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Sin embargo, justo cuando podía oler su aroma y sentir su aliento en su mejilla, cuando se sentía abrumada por la vergüenza y la emoción, de repente se detuvo, sin atreverse a moverse.

——Tú…——Alina sintió que la palabra se quedaba atrapada en su garganta, y sus mejillas ardían como carbón.

El chico respiró profundamente, tratando de calmarse, y ajustó lentamente su postura, apoyando la barbilla en su hombro y murmurando suavemente ——Lo siento, estará bien en un momento…

No sabía cuánto tiempo duró ese momento, pero solo sabía que sus huesos se habían vuelto rígidos. No podía hablar ni siquiera mirarse a los ojos, y Alina sentía el calor en su rostro sin cesar, especialmente cuando notaba que los ojos del chico seguían puestos en ella.

Los dos se mantuvieron en esa posici

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