Ayyyyyyyyyyyyyyyy que siguen saliendo sorpresas!!!! Gracias por leer!
EMMAEl cielo está tratado de tonos grises mientras conduce hacia la cabaña. Las nubes parecen pesar sobre mí, reflejando perfectamente el estado de mi mente.La voz de la mujer, Beatriz, resuena en mi cabeza con cada kilómetro que recorro."Fui tu nana antes de que tus padres murieran… tus verdaderos padres."¿Cómo se supone que debo procesar algo así? ¿Es esto real o un juego de mentiras más elaborado en mi vida? No lo sé. Pero lo que sí sé es que necesito respuestas, y por eso estoy en esta carretera solitaria, dirigiéndome a la pequeña cafetería donde acordé encontrarla. No quería desviarme de mi lugar de destino, ni hablar con ella en la ciudad donde pudieran vernos.Mis dedos se aprietan con fuerza en el volante, intentando sofocar el temblor que recorre mi cuerpo. Mi corazón tarde rápido, un ritmo desbocado que no puedo controlar. Me repito una y otra vez que estoy a punto de obtener respuestas, pero el miedo al desconocido crece con cada kilómetro que dejo atrás.Entonces lo
DAMIANEl silencio del penthouse es insoportable. Desde que Emma se fue, siento como si cada rincón de este lugar me recordara su ausencia. Intento concentrarme en cualquier cosa, pero mi mente siempre regresa al mismo punto: ella. Mi pecho se siente como un agujero negro, vacío, consumiéndolo todo.He intentado llamarla, enviarle mensajes, incluso fui al hotel donde se quedó las primeras noches después de que se fuera, pero ya no está ahí. Cada intento fallido solo aumenta mi desesperación.Mientras camino de un lado a otro en la sala, Alex me observa en silencio desde la barra. Tiene esa mirada seria, calculadora, que odio porque sé que está a punto de decir algo que no quiero escuchar.Finalmente, rompe el silencio.—Odio tener que hacer esto, pero joder, Damian, te lo dije. —Su voz es firme, como un martillo que golpea mi paciencia—. Te dije que ibas a arrepentirte.Aprieto la mandíbula con tanta fuerza que casi duele. No necesito que me lo diga. Sé que la he arruinado, sé que todo
EMMA El calor es insoportable. Mi piel arde, y el aire está cargado de humo que quema mi garganta con cada respiración. Intento moverme, pero algo pesado me mantiene atrapado. Las llamas rugen a mi alrededor, acercándose cada vez más.-¡No! ¡Por favor, no! —grito, pero mi voz se pierde en el estruendo del fuego.Las imágenes son borrosas. Mi auto destrozado, el dolor en mi costado, las voces de Jhon y Tomas burlándose de mi impotencia mientras me dejaban morir.Siento las lágrimas mezclándose con el sudor en mi rostro. Estoy perdido. Estoy…De repente, un golpe sordo y frío me saca de las llamas. Mi cuerpo da un respingo, y abro los ojos de golpe, jadeando como si acabara de salir a la superficie después de estar bajo el agua demasiado tiempo.Estoy en una cama. Un techo de madera se alza sobre mí, las vigas rústicas me parecen extrañas y familiares al mismo tiempo. El costado de mi torso me arde intensamente, y cuando intento moverme, un grito de dolor se escapa de mis labios.—¡Oh,
EMMAEl calor de la taza de té que Beatriz me ofreció minutos atrás se siente reconfortante en mis manos, pero no lo suficiente para calmar el torbellino de emociones que recorre mi cuerpo. Estoy sentada en un lindo sofá que lleva por completo el sello de Melissa, en la sala de la cabaña de mi mejor amiga. Las paredes de madera nos dan un clima acogedor y el calor que desprende la chimenea hace que el dolor de mi cuerpo malherido se apacigue un poco. Todo aquí parece un eco del pasado, una metáfora perfecta de lo que estoy a punto de enfrentar.Beatriz, sentada frente a mí, tiene los ojos llenos de lágrimas contenidas. A su lado don Ignacio, su esposo, un hombre con rostro amable, aunque algo serio, se mantiene de pie, casi como si esperar sostener a su esposa.Eso es lo que yo hubiese querido tener...Veo a Beatriz, su expresión es una mezcla de tristeza y determinación mientras observa cada uno de mis movimientos, como si estuviera evaluando cuánto puedo soportar.—Señorita Emma,
