Trevor.
Salgo del aeropuerto sintiéndome completamente destrozado, como si hubiera estado en una corrida de toros, solo que el de la corrida no era el toro, era yo, el idiota al que le vieron la cara, el mismo imbécil del que Maxine decidió burlarse sin importar absolutamente nada.
Suelto un suspiro y saco mi celular del bolsillo interno del blazer, son las diez de la noche, se supone que Rose me está esperando en la oficina, pero de lo que menos tengo ganas es de estar rodeado de cualquier otra persona, lo único que deseo justo ahora es poder ir a mi departamento, tirarme en el sofá, beberme toda la maldita botella de whiskey, dormirme y despertar cuando todo esto se haya acabado. Es una jodida mierda que no sé cómo controlar.
Voy al estacionamiento y me meto dentro de mi auto, pago el tiquete en la salida y me sumerjo en las calles de Washington, todo se ve igual que siempre, como si nad
Maxine. –¡Joder! Te ves como un trasero – dice Tara con la mirada preocupada.Yo me siento en la silla de la mesa frente a ella y entonces suelto un bufido mientras intento controlar uno de mis cabellos rebeldes que se ha salido del moño.–Me veo como me siento – digo – gracias por venir hasta aquí, no sé qué habría hecho si me hubieras dicho que no, siento que estoy enloqueciendo, lo últimos cinco días han sido una completa mierda – bufo.–Yo no te habría dicho que no por nada del mundo, Max, cuando me llamaste, supe que me necesitabas, eres como mi hermana, no me atrevería a dejarte sola, nunca – ella pone su mano encima de la mía y la calidez de su piel me resulta reconfortante.Intento sonreírle, pero estoy seguro de que mi cara no hizo mas que contraerse en una mueca que no llega a s
Tres meses después. Trevor.Mi cliente pone la firma sobre el documento, después llega mi turno de empuñar el bolígrafo y firmar, el ultimo en hacerlo es Jack Taner, el padre de Rose, todos ponemos nuestras firmas y entonces se escucha un pequeño vitoreo a nuestro alrededor, por fin, después de tanto tiempo nos han aprobado el proyecto por el que hemos estado trabajando gran parte del año, esto es lo único que me ha mantenido distraído, lo único que me ha permitido no pensar en Maxine.Bueno, por lo menos no hacerlo tanto.–Felicitaciones, hijo – Jack estrecha mi mano y me da un abrazo.El hombre se ha vuelto casi que un padre para mí, puedo ver incluso algo de orgullo en sus ojos cada vez que me ve, y es que todos los billetes verdes que significa este proyecto no son para menos.–Gracias – le digo al tiemp
Maxine. –Me gusto ese artículo tuyo sobre la perspectiva de tener una cara fresca en la política, Maxine, sigue asi, me muero por ver que más tienes para ofrecer – dice mi jefe, al tiempo en que ambos salimos de su oficina y yo me dirijo a la salida del Washington post.–Gracias, señor – le sonrío con amabilidad y me pongo el abrigo que llevo en la mano, afuera ha anocheció y últimamente hay mucha brisa.Me dirijo a la salida sola, como siempre, como los últimos malditos tres meses que han sido como un infierno, reviso mi teléfono por decima vez en el dia esperando encontrar algun mensaje de Trevor o por lo menos una llamada perdida, pero no hay nada. Me he dado cuenta de que estoy perdiendo poco a poco la esperanza, mi corazón se está resignando a perderlo, y me da miedo, porque la verdad es que no quiero olvidarlo, no importa que tan doloroso
