BENNETT —Eso ha sido un avance excelente señores, la economía ha permitido que nuestros beneficios sigan incrementando, agradezco que hayan tomado en cuenta las oportunidades de inversión que sugerí— habló delante de los socios que aprueban todo lo que digo. —No es solo porque seas el heredero de los Hamilton— habla uno de ellos— es porque realmente eres un profesional de verdad y eso nos hace crecer a todos. Agradezco y la reunión ha terminado, por fin me puedo dejar caer en el sillón de mi oficina, grande, elegante y sola, tanto o más que yo, veo el calendario y me doy cuenta que ha pasado exactamente un mes, probablemente el más extraño de mi vida, hace un mes viaje a la India y una semana, muchas llamadas y explicaciones no fueron suficientes para cambiar la realidad en la que ahora vivo, Sandra y su concepto de sanar es simplemente alejarse de mí y exigir que la deje en paz y cuide a nuestro hijo. —¿Cómo lo puedes llamar así si no estás?— miro la fotografía que tengo de nosot
HELLEN—Tu abuela ha estado conmigo en muchas ocasiones, ella no te va a mentir, no estoy haciendo nada que pueda poner en peligro al bebé, no salgo de ese lugar más que para lo básico y eso te incluye a ti— como mi fresa— no había necesidad que pongas a nadie a que me siga. —No es así, no es para que te sigan, es para que te cuiden— habla mientras su padre nos pide calma y se va— quería saber que estabas bien. —Si, claro— hablo entre dientes.—Aunque lo dudes, es la verdad, estaba preocupado.—Pues estoy muy bien. —¿Y porque lloras?— me pregunta acercándose preocupado— Hellen. —No se— realmente se me caen las lágrimas detestando las hormonas del embarazo— déjame— le digo sacando sus manos de mi cara— no me dejas comer— sollozo al ver que se acaban las fresas— ¡Dios qué pasa conmigo!— me desespero y él se ríe abrazándome— Suéltame.—¿Has seguido con las fresas?. —Y el mango— respondo limpiando mis lágrimas— pero no he venido por eso— tengo que dejar de ser ridícula— ¿Para que me
26. COMO UNO SOLOHELLEN —Esto es una locura Una que aún no puedo creer y no entiendo, la verdad es que no me entiendo, me siento en la sala después de haber terminado mis lecciones de etiqueta entre una de las muchas cosas que empecé de mala gana y ahora me gusta, yo la rebelde que solo quería fortuna, creciendo en un barrio cualquiera de esta ciudad, nacida en una hospicio que ni siquiera alcanza a llamarse hospital. Veo a mi alrededor y si bien es cierto no es la mansión de los Hamilton, es un departamento que paso de bonito y elegante a ser hermoso. Doña Elba se fue pero me ha dado no solo lecciones si no felicidades y hasta las gracias porque según ella su nieto es otra persona, un hombre feliz como nunca antes lo había visto, desde hace un mes que nos besamos y hemos compartido siento que el mundo después de todo si tiene algo más que amargura, Dennis ya no forma parte de mi vida y no es que haya hablado con el, es que es obvio, no nos vemos, no lo extraño y no le intereso,
BENNETT —Descansa.Hablo acariciando el cabello largo que tengo extendido a mi lado, hermoso, oscuro, brillante, con un aroma que me hace saber que estoy en un punto de mi vida en el que nunca creí estar y aunque es extraño se siente mejor que bien. Me levanto con mucho cuidado de no despertar a Hellen, poniéndome la ropa interior y el pantalón con la necesidad que me hace reír, ir a la cocina por la tarta que hizo viendo que son casi las 6 de la tarde, llegué a las 10 de la mañana y el tiempo parece poco a lo mucho que disfruto y he disfrutado estar al lado de ella, increíblemente una desconocida que tiene a mi hijo en su vientre, la decisión de la mujer que creí amar toda la vida y ahora es más extraña que la propia Hellen. —Tan dulce como la loca que casi atropello, me robó el dinero, aceptó ser el vientre de alquiler y ahora duerme después de haber hecho el amor— me rio y chupo los dedos con la maravilla de postre qué es esto— eres un enigma en mi vida. Un refugio para mí, col
