“Que abandone el malvado su camino, y el perverso sus pensamientos. Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios, que es generoso para perdonar, y de él recibirá misericordia.” Isaías 55:7–Había leído el reverendo antes de cerrar la biblia y dar la vuelta en su púlpito con las manos tras la espalda plantarse delante del hombre que había invitado aquella tarde a su iglesia. –Puede que esta sea tu oportunidad de buscar la redención por tus pecados, Thomas. –No considero que matar a un ser indeseable de una raza inferior sea un pecado, más bien es justicia divina, la limpieza que necesita nuestra sociedad. –contestó con desprecio y después escupió al suelo. –Puede que la vida de mi hijo no sea nada para ti, pero hay un inocente que lleva tu sangre a punto de ingresar en la cárcel. No es justo que Scott pague por un crimen que no cometió y asumió total responsabilidad por amor a ti. – Un favor que me hace, por hacer mi vida miserable desde hace años, cuando pasó a ser la gran promesa de nuest
–¡TENEMOS CARNE NUEVA! –¡MIREN, UNA PRINCESA! –¡ME LO PIDO! –¡PERO SI ES LA BARBIE! –¡EH PRINCESA, TE VOY A LLENAR DE MIMITOS! Se puede decir que Scott había tenido un caluroso recibimiento, los presos arrastraban objetos por los barrotes de sus celdas, daban la bienvenida a los nuevos, elegían sus nuevas propiedades y hasta repartían turno. Scott no bajó la cabeza ni un solo minuto, nunca se había dejado pisotear y esta vez no sería diferente, aunque le fuera la vida en ello. Lo habían metido en una celda, con un hombre moreno alto que por suerte lo había ignorado por completo, solo le había avisado sobre el orden de las camas y que no tocará sus cosas. Scott estaba con todas las alarmas encendidas, tenía el cuerpo entero en pura tensión, como si hubiera estado esperando el ataque enemigo a cualquier momento. Esa noche no llegó, pero él tampoco había podido pegar ojo. No había recibido ninguna noticia del reverendo y debía tener una respuesta para la fiscal cuanto antes. Isaia
Thomas había entrado al club aquella noche para ver como organizaban todo para la fiesta que se iba a celebrar por la muerte del reverendo Johnson. Bruce había preparado las mejores botellas, había convocado a todos los discípulos de Georgia para presentarse a la celebración. Por fin con el reverendo y su hijo fuera del camino el estado volvería a ser de ellos. Solo quedaba el gobernador como un pequeño obstáculo, pero con Isaiah Jonhson hecho cenizas sería tarea fácil deshacerse de August Smith. Un par de horas más tarde Thomas estaba sentado sobre su moto viendo como llegaban más de cien discípulos y otros colaboradores más de los “DISCIPLES OF CAIN”. EL club era un antro pequeño toda su estructura era de madera tanto por dentro como por fuera y poseía apenas dos puertas de entrada y salida. La trasera que conectaba con el taller mecánico y la entrada principal que no era muy grande y por esa misma puertita Thomas había visto entrar esa figura que esperaba con ansias, pero que no
–Es revisable, no tienes porque cumplir los quince años de condena si te comportas como es debido. –Boris aconsejó a Scott, pero sabía que al chico le estaba resultando difícil mantenerse alejado de los problemas. –Yo no nací para estar quieto si intentan pisarme voy a reaccionar. – Contestó Scott con dificultad porque ya era la segunda vez que se rompía una costilla en el primer mes que llevaba encerrado. –No hace falta que vengas Boris, te agradezco toda la ayuda que me has ofrecido, pero sé que eres amigo de los Johns ... –También soy amigo de Mike chico. –Boris lo había interrumpido, porque su amistad con ambas familias era fuerte lo suficiente como para saber separar las cosas. –Te echan de menos, Meghan se muere por verte. No es justo que la mantengas alejada, es tu madre. –No quiero que me vea aquí, en su momento me dejó bien claro que no me quería ni a mí ni a Thomas cerca de Jamie, ahora creo que tenía toda la razón. Dile que la amo, y por favor no le vayas a contar sobre l