Trevor. Saco la última caja de la mudanza del baúl de mi auto y la subo al apartamento de Rose, hay montones de mis cosas tiradas por todos lados, debo empezar a organizar antes de que salga de la ducha y se enloquezca cuando vea el desastre que he hecho con su sala. Aunque no le vendría nada mal un poco de desorden, Rose es de ese tipo de chica que tiene todo milimétricamente ordenado, y eso es agradable, pero un buen sacudón no está mal de vez en cuando.Me quedo de pie en medio del lugar y miro a mi alrededor, el sitio es completamente diferente al que compartía con Max, mi apartamento con ella era cálido, hogareño, era mas simple, supongo que no necesitábamos demasiado, sin importar cuanto tuviéramos nuestras posesiones más valiosas éramos nosotros mismos, sobre todo cuando estábamos juntos… este lugar es diferente, es elegante y suntuoso
Rose. –¿Dónde está la puñetera corbata que compré? – pregunta Trevor mientras levanta todo el desorden que hay en la cama, desorden que él mismo hizo.–¡Cálmate, aquí está! – me acerco a él con la corbata en la mano, Trevor me la arrebata de forma grosera, yo lo miro con el ceño fruncido, no sé porque esta tan enojado, pero sea lo que sea yo no tengo la culpa y no quiero dejar que me trate como tal – No tienes que comportarte como un imbécil, que estés estresado no es mi culpa, ni siquiera es un evento mío al que vamos – refunfuño al tiempo en que subo el zipper de mi vestido, le pedí a él que lo hiciera hace unos minutos, pero la verdad es que con ese genio no quiero que se acerque a mí.–¡Si no quieres ir no tienes que hacerlo! Nadie te está obligando
Maxine. Le doy un abrazo a Tara, creo que es el quinto abrazo que le doy en toda la noche, pero es que me siento tan feliz y emocionada por ella que no puedo dejar de pensar en lo perfecto que es todo este momento, le deseo toda la buena suerte del mundo con Adam.–¿Ya te dije que estoy muy feliz por ti? – le pregunto al oído.–Como mil veces, pero apártate de mí, me vas a arrugar el vestido – bromea conmigo al tiempo en que me alejo.–Tambien vas muy guapa – la alago, la agarro de la mano y le hago dar una vuela, Tara está usando un vestido de color blanco de satín, es largo hasta el suelo, simple y delicado, pero tambien es bastante sensual, el escote en la espalda y la abertura de la pierna dejan al descubierto las partes más bonitas del cuerpo de mi mejor amiga.–¿Le estás coqueteando a mi novia? – Adam nos mira
Maxine. –Tú puedes, Max – me repito en voz baja mientras me armo de valor y camino hacia la mesa de Trevor, espero que esto salga bien, espero que no me rechace porque sinceramente no me creo capaz de soportarlo.Él tiene que perdonarme, tiene que escucharme, debe hacerlo por la historia que dejamos atrás, una historia con mas momentos buenos que malos, no podemos dejar esto así, no estoy dispuesta a dejar este capitulo atrás… y espero que él tampoco quiera hacerlo, sin importar todo el dolor que nos hemos causado.Trevor me mira cuando llego frente a él, yo me quedo helada por unos segundos, hasta que me aclaro la garganta y puedo emitir una palabra nuevamente – ¿Quieres bailar? – cuestiono de sopetón.Frunce el ceño y la comisura derecha de su boca se eleva ligeramente, pero no estoy segura si se debe a la felicidad o la sorpresa que le
Trevor. Me quedo en la pista de baile durante un par de segundos viendo como Maxine huye, quisiera detenerla, quisiera decirle que todo está bien y besarla, la verdad es que yo he pasado los últimos meses de mi vida queriendo llamarla para poder tenerla entre mis brazos, aunque sea por una ultima oportunidad, pero no puedo hacerlo, no ahora cuando ambos hemos estado bebiendo, cuando no somos dueños de nuestras acciones. La verdad es que no deseo cometer mas putos errores, no quiero despertar mañana con ella en la cama solo para pensar que todo se ha tratado de un maldito error.–Adam, hermano, tengo que irme ya – le aviso a mi mejor amigo – tengo que conducir algunas horas hasta Flagstaff, debo volver al trabajo – le explico.–¡No puede ser cierto! ¿Cuánto te volviste esta persona amargada que dice que tiene que dejar la fiesta para volver al trabajo?Me burlo