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Alina sabía la naturaleza frugal de su madre. Si intentaba convencerla directamente, no le escucharía. Así que cambió su enfoque. "Bueno, mamá, yo también quiero arreglarme el cabello, pero no sé cuál peluquería es asequible. ¿Podrías acompañarme?"

Karina no estaba convencida, pero tampoco quería discutir. "Mi cabello se ve bien. ¿Por qué gastar el dinero?"

Pero Alina interrumpió, "Mamá, no puedes usar la misma ropa todos los días. Cámbiate de atuendo todas las mañanas y tardes, úsalos cuando vendas productos y quítatelos cuando cocines o cierres la tienda. No quites las etiquetas. Piensa en ello como probarte ropa para los clientes. ¿Dónde más puedes encontrar la alegría de usar ropa nueva todos los días?"

Alina estaba empezando a preocuparse y había gastado mucha ener

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