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Su aspecto patético finalmente hizo que Alina cediera un poco, se levantó y le arregló las mantas. Luego le pasó un tazón de sopa de pescado recién hecha. La sopa aún estaba tibia, lo cual era perfecto para él.

Pero cuando intentó tomar el tazón, su mano temblaba tanto que casi lo dejó caer. Alina se sorprendió, afortunadamente no soltó la mano antes.

——¿Qué pasa con tu mano?——preguntó ella, preocupada.

Él solo negó con la cabeza. Alina rápidamente puso el tazón y observó su mano, que parecía temblar un poco.

——No pasa nada, estará bien en un rato...——dijo Andrés, extendiendo la mano para tocar la palma de Alina como solía hacer antes.

Pero Alina ya no estaba en el mismo estado mental que anteriormente. 

Había

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