Jorge no llega a casa los siguientes días. Por un lado lo agradezco. No quiero enfrentarlo. Sé que esta bien pues ha ido al trabajo. Una amiga en su empresa me lo ha dicho. Sé que tenemos que hablar. Estos días me han servido para pensar mucho. No quiero que el resto de mi vida sea un martirio. Lo quiero y quiero estar con él pero si no me puede perdonar, nunca lo vamos a lograr. Y yo no quiero pasar el resto de mi vida sufriendo con su desconfianza y groserías. Mañana nos iríamos de viaje cuando salieran los niños de sus escuelas. Realmente tenía la esperanza de que pudiéramos aclarar las cosas y salir de la ciudad. Ya cancelé todas las reservaciones. Ya es un hecho que no saldremos de viaje. Afortunadamente los niños no sabían, así no se quedan con la frustración de no ir. Aunque espero que hoy vuelva a casa y arreglemos esta situación, definitivamente no iremos de viaje. Decidí tomarme todo el día. No fui a trabajar y los niños tampoco fueron a la escuela. Pasamos el día aquí
Las palabras de Javier me descolocan por completo. - Contéstame, mamá. Entonces, Jorge no es, no es mi papá? -Me muerdo el labio pues no sé qué decir. - Déjame acostar a tu hermanita y platicamos, de acuerdo? -Afortunadamente Luz ya tiene mucho sueño. No tardará en quedarse dormida. - Hija, quiero decirte algo antes de que te duermas. Pon atención. -Luz me mira con sus ojitos adormilados y asiente. - Lo que pasó hoy, con papá, no debió suceder. Un hombre nunca, sea quien sea, nunca debe agredir a una mujer, no a su esposa y mucho menos a sus hijos. Entiendes? - al ver la duda en su carita, continuo- Nunca vayas a permitir que alguien te trate mal, sea grosero o agresivo contigo. Un hombre nunca, nunca debe golpear a alguien más y mucho menos a una mujer. Niños - volteó a ver a Javier para que se acerque- Papá y yo peleamos muchas veces pero nunca como hoy y lo que hizo esta noche conmigo y con ustedes no debió pasar. Nunca permitan que nadie los violente y no sean ustedes vio
Me levanto muy a mi pesar, como lo he hecho durante los últimos dos meses. Comienza a pesarme físicamente el andar siempre a las carreras. Realmente admiro a las mujeres que preparan a sus hijos, los llevan o simplemente están ahí para ellos. Es súper demandante. De verdad no hubiera logrado llevar a los dos chiquillos. Me sorprende que María crea que lo hago. Reviso mi celular y veo su mensaje. “ Los niños no irán mañana a la escuela, me quedaré todo el día con ellos. Gracias Andy “. Lo envió desde anoche. Qué extraño, pienso mientras me vuelvo a acostar. Dispongo de una horita más. Cierro los ojos y me acurruco en mi cama. De pronto me cae el veinte. Me incorporo rápidamente y quedo sentada en la cama. - Cómo que no irán a la escuela? Ella no irá a trabajar? Se supone que salen de viaje hasta después del horario escolar . -Tomo mi teléfono y marco su número. Después del primer timbre, me responde. Le suelto una broma como saludo- Decidiste quitarme el último día de mi activida
No me molesto es esperar el ascensor. Seco mis lágrimas y me dirijo a las escaleras. Debo salir de aquí. Necesito respirar aire. Necesito, no sé qué es lo que necesito. Lo único que sé es que el hombre que nunca me quiso no es mi padre y existe una posibilidad, una pequeña posibilidad de que mi verdadero padre sí me ame. Bajo las escaleras corriendo, abro la puerta y llego al lobby. La luz me enceguece un poco y corro hacia la salida. Sé que no debo salir del hotel, pero necesito respirar. Solo a la calle, ahí me detendré y regresaré luego. Un cuerpo detiene mi correr. Alguien me jala del brazo y me pregunta qué pasa. Veo su rostro y lo abrazo muy fuerte. Comienzo a llorar sin control y trato de abrazarlo tan fuerte que me duelen los brazos. Julián se arrodilla para quedar a mi altura y me abraza sin decir nada. Las lágrimas no se acaban. Quiero dejar de llorar y decirle que es mi padre pero no puedo hablar, simplemente no puedo dejar de llorar. ***Busco a Javier en el lobby per
Cuando Andy me dice que vaya a trabajar sin que me preocupe, simplemente no puedo hacerlo. Tomo el teléfono y le marco a Megan para avisar que no iremos. Ni Andy, ni María ni yo. No sé si sea un atrevimiento, pero me parece evidente que nadie lo hará. Si ellas ya avisaron, no lo sé. Megan, como siempre, no dice nada ni hace preguntas. Le digo que todo está bien y cuelga. Me dirijo al restaurante. Estoy muy nervioso. No puedo evitar hacer suposiciones sobre lo que está pasando. Realmente no tengo hambre. Pido solo un café para pasar el rato. Unos minutos después salgo al lobby, intento decidir si regreso a mi habitación o espero ahí para ver si alguien baja. Decido esperar un rato más. Un niño sale corriendo de las escaleras. Se le ve alterado. Está llorando. Lo observo fijamente y noto que es Javier. Sigue su carrera hacia afuera del hotel. Salgo detrás de él. No puedo permitir que abandone el hotel solo y mucho menos en ese estado. Lo tomo del brazo antes de que siga corriendo.
