HELLEN—Estoy perdida, todo mi carácter, mi egoísmo y mi ambición me han traído al peor de los lados y no se que hacer.Trato de mantener la compostura saliendo de la oficina de ese maldito pero no puedo, todo el cuerpo me tiembla, la cabeza me da vueltas y las náuseas se hacen peor, tengo tanto frío a pesar de ser un día caluroso y todo es peor cuando escuchó a Bennett que me sostiene cuando estoy a punto de caer. —¿Estás bien?— palmea con delicadeza mi cara y me ayuda a sentarme mientras pide agua— linda. —Me duele— hablo llorosa porque entre todos mis problemas el vientre me da punzadas— sácame de aquí por favor. Es lo máximo que puedo pedir, escucho que lo llaman pero no hace caso, está pálido y me carga diciéndole que puedo caminar pero igual lo hace, me parte el alma y nunca pensé que otra persona que no sea yo me pueda preocupar tanto, la angustia de Bennett la siento y soy una idiota por exponer tanto, por haber sido una asesina que quiere seguir con su vida como si nada hu
BENNETT —Escúchame por favor, tu salud es lo más importante— tomó su lindo rostro pero me mira como lo hacía cuando nos conocimos— Hellen.—Miren no es mala idea lo de un viaje, deberían aprovechar antes de que el bebé siga creciendo— interviene Nicolás pero Hellen está rara— el estrés es la madre de todas las enfermedades y aún cuando Hellen es una mujer muy sana, sus nervios le están jugando una mala pasada que puede perjudicar al bebé.—¿Es a eso a lo que te refieres?— le pregunto a la mujer que se pone de pie y de perfil se nota un poco más el bonito bulto donde está mi hijo— Hellen estás muy extraña. —¡Estoy bien!— se altera y tiene la mirada dura de antes— simplemente quiero paz, respirar un aire diferente, que la criatura esté bien, para eso me pagas. Sale del consultorio hecha una furia y no entiendo pero me molesta por completo, ya no sé si son las hormonas del embarazo o que diablos le pasa a esta mujer pero me revienta que llame criatura al bebé por el que hace poco esta
HELLEN—Ven aquí niña linda, muchas gracias por devolverle la vida a mi hijo. Siento los brazos del padre de Bennett y aunque sienta que no me lo merezco me reconfortan porque ha sido una de las personas que más me ha apoyado desde que llegue aquí, ninguno se ha horrorizado por saber qué mamá se suicidio y eso hace que siga descubriendo por primera vez cosas que yo nunca antes conocí, el amor, la amistad, la compresión, la familia y sobre la tremenda necesidad que ha nacido en mi desde que este bebé crece en mi vientre que ya no es de alquiler, es donde está mi hijo. —¿Cree que seré una buena madre?.—Se que hay algo más Hellen— sus palabras me toman por sorpresa— pero déjame decirte que nuestros errores no definen nuestra vida para siempre, depende de nosotros cambiar o seguir en ellos. —Yo nunca creí que podría cambiar porque ante lo que me pasó, no veía nada malo, nunca me he visto como una víctima pero sí como una persona egoísta incapaz de querer a alguien que no sea yo misma,
SANDRA— Papá que bueno que viniste, me he sentido tan sola.—Tranquila, todo está bien— siento los brazos de papá que me dan el consuelo que tanto necesito. —¿Realmente está todo bien?, Dios extraño tanto a Bennett— suspiró con dolor— he hecho todo lo que me has dicho, me he alejado de él pero te juro que quiero regresar, después de todo el si vino por mi. —Eso es una tontería— me grita y me asusta porque estaba siendo muy pacífico— mi niña, no me alteres, por favor entiende que yo sé porque hago las cosas. —Tengo miedo. —No tienes porque, Bennett aún no acepta al bebé del todo y eso es algo que no puede pasar, esa mujer sigue viviendo en la casa que le dieron, es muy aplicada con sus acciones, el embarazo va bien— me entrega una ecografía que me duele ver porque mis embarazos nunca fueron tan adelantados.—Cuando Bennett llegó me dijo que amaba al bebé, que si lo quería y no mencionó a Hellen. —Porque no le importa— toma mi cara con cariño, como antes nunca lo había hecho— somo
