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CAPÍTULO 121: COMODÍN
CAPÍTULO 121: COMODÍNHazelCamino de regreso a la habitación con los latidos desbocados, sintiendo el peso del acónito oculto entre mis ropas. Lo aprieto con cuidado, como si fuera un arma de doble filo. Y lo es. Si lo uso correctamente, podría significar mi victoria. Si fallo, solo firmaré mi sentencia de muerte.Drake no sospecha completamente… aún. Pero tampoco es un idiota. Me está poniendo a prueba. Sé que no me dejará actuar con libertad, y mucho menos ahora que cree que he aceptado ser su Luna.Pero hay algo más, algo que me carcome por dentro. Rosie y mi cachorro. Aún no los he visto. No sé dónde los tiene, y eso me desespera más que cualquier otra cosa.El solo pensamiento de que esté en sus garras hace que me hierva la sangre.Cruzo la puerta de mi habitación y la cierro con suavidad tras de mí. Me apoyo en la madera y cierro los ojos, tratando de calmar la rabia que amenaza con hacerme perder la cabeza.No puedo darme ese lujo, tengo que pensar con claridad.Mañana harán e
CAPÍTULO 122: REGRESO A LA TIERRA
CAPÍTULO 122: REGRESO A LA TIERRAErikLa tierra se abre bajo mis pies, tragándome hacia un abismo oscuro y sin fin. Mi cuerpo se siente como si ardiera desde el interior, pero no es un fuego mortal. Es poder. Es renacimiento.La voz de la diosa aún resuena en mi cabeza, firme, inquebrantable: “Tu propósito es erradicar la plaga que Winter ha liberado en este mundo.”Pero no me importa, no me interesa su misión de mierd4, ni su guerra contra las brujas que revivieron en el ritual. Lo único que me importa es Hazel.Sin embargo, desobedecer a Lúa no es tan sencillo, puedo sentir la presión de su poder en mi pecho, en la marca de luna que arde como el fuego y se intensifica cada vez que intento desviarme de la orden divina que me dio.Intento moverme en otra dirección, buscar el rastro de Hazel, pero la marca me quema como si mil garras incandescentes se clavaran en mi piel. Gruño, negándome a ceder.—No me importa —digo en voz alta, soportando el dolor—. Hazel y mi cachorro están ahí fu
CAPÍTULO 123: EL REGRESO DEL MATE
CAPÍTULO 123: EL REGRESO DEL MATEHazelHan pasado dos largas semanas desde que tuve que tragarme el orgullo y dejar que Drake siguiera pensando que me casaré con él. Aun incluso estando aquí en el altar tengo que contener mis lágrimas, estoy a punto de lograr mi objetivo, mi trampa, solo debo aguantar un poco más, pero entonces…El aire a mi alrededor se congela cuando la puerta de la fábrica se rompe y se deforma el metal adoptando una figura extraña. El estruendo retumba en las paredes de metal oxidado, y el polvo se levanta dejando una niebla espesa en el ambiente.Mi corazón se detiene un instante, pero mi cuerpo lo siente antes de que mi mente lo procese, es Erik.Mi pecho se contrae, me quedo sin aire al verlo de pie en el umbral. No puede ser… ¿esto acaso es un sueño? ¿Es mi imaginación tratando de jugarme una mala broma en la que mi Mate viene a evitar esta pesadilla?Su presencia es sobrecogedora, casi irreal. Su cuerpo parece más grande, más fuerte, su piel brilla con un re
CAPÍTULO 124: TE DESAFÍO
CAPÍTULO 124: TE DESAFÍOHazelTodo ocurre en un segundo. Mi corazón late con fuerza mientras me aparto de él, sintiendo el ardor de su mirada perforándome la espalda. Alrededor, la manada se agita, sintiendo el cambio en la energía. Algunos lobos gruñen, otros se miran entre sí con confusión, pero todos esperan.Esperan por su Alfa, por su orden. Drake gira bruscamente y escupe el contenido de la copa al suelo. Sus ojos ahora son de un rojo encendido, ardiendo de ira.Mierd4. No bebió lo suficiente como para debilitarlo como quería, pero no tengo tiempo de entrar en pánico.Mis ojos la buscan entre la multitud a Rosie y la encuentro en el borde del círculo, aferrando a mi hijo contra su pecho. Su rostro está pálido por la impresión de ver a Erik aquí y sé que está nerviosa por el plan ahora que las cosas han cambiado. Tiene los labios entreabiertos, esperando mi señal.La tensión en el aire es espesa, pero Drake aún no se mueve y Erik tampoco. Puedo sentir su mirada clavada en mí, tra