Aunque Julián me suplicó que no me fuera, tuve que insistir. Me tomé 15 días de vacaciones y fui a la playa con mis hijos. Javier, Luz y yo necesitamos hablar para entender lo que estamos viviendo y todos los cambios que vendrán. Javier, por un lado, necesita perdonar. Perdonarnos a Jorge y a mí por todo lo que le hicimos. Jorge, por tratarlo mal y yo, por ocultarle la verdad. Luz necesita entender que su papá ya no estará con nosotros como familia. Es su papá y eso no cambiará pero la convivencia será distinta. Y yo, yo necesito alejarme de todo y enfocarme únicamente en ellos. Tratar de mitigar un poco el daño para seguir adelante. Y pensar. Pensar mucho en todo lo que pasará cuando regresemos. Siempre pensé que no le insistí lo suficiente a Julián para que se quedara, por eso le aguante tanto a Jorge. Creía que me debía eso, no quedarme con un si hubiera…Dejé mi celular con Andy. Compré otro aparato, del cual sólo ella tiene el número. Le hice prometer que no se lo dará a nad
Cuando salimos de su habitación, abrazo muy fuerte a Javier. - Té extrañé tanto. Cómo les fue? -Javier me platica todo sobre su viaje mientras bajamos por el ascensor. Mi corazón rebosa de felicidad. Nunca me imaginé que ser padre se sintiera tan bien. Lo que antes era insignificante, ahora toma otro significado cuando estoy con él. Me siento exultante. Renté un auto para salir hoy. Quiero llevarlo a un lugar que siempre fue muy especial para mi. - A dónde vamos? -- Es una sorpresa. Lo único que te puedo decir es que es un sitio extraordinario -Tomo la autopista cuando confirmo que un auto nos sigue. Lo vi casi desde que salimos del hotel. Trato de no mostrarme nervioso para no asustar a Javier. Aún puede ser una coincidencia. Tomo la primera salida y el auto hace lo mismo. Ya no me queda ninguna duda. Giro la cabeza para ver si Javier está usando el cinturón de seguridad cuando el auto nos impacta por detrás. Javier grita asustado. Tomo con firmeza el volante y miro el espej
Tomo el teléfono y le marco a Megan, ella debe conocer a un buen abogado para ayudarnos. María está desconsolada. Finge estar bien por Javier pero la realidad es que está devastada. - Sí, estamos en el hospital. Están bien, por el momento la urgencia es arreglar lo de la niña. Ok. Gracias Megan -Ver a María me parte el alma. Javier se ha recuperado muy rápido y saldrá esta noche del hospital. Les ofrecí mi casa, no pueden llegar a una habitación de hotel sin calor de hogar. Julian, por otro lado, debe permanecer más tiempo internado. Sufrió heridas muy graves y deben descartar otras complicaciones. ***Doy vueltas como león enjaulado en la habitación. Javier duerme, ya recuperado de sus heridas. Andy nos ofreció su casa y acepté. Necesito rodearme de rostros amigos en estos momentos. Jorge no contesta mis llamadas. Aunque tampoco sé si sea prudente que lo haga. El timbre de la casa suena y me saca de mis pensamientos. Corro a abrir la puerta. El rostro amable de Megan me infunde