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Viviendo con mi Crush
Viviendo con mi Crush
Por: Dayana Anchundia
CAPITULO 1 Desde el momento que te vi me enamoré

Narra Anna

Desde el primer día que ingresé al instituto y lo vi en la ceremonia de inauguración me enamoré de él, fue amor a primera vista, ese momento que lo vi sentí como el tiempo se congelo, parecía que todo a nuestro alrededor desaparecía y en la sala solo estábamos los dos, esa fue la primera vez que lo vi y solo basto un segundo para enamorarme.

Desde ese momento siempre lo observaba en silencio, no me atrevía a acercarme a él, muchas veces vi como las chicas se les declaraba, pero él siempre las rechazaba de una forma fría, por esa razón nunca intente acercarme a él, además porque entre nosotros hay mucha diferencia, él es un genio y es el más inteligente en todo el instituto mientras yo soy de las peores estudiantes, sabía que no estaba a la altura de él, por eso solo lo observaba de lejos, sin que notara mi presencia.

Muchas veces intente escribir cartas para confesarme, pero algunas las terminaba rompiendo y otras solo las guardaba porque no tenía el valor para dárselas.

Pasaron varios años desde que ingresamos y seguía igual de enamorada de él que el primer día que lo vi, él era mi crush, alguien quien me gustaba, pero sabía que era imposible que estuviéramos juntos, ni siquiera sabía de mi existencia. A pesar de que no me gustaba el estudio y era la peor alumna con las más bajas notas me gustaba asistir al instituto solo porque podía verlo, lo observaba todos los días, mis amigas saben que siempre he estado enamorada de él al igual que Tomás, mi mejor amigo, debido a que siempre muestro interés y nunca les prestó atención cuando aparece frente a mis ojos, pues toda mi atención se enfoca solo a él.

. . . . . . . . . .

Estaba sentada en una banca del instituto, en ese momento me percate que había un gatito arriba de un árbol, parecía que no podía bajar, por lo que me levanté y lo comencé a llamar para que bajara, el gatito era pequeño y se podía caer.

— Shh — escuche que alguien dijo por lo que mire a mi lado y no podía creer quien estaba a mi lado.

Tyler tenía su dedo sobre sus labios haciendo una seña de silencio y se acercó a mi tanto que nuestras caras solo la separaban centímetros mientras nuestras miradas estaban conectadas, en ese instante sentí como el mundo se detenía a mi alrededor y mi corazón comenzó a latir tan rápido que parece que corría una maratón.

No lo podía creer, nunca había imaginado tener a mi crush tan cerca, ahora sí que podía morir en paz.

En ese instante se alejó de mí y bajo al gatito que estaba en el árbol.

— Aquí esta — me dijo mientras me extendía sus manos con el gato.

— Gracias — le dije con una sonrisa de oreja a oreja mientras tomaba al gato.

Estaba feliz, muy feliz después de tantos años admirándolo en secreto al fin hablaba con él y lo tuve tan cerca de mí que mis fosas nasales se inundaron con su aroma.

En ese momento se daba la vuelta para irse, pero lo detuve.

— Espera — le dije mientras avanzaba hacia él.

— ¿Qué pasa? — preguntó mientras me miraba.

— ¿Quieres quedarte con el gato? — le dije mientras extendía mis brazos para dárselo.

— ¿Qué? ¿Quieres que me lo quede? — preguntó confundido.

— Si — le dije con una sonrisa en mi rostro — la verdad es que mi papá no me deja tener mascotas, y no puedo abandonarlo por ahí, así que .. ¿quieres llevártelo? —

— mmm no estoy seguro la verdad no me gustan mucho las mascotas — respondió.

— Por favor, llévatelo sino me tocara abandonarlo por ahí, no te da pena — expresé.

— Esta bien, me lo voy a llevar — dijo mientras tomaba el gato para después irse a su casa.

No lo podía creer había hablado con él, estaba tan feliz que era seguro que nada me iba a arruinar el día, era el mejor día de mi vida.

Al salir fui al restaurante de mi padre, por lo general pasaba tiempo ahí con él para no sentirme sola en casa, mi mamá falleció cuando solo era una bebé no tengo recuerdos de ella, así que simplemente solo somos los dos.

Ya estaba anocheciendo por lo que mi papá y yo regresamos a casa, fui directo a mi cuarto y me acosté sobre la cama mientras sonreía como tonta y un suspiro de alegría salía de mí, aún estaba feliz por lo que me había pasado en la mañana.

Pensaba que no me conocía o más bien que no sabía de mi existencia, pero la conversación de la mañana me hizo pensar que tal vez no era tan invisible como pensaba.

Después de meditarlo por un buen tiempo lo había decido, iba a confesarle mis sentimientos.

Pensé como decirle lo que siento, si me acercaba y hablaba con él era más que seguro que de los nervios no diría nada y saldría huyendo del lugar así que mejor decidí escribir una carta.

Me levanté de la cama y me senté en el escritorio, saque una hoja y tome la pluma, estaba lista para escribirle la carta.

Comenzaba a escribir, pero no me convencía así que la arrugaba y la tiraba, después tomaba otra hoja para iniciar y así sucesivamente, estaba tan nerviosa que no sabía que escribir.

Hola soy Anna, te escribo esta carta para decirte que el día que te conocí supe que eras una persona brillante e inteligente, desde ese mismo instante me enamoré de ti, desde ese momento siempre te observaba desde lejos, no tenía el valor de acercarme a ti por temor a que me rechazaras, te admiro mucho y desde que te conocí solo pienso en ti, eso me pone de muy buen humor y me hace feliz.

Solo quiero decirte que me gustas mucho.

Ya estaba lista mi carta, la doble y la guarde en un sobre, estaba muy nerviosa, caminaba en mi habitación de un lado a otro, no iba a retractarme, estaba decidida, me iba a confesar.

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