Ágata
Después de que terminamos de desayunar Maiquel me propuso conocer la manada. Vamos caminando y veo niños jugando por todos lados, todas las personas que me ven a mí y Maiquel nos hacen una reverencia, vamos pasando por donde hay una señora de muy avanzada edad y veo que está a punto de hacer una reverencia, me acercó rápidamente a donde esta ella.
— ¡No señora! No es necesario que haga una reverencia creo que con un asentimiento de cabeza está bien, —murmuro con voz suave, ya a que cuando van hacer la reverencia tienen que ponerse casi de rodillas y esta señora no puede hacer eso por su edad.
—Gracias luna, —susurra con una sonrisa en su arrugadito rostro—Usted será una gran luna que la Diosa la proteja, —comenta con una cálida sonrisa en su rostro.
Después de pasar como dos hora recorriendo la manada y conociendo a algunos habitantes de esta que son personas muy amables. En este recorrido pude observar la universidad que es muy grande y con una estructura antigua, Maiquel me dijo que ya estoy inscrita y que en el próximo mes podré empezar, caminamos a la casa-mansión, entramos y él me tomó de la mano para lleva directamente a la cocina, me toma de la cintura y me besa con amor, me sube en la isla y seguimos besándonos. Baja sus labios a mi cuello besa, chupa y sopla, eso de seguro dejará una marca, me siento más excitada cuando lame un punto en mi cuello que hace que suelte un gemido.
—Aquí llevaras mi marca, —murmura para volverme a besarme, introduce su lengua en mi boca donde de inmediato se encuentra con la mía, escuchamos una tos falsa y él se separa lentamente dándome una pequeña mordida en mi labio inferior.
Cuando volteamos a ver quién nos a encontramos casi teniendo sexo en la cocina, resulta ser la misma empleada que me miro con odio, como Maiquel está entre mis piernas, enredo estas en su cadera y lo acerco más a mí, le doy un casto beso en el cuello que lo hace jadear y estremecer. La mujer que aún no se su nombre solo me mira y sale hecha furia de la cocina, Maiquel solo sonríe de lado.
— ¿Celosa mi luna? —Cuestiona dejando caricias en mi cadera para luego darme un beso que me deja sin aliento.
—No, solo cuido lo que es mío, —le digo mientras paso mi mano por su abdomen y le sonrió de manera picara ganando un gruñido de su parte, me baja de la isleta y comenzamos a preparar algo para comer, sí, sé que hay empleadas pero no confío en esa tipa y será divertido cocinar con el Rey alfa.
Entre risa y tonteo terminamos preparando unos tacos y unos nachos con queso para ir a ver una película en nuestra habitación. Su vimos a nuestra habitación con todo la comida en una bandeja, ponemos "La Ouija" una película de terror, apagamos las luces y cerramos las cortinas de la ventana.
Maiquel
Ha mitad de la película Ágata queda profundamente dormida, la observo y la acomodó mejor en la cama, me levanto de la cama y cubro su cuerpo con las colchas, salgo de la habitación y bajo con la bandeja a la cocina, veo a mi nana la cual desde que llegue no la había visto.
— ¡Nana!, ¿Cómo estás?—Exclamo mientras me acerco a ella, le doy un abrazo y un beso en la mejilla.
— ¡Oh! Mi niño estoy muy bien y dime ¡¿Dónde está tú luna?! —Exclama emocionada, ella es una de las muchas personas que le pedían a la diosa luna para que encuentre a mi luna.
—La he dejado en la habitación durmiendo. De seguro aún no se acostumbra al cambio de hora, —le digo mientras tomo una manzana verde.
Seguimos conversando de cosas sin importancia y duramos unos treinta minutos conversando mientras yo escucho los latidos del corazón de mi luna que se escuchan tranquilo, lo que me confirma que está dormida profundamente.
Me despido de mi nana y voy a mi despacho a firmar unos papeles para unas remodelaciones que voy hacer en la manada y en la escuela de los cachorros.
(...)
Después de una hora organizando los papeles, salgo del despacho director a mi habitación a ver si mi luna esta despierta.
Cuando abro la puerta me encuentro a mi luna en bragas y sostén, me acercó y la tomo de la cintura, la acorralo contra la puerta del closet, tomo sus labios en un apasionado beso e intento introducir mi lengua a su boca, ella abre más los labios para que pueda invadir su boca con mi lengua.
