CAPÍTULO 113: EL PRECIO POR TU LIBERTADErikEl tiempo en el reino inmortal es una paradoja cruel. A veces, las horas se desvanecen como arena entre los dedos, y otras, cada segundo se estira como un tormento interminable.Estoy condenado a ser su esclavo. Un Lycan encadenado a su voluntad, obligado a inclinarme ante cada capricho que se le ocurra. Alguna vez, cuando era un cachorro ingenuo, creí que la diosa de la Luna era una madre benevolente, un ser celestial que velaba por nosotros con amor incondicional.Ahora sé que no es así.No somos sus hijos, ni sus elegidos. Somos solo un entretenimiento pasajero, una distracción que creó cuando el aburrimiento la consumía. No nos ve como nosotros la vemos a ella. Y mucho menos le importamos.Hace días insinuó que habría un precio que pagar si quería regresar con Hazel, pero desde entonces no ha dicho nada más. Juega conmigo, se divierte con mi desesperación, pero ya no tengo paciencia para sus juegos.Cuando llego al salón del trono, me e
CAPÍTULO 114: HIJA DE LOBOSHazel—¡Esto es una estupidez! ¡No pueden retenerme aquí! —grito forcejeando contra las rejas mientras el desgraciado de Drake me empuja dentro de la celda junto a Kael.—Te quedarás aquí hasta que decida qué haré contigo, Hazel Newton —espeta antes de girar sobre sus talones y marcharse sin siquiera mirarme.La puerta se cierra de golpe, y mi gruñido de frustración resuena en la fría oscuridad de la celda.Otra vez. Otra maldita vez estoy atrapada.Dije que no volvería a pasar, pero evidentemente no puedo cumplir mis promesas. Ahora Rosie no sabe dónde estoy y mi cachorro está lejos de mí una vez más.—Lo siento, Hazel —susurra Kael, con el tono de quien sabe que ha metido la pata—. Creí que te ayudaría, pero…—¡Evidentemente eres un idiota bueno para nada! —le escupo, dándole la espalda.Él me mira con los ojos muy abiertos, sorprendido por mi agresividad. Puedo verlo en su expresión: “Esta no es la Hazel que conocí”, eso es lo que debe estar pensando.—N
CAPÍTULO 115: EL SUEÑO PERFECTOHazelLas lágrimas resbalan por mis mejillas sin control mientras me aferro a él con todas mis fuerzas. Su calor, su aroma, la firmeza de su abrazo… todo es tan real que me duele. Por un instante, pensé que nunca volvería a verlo, pero ahora está aquí, sosteniéndome como si nunca fuera a soltarme.—¿De verdad eres tú? —jadeo, incapaz de contener mis sollozos.Sus manos enmarcan mi rostro con una ternura que me desarma.—Soy yo, Hazel… al menos en el plano astral —susurra contra mis labios.Mi corazón late con tanta fuerza que amenaza con romperse, no lo pienso ni lo dudo, mi boca encuentra la suya en un beso desesperado, hambriento, empapado de todo lo que hemos perdido.Su lengua se enreda con la mía en una danza feroz, reclamándome como suya. Me aferro a su rostro con la misma devoción con la que él sostiene el mío, como si quisiéramos memorizar cada detalle, cada sensación antes de que la realidad nos arrebate este momento.Pero no es suficiente. El
CAPÍTULO 116: SERÁS PARTE DE LA MANADAHazelEl Alfa Drake nos arrastra con cadenas de plata y acónito hacia la misma fábrica abandonada donde lo enfrenté por primera vez. Su expresión de triunfo me repugna, pero no dejo que lo note. Ahora que soy consciente de mis dones el acónito apenas me quema y la plata se siente como cualquier otro metal en mi piel. Ya no me provoca las dolorosas quemaduras de antes. Puedo resistirlo como si no fuera nada.Pero lo que realmente me inquieta es lo que Kael dijo en la celda: “Hacerla formalmente parte de la manada podría ser tu ruina”. ¿Qué quiso decir con eso?Si Erik me pidió que confiara en él, lo haré… pero no puedo hablarle mientras estemos rodeados de enemigos. Una vez más, la fábrica está repleta de lobos que nos observan con miradas cargadas de desprecio e intimidación. No saben que no soy la misma de antes.Mi corazón late con fuerza, la impaciencia me corroe. He perdido demasiado tiempo aquí.—¿Cuál es tu maldit0 jueguito, Drake? —lo enca
