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En este momento, Alina finalmente se despertó por completo, sintiendo un hambre que le rugía en el estómago. No pudo evitar levantar las mantas y sentarse ——Todavía no me he lavado la cara ni me he cepillado los dientes——.

——Come primero——, dijo él. Aunque siempre había sido un maniático de la limpieza, cuando escuchó que su estómago estaba rugiendo, no dudó en ponerle una cuchara en la mano a ella. 

Alina dudó por un momento, sintiendo un poco de vergüenza al recibir el tazón, pero al menos pudo calmar su estómago revuelto antes de hacer cualquier otra cosa. Sonaba aterrador.

El tiempo pasaba demasiado rápido. El verano apenas había terminado y, en un abrir y cerrar de ojos, el año estaba a punto de terminar. Alina estaba sentada al borde de la cama, tomando sorbos de la deliciosa y nutritiva s

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