BENNETT—Estas son las decisiones— el anillo se va y con eso increíblemente mi largo camino con Sandra— hasta aquí hemos llegado.Respiró hondo sintiendo ya no un pesar si no calma, cortó pedazos del postre pero debo ser consciente, es casi de noche y Sandra y yo apenas hemos comido un sándwich, por mi no hay problema pero ella está embarazada y nuestro hijo, decirlo es increíblemente raro pero me pone automáticamente una sonrisa en la cara. —Nuestro hijo debe estar muy bien alimentado. Trato de hacer el menor de los ruidos y busco en el refrigerador encontrando pollo, champiñones y más vegetales que combinan perfectamente con un poco de pasta, me encargo de cocinar con mucho esmero como hace años no lo hacía y el olor me pone famélico, después de varios minutos y dejar la cocina limpia apagó la estufa buscando los platos para servir pero el sollozo de Hellen me hace ir preocupado a la habitación viendo que se tapa el cuerpo apretando las sábanas y con las manos tapando su cara. —¿
HELLEN —Imagino que algo bueno tengo que haber hecho en esta vida para tener está paz. Pienso en silencio pero no es posible, soy una asesina que se muere de miedo de perder su libertad y más aún, de perderlo a él. Estamos en las instalaciones del banco y Bennett entra a una reunión no sin antes darme un beso a mi y a mi panza. Mi vida ha cambiado más que por completo, me siento tranquila por no tener a James Smith amenazándome pero algo me dice que no se va a quedar tranquilo menos sabiendo que Bennett y su hija tienen casi dos meses separados, tanto silencio no puede ser nada bueno y tiene que ser hora de enfrentar la situación. —Dígale al señor Smith que necesito hablar con él, soy Hellen Miller. —¿Qué diablos tienes que hablar tu con mi padre?— la voz de la hermana de Sandra se hace presente y me pone de mal humor— ese cuento de la Cenicienta no te lo creo, sepa el diablo que hiciste para que un hombre como Bennett deje a mi hermana después de haber pasado por tant
HELLEN—Estoy perdida, todo mi carácter, mi egoísmo y mi ambición me han traído al peor de los lados y no se que hacer.Trato de mantener la compostura saliendo de la oficina de ese maldito pero no puedo, todo el cuerpo me tiembla, la cabeza me da vueltas y las náuseas se hacen peor, tengo tanto frío a pesar de ser un día caluroso y todo es peor cuando escuchó a Bennett que me sostiene cuando estoy a punto de caer. —¿Estás bien?— palmea con delicadeza mi cara y me ayuda a sentarme mientras pide agua— linda. —Me duele— hablo llorosa porque entre todos mis problemas el vientre me da punzadas— sácame de aquí por favor. Es lo máximo que puedo pedir, escucho que lo llaman pero no hace caso, está pálido y me carga diciéndole que puedo caminar pero igual lo hace, me parte el alma y nunca pensé que otra persona que no sea yo me pueda preocupar tanto, la angustia de Bennett la siento y soy una idiota por exponer tanto, por haber sido una asesina que quiere seguir con su vida como si nada hu
BENNETT —Escúchame por favor, tu salud es lo más importante— tomó su lindo rostro pero me mira como lo hacía cuando nos conocimos— Hellen.—Miren no es mala idea lo de un viaje, deberían aprovechar antes de que el bebé siga creciendo— interviene Nicolás pero Hellen está rara— el estrés es la madre de todas las enfermedades y aún cuando Hellen es una mujer muy sana, sus nervios le están jugando una mala pasada que puede perjudicar al bebé.—¿Es a eso a lo que te refieres?— le pregunto a la mujer que se pone de pie y de perfil se nota un poco más el bonito bulto donde está mi hijo— Hellen estás muy extraña. —¡Estoy bien!— se altera y tiene la mirada dura de antes— simplemente quiero paz, respirar un aire diferente, que la criatura esté bien, para eso me pagas. Sale del consultorio hecha una furia y no entiendo pero me molesta por completo, ya no sé si son las hormonas del embarazo o que diablos le pasa a esta mujer pero me revienta que llame criatura al bebé por el que hace poco esta