Scott giró su cabeza para ver a Víktor por encima del hombro y lo vio apartar su plato, doblar los codos sobre mesa levantar las manos y cruzarlas para apoyar la barbilla sobre ellas. –Pitt, deja que pase la Barbie. –Ordenó y cuando Scott pasó por el rubio que media casi dos metros ambos se miraron fijamente. Scott se sentó una silla delante de Víktor y le había contado todo lo que había escuchado en la lavandería. Víktor le ponía atención sin demostrar ninguna reacción, hasta parecía que le estaba hablando de cómo preparar una tarta y no que alguien estuviera planeando matarlo. –¿Porque te iba a creer? Frank me ha jurado lealtad hace muchos años. Y a ti no te conozco de nada, eso sin contar que no trago a los n**is. –Víktor escupió y fijó su mirada en los puños de Scott fuertemente apretados sobre la mesa hasta que lo vio ponerse de pie. –Como veas, no me creas entonces–Rugió de frustración y se giró. –Vuelve a ponerte de pie sin que te autorice y te corto las dos piernas. ¡Sién
Parecía que el colchón de la cama de arriba era una vista más bonita que el puñetero Cristo Redentor sobre la montaña del Corcovado porque Scott no apartaba la vista de él. Tuvo que hacer una visita a enfermería por su costilla rota que le dolía infinitamente más después de su reunión de amigos en las duchas. Había extrañado que el médico no le hubiera preguntado nada, pero lo miraba como si ya lo supiera todo. Víktor le había asegurado que no pasaría nada, que en la cárcel de Hays el director era él, pero a Scott le costaba creer que podría matar una persona y salirse de rositas como si nada. –Hoffman, tienes visita. –Anunció un guardia sacando a Scott de sus pensamientos. Scott extrañó por unos minutos por recibir una visita tan tarde, pero no tardó en ponerse de pie y seguir al guardia hasta la sala donde solía reunirse con Boris. –Boris, ¿va todo bien? ¿Ha pasado algo en mi casa? –Preguntó Scott con un tono preocupado. –No, están todos bien, puedes estar tranquilo. Vengo de res
Alice estaba organizando sus maletas mientras que Aaron daba mil vueltas por la habitación. –¿Estás segura de que es un buen momento para irte? –Aaron preguntó viendo a su melliza dejar una prenda de ropa doblaba dentro de la maleta y sentarse en la cama con un gesto de cansancio. –No puedo seguir aquí llorando, hundirme en esta depresión no me va a devolver a mi bebé y… –Y tampoco a Scott–Añadió su hermano y la vio fruncir el ceño. –Scott es pasado y uno que daría lo que fuera por borrar. Me iré a Georgetown, a por la brillante carrera que papá siempre decía que me estaba esperando. Si realmente quiero empezar a preparar la base para el cambio de este mundo debo empezar estudiando. –Afirmó con vehemencia. – Con lo que me ha dejado papá también puedo empezar la reconstrucción del centro y sé que me vas a ayudar en esto. –Sí, ahora que te vas yo prefiero regresar a Griffin. Isaac es nuestro hermano, pero prefiero tener varias horas de distancia entre él y yo. –Aaron habló con trist
Tres años más tarde –¡¡Mira Barbie!! ¡¡Está saliendo tu mujer en el telediario otra vez!!–Avisó Dominique, uno de los hombres de Víktor y todos levantaron la cabeza para ver la televisión menos Scott que siguió comiendo sin inmutarse. Ya estaba harto de verla salir en las noticias como la nueva salvadora de los derechos humanos. –No es mi mujer, y ya te avisé mil veces que dejes de decir eso. –Gruñó con fastidio, pero fue Víktor quien contestó. –No es tu mujer, pero bien que te has tatuado su cara bien grande en tu espalda. –Y se rieron todos terminando de sacar el mal humor a Scott. Scott había mirado apenas unos minutos aquella televisión para ver una Alice más madura, más mujer y condenadamente más hermosa. También se veía más seria, ya no tenía aquel brillo especial en los ojos. Víktor le había recetado a Scott su terapia diaria, cada noche se iba solo a las duchas para ordenar sus pensamientos y buscar algo de paz, pero en verdad solo le servía para encontrar su liberación c