DAMIANLa luz grisácea del amanecer se cuela por las enormes ventanas del penthouse, pero a mí no me dice nada. Estoy aquí, sentado en la penumbra, con una copa de whisky que no he probado en horas. Todo parece una m*****a broma de mal gusto, como si el universo quisiera darme un último golpe antes de hundirme por completo.Emma está muerta.La botella de whisky está medio vacía sobre la mesa, y mi cabeza da vueltas mientras intento recordar la última vez que me sentí tan miserable. ¿Fue cuando mi madre murió? ¿O cuando decidió ser un hombre hecho solo de venganza?Ahora, sin embargo, todo parece más oscuro, más vacío.La voz de Melissa retumba en mi cabeza, como si fuera un eco de una pesadilla: "Damian, ya no está. Emma... Emma ha muerto". Cada palabra fue un puñal directo al pecho, y desde entonces, la realidad se ha convertido en un infierno.La copa tiembla en mi mano antes de que la lleve a mis labios. El líquido me quema la garganta, pero no lo suficiente como para borrar el do
DAMIANEl aire en el cementerio es pesado, cargado con la falsa solemnidad de quienes no sienten nada. Camino hacia la pequeña multitud reunida alrededor del ataque de Emma, y cada paso que doy aumenta mi asco. Qué espectáculo patético.El aire huele a humedad y césped recién cortado. Si no estuviera en este cementerio lleno de hipócritas, podría decir que es un día perfecto. Pero lo único que siento mientras camino hacia la ceremonia de Emma es asco.El camino está flanqueado por filas de árboles, sus sombras proyectándose sobre los rostros de los asistentes. La mayoría no conocía a Emma, pero ahí están, vestidos de negro, finciendo lágrimas. Justo frente al ataúd, destacando entre todos, están ellos: los Williams.Los Williams están al frente, sollozando como si realmente hubieran perdido algo. Leonord se lleva un pañuelo de encaje blanco a los ojos, finciendo secarse lágrimas que nunca han existido. Y ahí está Jhon, con su cara de hipócrita, rodeado de cámaras y periodistas qu
EmmaObservar mi propio entierro debería ser suficiente para reafirmar todo lo que ya sé. Estoy muerta para el mundo, o al menos para aquellos que me rodeaban.Sin embargo, no puedo evitar sentir un torbellino de emociones cada vez que mi mirada se cruza con Damian, aunque sea desde las sombras.Beatriz está a mi lado, en el auto que hemos aparcado a una distancia prudente del cementerio. Me he negado a quedarme en la cabaña. Necesito verlo, necesito confirmar si su reacción al perderme es genuina o simplemente otra máscara en su interminable juego de manipulaciones.—Es un riesgo muy grande, niña Emma —me había advertido Beatriz mientras nos preparábamos para salir.—Lo sé —le respondí—. Pero necesito verlo. Necesito... saber.Y ahora, aquí estoy, viendo a Damian enfrentarse a mi familia adoptiva, llamándolos hipócritas, exponiendo sus mentiras. Parte de mí quiere creer que todo lo que dice es real, que su furia por mi pérdida proviene de un lugar sincero. Pero otra parte, la que ha s
EmmaMi corazón está a mil por hora. No sé si es nerviosismo, miedo o una extraña mezcla de ambas cosas lo que me recorre mientras me siento en la pequeña sala de la cabaña, esperando.He estado caminando de un lad a otro ya ya tenía mareados a todos, en especial a Melissa que me está viendo con recelo desde la silla de enfrente.Ella está un poco recelosa, con todo lo ocurrido no confía en que mi hermano no vaya a lastimarme, yo estoy más inclinada hacia la curiosidad. Saber si se parecerá a mi.Si tendrá algún recuerdo de mi padré....El día está nublado, y una ligera brisa hace que las ramas de los árboles golpeen la ventana. El sonido debería ser relajante, pero solo aumenta mi ansiedad. Este encuentro... este momento... podría cambiarlo todo.—Niña, tranquila —dice Beatriz, colocándome una mano en el hombro—. Tu hermano también está emocionado por verte. No tienes nada que temer.¿Emocionada? Claro que lo está, él sabía de mpi, me estaba buscando. Pero yo... yo ni siquiera sé cómo