— ¡Diosa! No aguanto más, porque me tientas de esa manera mi luna, —susurro pegando mi creciente erección en su vientre—Mira lo duro que me tienes solo con ver tu cuerpo, con solo escuchar los gemidos que salen de tu boca cuando te toco, —murmuro jadeando para volverla a besar sus labios la tomo de sus nalgas y hago que envuelva sus piernas en mi cadera.
La llevo a la cama y sigo besando sus suaves labios, la miro a los ojos para ver el de deseo en su mirada, mis ojos ahora de seguro se encuentra dorado.
—Necesito marcarte, no aguantó más, —le digo pegando mi frente a la suya.
—Márcame, quiero ser tuya, —pide con mucha seguridad y eso es suficiente para que mi lobo aullé de felicidad, tomo sus labios, ella suelta un gemido que hace que mi erección este más dura, << ¡Diosa! esta mujer me va a matar>>, pienso mientras bajo mis labios a su cuello. Lamo donde estará mi marca pronto y llevo mi boca a sus senos cubiertos por uno sostén blancos de encaje al igual que sus bragas.
Paso mi mano por su espalda y ella se levanta un poco para darme mejor acceso, desabrocho su sostén y ella lleva sus manos a mi polo, lo quita y acaricia mi abdomen, sube su mano a mi pecho donde acaricia, me separo para poder quitar mis pantalones quedando en bóxer y ella en bragas, observo sus pechos que caben completamente en una de mis manos cada uno, ella intenta cubrirse pero yo tomo sus manos y la coloco por arriba de su cabeza.
—No te cubras mi luna, no me prives de ver la hermosura de tu cuerpo, —ronroneo para luego bajar mi boca a su pezón derecho, lo tomo con mis dientes, ella gime. Paso mi lengua por su pezón y chupo hasta dejarlo erecto. Paso al otro y hago el mismo proceso, mientras ella gime y jadea de placer, dejo sus pechos para bajar dejando beso por todo su abdomen, bajo hasta su braga y levanto la vista para ver si me concede el permiso para bajarlas.
Ella asiente y yo bajo sus bragas quedando así ella completamente desnuda debajo de mí. Bajo mi rostro hasta su vagina, paso mi lengua entre sus pliegues que están completamente húmedos por la excitación, tomo uno de sus pliegues con mis labios y tiro un poco de ellos.
—Mai...Maiquel, —murmura mi luna entre gemido, yo continúo pasando mi lengua por su clítoris y hago presión sobre el con mi lengua mientras dirijo uno de mis dedos a su entrada, comienzo a entrar mi dedo lentamente.
Ella se remueve un poco incómoda por la intromisión y yo hago más fuerte la presión con mi lengua en su botón que se encuentra inflamado por la excitación.
Muevo mi dedo dentro de su vagina hasta que se acostumbra a la intromisión. Introduzco un segundo dedo y formuló embestida con ellos, sigo bombeando con mis dedos por un tiempo mientras succiono su clítoris hasta que siento como sus paredes se contraen alrededor de mis dedos, se corre con un fuerte gemido gritando mi nombre. Sigo moviendo mis dedos y mi lengua para así prolongar más el orgasmo, retiro mis dedos y lo lamo probando su sabor.
—Dulce mi luna, —ronroneo mirándola a los ojos mientras me acercó a sus labios los cuales beso y muerdo, me separo para dejarla respirar.
—Maiq...Maiquel te necesito, —gimotea entre jadeo.
— ¿Qué quieres mi luna? —Pregunto dejando pequeños besos en sus labios—Pídeme lo que quieras Ágata, soy todo tuyo mi luna. —Añado
—Te quiero a ti, dentro de mí, —pide sin ni una pizca de vergüenza, mirándome fijamente a los ojos, gruño porque amo que sea de esa manera y porque será placentero encargarme de su necesidad. Me estiro en la cama y abro el segundo cajón, saco un preservativo lo abro y quito mis bóxer dejando así mi polla libre de la cual sale un poco de pre-semen, coloco el condón y masajeo mi miembro, miro a mi luna que está mirando finamente mi pene con los ojos como plato, lo que hace que mi lobo gruña orgulloso de sorprender a nuestra luna con nuestro cuerpo.