Hellen—No lo quiero, lo amo, él me enseñó lo que es tener y sentir amor, igual que tú. —¿A mí también me amas?. —Mucho, más que a mí vida. —Pero por tu culpa él nos dejó, por tus mentiras, porque eres una asesina y yo no quiero tener una madre asesina como tú, Sandra es mi mamá, a ti no te quiero, mi papá nos dejó por tu culpa, eres mala, una asesina, te odio, ¡Te odio!. —No, no no me digas eso, mi amor por favor, no te vayas, ¡No!, !No! !No!... —Hellen, mi amor, hey estoy aquí, despierta mi amor por favor, respira, estoy aquí. —Mi hijo no me quiere, me odia, Bennett se fue.—No, yo estoy aquí— siento sus brazos y miró sus ojos sin entender aún dónde estoy pero no dejo de temblar— mi hijo me odia, él me lo dijo.—No, mi amor escúchame, fue una pesadilla— su mano en mi pecho me hace ver qué estamos en la habitación de la casa— el bebé no te odia, es nuestro hijo, te ama y está aquí— toca mi barriga grande y lloro mas fuerte— igual que yo, ambos estamos aquí. —Fue horrible, no t
HELLEN—Mi amor me emociona muchísimo pero creo que hemos comprado muchas cosas. —Has comprado docena de libros sobre maternidad, que es un poco de juguetes, ropa y estás bellezas que aún no puedo creer le vayan a quedar a una persona. Nos reímos viendo todo lo que Bennett y admito también yo nos hemos vuelto locos comprando, por cada paso hay un mundo nuevo referente a cosas de bebés y es hermoso ver cómo esas cositas llamados zapatos le pueden entrar a un ser humano, he pasado una mañana espectacular aun con todo y que el niño realmente me haga caminar como un pingüino, la barriga me pesa pero soy inmensamente feliz de caminar así. El clima de Francia es perfecto, no hace frío pero corre una brisa fresca que me mueve el cabello y el vestido largo color marfil que Bennett me escogió porque según él después digo que todo me queda mal pero no es para tanto, tengo 8 meses de embarazo, mi cuerpo sigue cambiando y a mi vanidosa de antes le importaría pero a mí no, yo soy feliz caminand
HELLEN—Bennett por favor escúchame, yo te quería decir. —¡No la toquen! está embarazada— Escuchó al hombre que amo y me mira con rabia y al mismo tiempo con la pena que nos lastima a los dos, yo sabía que tenía que decir la verdad pero el miedo me ganó y ahora estoy pagando las consecuencias. Mi barriga duele y el corazón más, los oficiales vienen hacia mi pero Bennett no deja que me toquen, los que están preguntan que pasa mientras Dennis me mira con asco gritando cosas que él no sabía pero entiendo que esto es obra de James Smith, deje que el demonio se acercara a nosotros y el amor me cegó al punto de pensar que ese infeliz se quedaría tranquilo. —Mi amor. —Dime que es mentira— sus manos me agarran con fuerza— esto tiene que ser un maldito error— sigue y sus lágrimas me arden— tú no eres una asesina, este hombre… Se queda en silencio unos segundos mirando al infeliz que me está destrozando la vida alejando su calor de mi cayendo en cuenta de muchas cosas. —¿No es mentira no
BENNETT —¿Cómo pude haber sido tan estúpido?. —No digas eso. —¡Es la verdad abuela!, ella es una mentirosa, toda ella es una mentira y creeme que ahora que se me cae la maldita venda de los ojos entiendo tantas cosas, ellos siempre fueron cómplices. Y juro que no lo puedo creer, quiero vomitar pero eso es fácil, arrancarme el alma por amar a quien no debo no lo es. La situación es una que jamás imaginé y es por eso que siempre he tratado ser un hombre ordenado pero me comporte como un adolescente queriendo tener todo lo que antes no tenía y ahora pago las consecuencias de mis errores, antes me convencía que el tiempo no era importante y ahora odio cada segundo en que me enamore de ella creyendo que nuestro hijo la estaba ayudando a ser una mujer persona pero no es así. —Nunca fue así— me siento idiota cuando leo los documentos que son ensuciados con mis lágrimas— fraude, estafas desde los 16 años— delitos pero nada como los que siguen. Los ojos y el corazón se me salen leyendo