Una noche para recordar

--- Dominik Müller ---

Ana y yo regresamos de la cena, esa horrorosa cena a la que no debí asistir, pero que lo hice por obligación.

Al final, Ana viene de regreso a casa conmigo, esta mujer me sorprende, lleva esos enormes tacones, sé que está cansada, pero para nada se quitó esas malditas cosas, camina con dificultad, creo que ha bebido demasiado, pero trata de mantenerse de pie.

En un acto que no ve venir, la volteo, la miro y le digo:

- ¡Dios, Ana! Si esos tacones te están matando, ¿Por qué no te los quitas?

Ella voltea a verme, pareciera como si me hubiera salido un tercer ojo y me dice:

- ¡Ante todo el glamour! Además, ya estamos en casa, solo debo caminar hasta el apartamento y ahí aventaré estas cosas del demonio.

Ana no tuvo ni tiempo de chistar, porque ni se dio cuenta en qué momento la tomó del brazo y la cargo, al verla tambalearse y recargarse en la pared.

Luego de entrar al apartamento, la llevó a mi habitación, lo lógico debía haber sido que la llevara a su habitación
Alut

Estimadas lectoras y lectores Finalmente, la atracción hizo lo suyo, ¿Que le deparara a esta pareja? ¿Todo será cuesta arriba de ahora en adelante?

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