—Tranquila, iré despacio. —Le digo para que no se asuste, acerco mi polla a su vagina, froto la punta sobre su entrada que está muy húmeda por el orgasmo que acaba de tener.
Introduzco la punta de mi miembro la cual se encuentra roja e hinchada cubierta por el condón, aprieto los dientes ya a que está muy apretada. Cuando tengo menos de la mitad dentro de ella mi luna se queja y me detengo, la miro a los ojos y observo como lágrimas salen de ellos, acerco mi mano a su rostro y quito las lágrimas que están en su mejilla.
—Lo siento mi luna, si quieres dejemos esto hasta aquí, me puedo detener, —le digo preocupado, me importa más que este cómoda a mi deseo de poseerla y marcarla como mía.
Ágata— ¿Quiere que me detenga? —Pregunta de nuevo preocupado y con los dientes apretados, pero sé que la primera vez puede doler y más si es con un hombre como Maiquel.—N...no con... continúa, —gimoteo en medio de un jadeo, respirando profundo para tratar de que el dolor pase.El comienza a introducirse lentamente y para ser les sincera esto duele como los mil demonios, siento que me va a partir en dos, Maiquel es
Maiquel—Maiquel cariño.Escucho la voz de mi madre cuando voy bajando la escalera con Ágata, siento como Ágata aprieta mi mano.
Ágata— ¡¿Qué hace está humana aquí?!Escucho que gruñe alguien cuando estamos llegando a la sala ese alguien es un señor alto con una mirada azul grisácea como la de Maiquel que me mira con enojo, provocando que me sienta un poco intimidada.
Ágata— ¿Quiere que lo mote mi alfa? —Cuestiono con voz suave y sumisa, recibo un gruñido en respuesta. Quito la colcha dejando así a la vista su miembro que esta erecto con todas sus venas marcada por la excitación, él sigue masturbándose mientras de la punta salen pequeñas gotas de un líquido cristalino. Subo a la cama y voy subiendo por sus piernas dejando besos y mordidas en ella. Llego a su polla y la tomo en mis manos, doy un pequeño apronto, Maiquel suelta un gruñido.Paso mi lengua desde el tronco hasta llegar a su glande el cual introduzco lentamente en mi boca y &eac
ÁgataDespués de que Maiquel se fue por lo que paso en la frontera, me doy un baño. Cuando baje me encontré con Emili que me conto que los vampiros atacaron hace unas cuantas semana varías manadas cercanas.—Por lo que huelo alguien estuvo entretenida anoche, —comenta con tono pícaro, me sonrojo a más no poder. Ella explota en una carcajada—Espero que se hayan protegido—murmura.—Buena anoche no utilizamos preservativos, pero no me asusto ya que cuando estaba en el baño me llego A
Ágata— ¡Me las pagarán malditos!—Exclama para salir azotando la puerta. Estoy sorprendida por como la tome del cuello y la arroje a la puerta, estoy mirando un punto fijo cuando siento como una mano toma la mía.—Tranquila mi luna, te explicare todo esto, lo que te está pasando es parte de la marca. Ven tomemos asiento, —murmura para sentarse en la silla detrás del escritorio de su despacho mientras me toma de la mano y me sienta en su regazo, pero yo me levanto y el me mira un poco preocupado y triste porque lo rechace, yo por mi parte me siento a horca
Ágata— Ah... Y te vas al sofá porque conmigo no duermes esta noche. —Le digo y le doy la espalda, siento que toma su almohada y cuando esta de espalda a mi miro lo que hace, entra al closet y sale con un pantalón de pijama y una colcha azul. Intenta acomodarse en el mueble hasta encontrar una posición agradable, me siento un poco triste por hacerle eso pero se lo merece por dejar que esa puta tocara su miembro. Maiquel—Amor ven que te prepare un baño relajante.Escucho que dice mi luna, <<Diosa amo a esta mujer>>, me levantó de la cama y ella también, separa frente a mi toma la parte baja de mi musculosa y como ya se lo que va hacer levanto los brazos y ella saca la musculosa, deposita un beso en mi pecho sobre mi corazón. Me quito los tenis y ella me ayuda a bajar mi pantalón deportivo quedando en bóxer, me toma de la mano y me gCapítulo 16