CAPÍTULO 125: PROTECCIÓN
CAPÍTULO 125: PROTECCIÓNErikEl rugido de Hazel resuena detrás de mí, pero no puedo volverme. No ahora. Mi hijo y Rosie están en peligro, y esos bastardos no van a llegar lejos con ellos mientras yo siga de pie.Me lanzo tras los lobos que corren tras mi hermana, mis músculos me impulsan con una velocidad que ni siquiera tenía antes de convertirme en Lycan. El aire silba en mis oídos mientras atravieso la fábrica, mis garras destrozan el concreto con cada zancada. El instinto me domina.Uno de los lobos está a punto de alcanzarla. No lo permito.Con un gruñido gutural, salto y lo impacto con todo mi peso. Lo lanzo contra la pared con tal fuerza que su columna se quiebra en un sonido seco. Ni siquiera tengo que mirarlo para saber que no se levantará.El segundo lobo es más ágil, esquiva a Rosie y se interpone en su camino, bloqueando la salida. Rosie se detiene en seco, con el cachorro aferrado contra su pecho, temblando. La desesperación en sus ojos me enfurece más.El lobo gruñe, mo
CAPÍTULO 126: EL VENCEDOR DE LA BATALLA
CAPÍTULO 126: EL VENCEDOR DE LA BATALLAHazelDrake me embiste con una fuerza brutal, su peso me aplasta contra el suelo mientras sus garras intentan cerrarse alrededor de mi garganta. Me revuelvo bajo él, gruñendo y pateando con desesperación, pero su tamaño me supera, su peso es una maldit4 roca sobre mí. Siento su aliento caliente en mi rostro, su gruñido retumba en mis oídos cuando sujeta mi cuello con una mano, apretando con una fuerza despiadada.—No eras rival para mí, maldit4 —gruñe, y su agarre se intensifica hasta el punto en que el aire apenas entra en mis pulmones.Mis pies golpean el suelo intentando empujarme, pero no hay escapatoria. Mis garras arañan sus brazos, dejando cortes profundos que sangran en gruesos hilos rojos, pero Drake ni siquiera reacciona, como si el dolor no le importara. Su otra mano se cierra en un puño y me impacta en el rostro con tal fuerza que mi visión se nubla por un segundo.No, no puedo perder así. Peleé demasiado para llegar hasta aquí. No me
CAPÍTULO 127: PASIÓN SALVAJE
CAPÍTULO 127: PASIÓN SALVAJEErikHazel está frente a mí, su pecho sube y baja con respiraciones agitadas, su piel aún brilla con rastros de sudor y polvo tras la batalla. Sus ojos rojos se ven tan nuevos y salvajes, me devoran igual que los míos a ella. Está hermosa, magnífica, poderosa. La he encontrado, y ya no pienso soltarla.Mis manos la sujetan por la cintura con fuerza sintiendo su calor, su energía pura y desbocada. No hay palabras entre nosotros, porque ninguna es suficiente para describir lo que nos consume en este instante. Ella es mía. Siempre lo fue. Pero ahora, en este preciso momento, es cuando realmente lo acepto. Y la quiero, la quiero con todo mi ser.Gruño bajo, y Hazel responde de la misma manera, una chispa de desafío se enciende en sus ojos justo antes de que tire de mi cabello y me obligue a bajar el rostro para encontrarnos en un beso. No es suave, no es delicado, es pura necesidad. Sus labios son fuego, sus dientes se clavan en los míos con ansias desesperada
CAPÍTULO 128: LA RAZÓN DE SU REGRESO
CAPÍTULO 128: LA RAZÓN DE SU REGRESOHazelEl aire nocturno aún huele a sangre y a tierra revuelta, pero el calor del cuerpo de Erik sigue envolviéndome, como si su presencia pudiera protegerme de todo lo demás. Sus brazos son mi lugar seguro y su piel marcada por mis garras y dientes es la prueba de que es mío, totalmente mío. Pero no hay tiempo para quedarse enredados en este momento, por mucho que lo desee.Rosie y Kael nos esperan, y más importante aún, nuestro hijo.—Mi amor, debemos salir de aquí, tenemos que ver a nuestro hijo. —Miro a Erik y veo el cambio en sus ojos cuando pronuncio la palabra nuestro. Su mandíbula se tensa, pero no es enojo lo que lo recorre, sino algo más profundo, algo que va más allá de las palabras.Cuando regresamos con los demás, el ambiente todavía se siente tenso. Parece mentira que hace unas pocas horas maté al Alfa de la manada Luna Roja y ahora yo misma soy una Alfa.Rosie está de pie junto a Kael, sosteniendo al pequeño Harik en sus brazos. Mi ca
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