--- Dominik Müller ---

Acaricio el cuerpo desnudo de Ana, nunca me voy a cansar de ella, su cuerpo perfectamente se adapta a mis manos. Nunca me voy a cansar de probar cada centímetro de su piel, sí, debo reconocer que sí, si fuese por mí, la encerraría en casa y no permitiría que nadie la vea.

El solo hecho de pensar en que alguien como Héctor se acerque a ella, me pone los nervios de punta, es que solo mirarla, tratarla y hablar con ella, cualquier hombre se enamoraría de ella. La noche de la cena de caridad, Ana dice que no, pero es claro, Héctor aun siente cosas por ella, debes estar muy ciego para no darte cuenta.

He estado investigando al hombre y efectivamente ya se estableció en México, tiene una hija y, por cómo entiendo, es muy allegado a la familia de Ana.

Esta es otra cosa que me tiene intranquilo, Ana no me ha presentado con su familia como su pareja, digo, con mis padres hemos tocado el tema y sé perfectamente que no aprueban mi relación, pero con la familia de Ana, el te