CAPÍTULO 117: EL ÚLTIMO ALFA DE LA LUNA ROJAKaelNi siquiera puedo mirar a Hazel a los ojos cuando nos regresan a la celda. A Rosie se la llevan a otro lado junto con el cachorro, imagino que para mantener a Hazel bajo control. Ella resopla y reniega sin decirme nada, puedo imaginar lo que está pensando, lo que cree que soy.A pesar de que le pido que confíe en mí, le he ocultado muchas cosas. Le he ocultado la verdad de mi historia y de cómo todo esto se relaciona con ella.Cuando cierran la puerta ella se sienta en una esquina, bastante lejos de mí.—Hazel… —empiezo a decir.—No quiero escucharte —responde con dureza.—Lo que él dijo no es del todo cierto, tienes que saber la historia real.—¿Y cómo voy a saber que lo que me dices es la verdad? No sería la primera vez que mientes u ocultas algo —acusa.Suelto un largo suspiro.—Lo sé, pero ya no queda nada más que ocultar. Esta es la verdad…***Hace mil doscientos años, mi manada, la Luna Roja, reinaba sobre todos los lobos. No ér
CAPÍTULO 118: DESAFÍO A LA DIOSAErikNo puedo sacarme de la cabeza mi último encuentro con Hazel. Aunque haya sido a través del plano astral, cada palabra que dijo sigue repitiéndose en mi mente como una grabadora en bucle, imposible de acallar. Sus palabras pueden ser la clave para salir de este lugar maldit0.No sé si la diosa Lúa está al tanto de lo que realmente está sucediendo, si es que acaso sabe que las brujas han vuelto. Pero algo dentro de mí me dice que no tiene idea. De lo contrario, no estaría tan tranquila allá arriba en su trono de oro y arrogancia.Avanzo con pasos firmes en el pasillo que lleva a su salón del trono. Esta vez, los guardias no me enfrentan con la misma ferocidad de antes, pero siguen tensos, listos para atacar si es necesario. Sus ojos dorados me observan con cautela.Me detengo frente a ellos y entrecierro los ojos.—¿Se van a quitar del medio o voy a tener que pasar por encima de ustedes otra vez?Los lobos gruñen con furia, pero no intentan detenerm
CAPÍTULO 119: TE DARÉ LO QUE QUIERESHazelDespués de escuchar la historia de Kael, una maraña de pensamientos me invade. No sé qué pensar. No puedo juzgarlo solo por los errores que cometió hace mil años, aunque lo que hizo fue terrible y, en su momento, imperdonable. Pero el tiempo es un juez implacable. Sería absurdo creer que sigue siendo el mismo hombre que destruyó su propia manada por ambición. Puedo ver el arrepentimiento en su mirada. Lo consume. Lo atormenta. Sabe que se equivocó y que el precio que pagó fue perder a la mujer que amaba y condenarse a la eternidad con esa culpa.Siento pena por él.—¿Esa es toda la verdad? —pregunto con cautela, buscando en su expresión alguna señal de mentira.Kael asiente sin mirarme.—Lo es. Te juro que no tengo idea de por qué han vuelto a nacer Wyrwolves ni qué quiere la diosa contigo. Solo sé que, por alguna razón, me envió para ayudarte. Cuando llegué aquí, ni siquiera sabía quién eras.—Descuida, te creo —respondo con un suspiro y me
CAPÍTULO 120: FINGIENDO ANTE EL ALFAHazelDrake me observa con una evidente sorpresa, pero no oculta la satisfacción en su mirada. Es como si no esperara que mi respuesta llegara tan rápido, mas, al mismo tiempo estuviera complacido de haber ganado. Su sonrisa se ensancha con una mueca de triunfo que me revuelve el estómago.Kael a mi lado permanece en completo silencio, pero puedo sentir su incredulidad. Sé lo que está pensando. Sabe que tengo un plan, pero aun así, no deja de estar tenso.Drake avanza un paso hacia mí.—Sabia decisión, Hazel. Te aseguro que no te arrepentirás.Su tono es condescendiente, como si de verdad creyera que esto es lo mejor que me podría haber pasado.Fuerzo una sonrisa, manteniéndome firme.—Entonces, ¿me sacarás de esta celda? No creo que sea apropiado que tu futura Luna esté encerrada como una prisionera.Drake suelta una risa baja.—Tienes razón. No es apropiado.Chasquea los dedos y dos lobos entran en la celda. Uno de ellos saca una llave y abre la