interesados a trabajar como contribuyentes. Los rayos del sol se colaban a través de la ventana, iluminando todos los rincones desorganizados de mi escritorio. La concentración resultaba fundamental, y a pesar de ser denso, el silencio se tornó suave en el momento en que resonó el ruido de la puerta. —Adelante. —Dirigía apenas la mirada hacia puerta. Le había pedido a mi secretaria unas tazas de café para mi y para Michael pues habíamos estado trabajando toda la mañana y nuestra energía estaba en el piso. De repente, en mi mente desfilaron una serie de pensamientos, ninguno de ellos era positivo. Ahí estaba ella, con una expresión que no lograba descifrar, seguida de tres hombres vestidos de mariachis, todos con esos trajes llamativos y sombreros de ala ancha. Lo que traían en las manos era un rega
Al llegar a la residencia de los padres de Alexander, nos detuvimos frente a la preciosa vivienda de diseño victoriano. Observé con admiración su sofisticada fachada de un blanco suave que resplandecía bajo los rayos del sol. En el jardín delantero, se alzaba con majestuosidad la escultura de una mujer tallada en mármol, rodeada de flores multicolores que parecían moverse al compás de la suave brisa. El extenso jardín, con sus senderos frondosos y arbustos cuidadosamente recortados, resultaba un deleite para los sentidos.—Niños ¿Recuerdan lo que mami le dijo?—Que no rompamos nada. —Alejandro respondía emocionado al ver la casa. —Y que no pintemos las paredes. —Anastasia susurraba suavemente. —Que no hagamos travesuras. —Rio de manera risueña Alejandro siendo seguido por el ladrido de cookie como si quisiera responder.Mis hijos eran mi adoración, aunque a veces se comportaban como un remolino en miniatura, especialmente Alejandro. En cierta ocasión, le pintaron la cabeza a Michae
Las sugerencias de la madre de Alexander me puso en un estado de alerta total. Mi cuerpo se ponía rígido, levantaba mi barbilla mirándola fijamente. —Usted es madre así que se imaginara que la fuerza de una madre es imparable. —Mis ojos se tornaban viscerales—No permitiré que usted ni nadie me quiera quitar a mis hijos ¿Comprende? El tema de nuestros hijos nos concierne a nosotros y si él no ha actuado en mi contra, usted no está autorizada a tratar de intimidarme. Mi tono de voz resultó completamente desafiante. Observé cómo sus ojos azules adquirían una mirada feroz. Mientras estaba a punto de expresar algo, percibí cómo alzaba su mentón y experimentaba un delicado contacto en mi cintura. Observando de reojo, me di cuenta de que Alexander mantenía la mirada fija en su madre, estableciendo una comunicación silenciosa en la que noté que inclinaba su cabeza levemente. —Madre, quiero que la entancia de mis hijos y Dorothea sea totalmente placentera asi que por favor no comiences. —
POV Alexander Lennox ****** Velozmente, recorría el extenso pasillo blanco que parecía no tener fin. Velozmente, abrí la puerta y vi a unos médicos empapados en sangre. Sentía cómo mi corazón latía con fuerza, mientras mi respiración se volvía irregular. —¿Mi esposa? ¡Donde está mi esposa! —Vociferaba. Un doctor con su bata blanca se giró con levedad observándome fijamente. La mitad de su rostro era cubierta por su mascarilla la cual se la retiro lentamente. —¿Su esposa? Ella está muerta. ******* —¡Ah! —Abría los ojos rápidamente forzando a mi cuerpo a despertar de mi pesadilla. Con calma me sentaba acariciando mi cabeza mientras respiraba pausadamente. —Hace mucho tiempo que esto no lo soñaba. —Murmuraba. Hace más de ocho años Dorothea fue atacada por un hombre enloquecido. Ese ataque no solo le costo casi su vida, si no también mi cordura. Me aterraba cualquier persona que se acercara a ella, y aquello solo pareció aumentar la cantidad de la prensa hacia ella. En cier
POV Alexander LennoxEscribía velozmente en mi computadora en busca de sitios ideales para disfrutar con niños y que fueran apropiados para una cita romántica al mismo tiempo. Todavía no había tomado una decisión sobre si alquilar el acuario o el zoológico por un día, pero estaba inclinándome hacia el zoológico porque ofrecía la oportunidad de interactuar con los animales. Tenía el deseo de compartir momentos con mis hijos. Si lograba cambiar la percepción de Dorothea hacia mí, sería beneficioso para mi estrategia de reconquistarla. Estaba en la oficina con una gran cantidad de tareas relacionadas con los restaurantes que habían sido remodelados, y sabía que Jack necesitaría ayuda por eso regrese para trabajar por un par de días. Me encargué de la mayoría de las tareas a una velocidad sorprendente, tanto que incluso Jack quedó impresionado. Mientras exploraba distintos sitios a los que acudir, la puerta se abrió. Sin moverme ni un ápice, mantuve mi vista baja, consciente de que se t
—¡Tío más rápido! Mientras Alexis cargaba a Alejandro en sus hombros y corría de un lado a otro en el parque cercano a la casa de los Lennox, yo sujetaba la mano de Anastasia mientras paseábamos con Cookie. Esa tarde Alexis nos había llevado a una arcadia para distraernos pues Alexander estaría ocupado un buen rato. Habíamos disfrutado de una tarde sumamente encantadora. Alexis representaba al pariente gracioso con el que siempre te gustaría hacer travesuras, pero durante nuestro paseo me di cuenta de que siempre terminaba en aprietos. Había recibido al menos una decena de llamadas de mujeres distintas que lo insultaban o lo mandaban al infierno. Alexis era el claro ejemplo de que un Lennox vive una vida alegre pero cuando cae, no habrá nada ni nadie que quiebre su fidelidad. —Alejandro, por favor, deja de tirarme del cabello. —Replicaba Alexis. —Entonces mas rápido tío. Entre risas entrabamos a la casa de sus padres donde Alexis decidió ir al despacho de su padre a hacer al
POV Alexander LennoxEstacioné el vehículo frente a la casa de mis padres. Observaba mi reflejo en el espejo retrovisor, lucía una amplia sonrisa que nadie sería capaz de borrar de mi rostro. Me entretuve acariciando mi melena brevemente, tenía en mente un plan simple. Entregarle su postre preferido, pedirle un poco porque había olvidado su sabor, y cuando me ofreciera le iba a robar un beso. Tan solo al pensar en cómo reaccionaría, no podía evitar soltar una leve risa como un tonto. ¿Me miraría como solía mirarme cuando nos conocimos?Extrañaba esa mirada, desafiante pero llena de amor, solo mía. Al bajar de mi vehículo, abrí la puerta trasera para coger la bolsa. Me había ido a una de las mejores pastelerías Londres donde conseguir ciertos bocadillos era un lujo…pero como era amigo del dueño siempre tenía preferencia. Incluso al contarle mi situación con mi ex esposa, él y tres empleados se ocuparon de resolverlo con la mayor celeridad. Siempre disfrutaba del pastel de Battenberg,