Axel se apartó de Freya de un solo golpe y giró rápidamente para quedar viendo hacía la ventana.
— Lo-lo siento… — se excusó Freya sin saber por qué.— No — gruñó este, mientras intentaba respirar para controlar lo que el efecto de ese beso le había ocasionado en su pelvis y los golpes que había recibido su memoria.— Entonces ¿Qué sucede?Primer golpe un beso, segundo golpe su piel desnuda, tercer golpe la sensación de estar dentro de ella — ¡Mierda! — se terminó de soltar la corbata desalineada, soltó los primeros dos botones de su camisa, la temperatura había subido en cuestión de microsegundos, apoyó sus manos sobre el borde de la ventana y dejó caer su cabeza en el cristal — Lo acabo de recordar… — jadeo.— ¿Qué? — inquirió Freya más que confundida, mientras que Axel terminaba de quitarse el abrigo.— Lo- lo de esa noche — volteó a mirarla, sus ojos ya no eran azules como el cielo tras esa misma ventana, se veían prietos, como el deTener que atravesar aquella puerta para Andrew era difícil, respiró, empuñó su mano alrededor de la perilla y entró.— ¿¡Andrew!? ¿Qué- qué haces aquí? — preguntó la rubia. Que tan solo ver los ojos verdes hechos furia de ese hombre había quedado lívida. — Jane… — pronunciar ese nombre aún le ocasionaba hormigueo en la lengua — Vine a cobrarte lo que me debes. La mujer asintió más que decepcionada, intentó pasar saliva, pero su boca se había secado con la presencia de él. De igual manera frunció el ceño, odiaba que la tratara así.— ¿Qué necesitas de mí?— Necesito saber quién fue el informante que les trajo el rumor de que Axel Tremblay está esperando un hijo.— As&iacu
Esos pequeños besos se fueron acercando peligrosamente a los labios de ella, se estaba comportando como un chiquillo, lo sabía, pero no podía evitarlo. Freya, bueno, Freya tenía las hormonas alborotadas por el embarazo o eso quería pensar ella. Así que lo siguiente que se desató fue un beso que casi los pone a arder. Las manos de Axel se enredaron en la cintura y el cabello largo de ella, un gemido exquisito se escuchó de la garganta de Freya lo que hizo a Axel volver a la realidad, haciéndolo bajar el ritmo suavemente hasta separarse a regañadientes de sus labios. — Es hora de que vayas a descansar. Freya abrió la boca para estar en desacuerdo, y volvió a cerrarla, guardándose lo que sentía, era lo único que ella sabía hacer —. Me iré a bañar antes de acostarme — en el tono de su voz se sentía la decepci&oacut
Axel conducía a alta velocidad, pero esta vez lo hacía con una sonrisa en el rostro, hoy después de tanto tiempo llevaba su Bentley descapotable, hacía una buena mañana; que buena, una excelente, maravillosa, mágica e única mañana. Había amanecido al lado de esa chica con ojos color sol, sí, eran como el sol radiante de esa misma mañana. Y lo mejor, ambos recordaban lo que había sucedido la noche anterior, así que, como alguna vez lo prometió, la besó y bajó de nuevo haciéndole el amor de la manera menos salvaje y la más delicada que podía. Y a pesar de que su excitación y su tensión aún estaban presentes, saborear cada parte de Freya era simplemente fascinante. Cuando entró a su propia oficina, sus propios empleados no podían reconocerlo, era un señor Tremblay totalmente diferente, posiblemente nin
Ver esos ojos verdes fue como tener un pequeño flujo de aire de nuevo en medio de su pecho, entró sirvió un trago para cada uno, doble y sin hielo y se sentó a su lado. — ¡Mierda, Axel! Toda la p**a oficina escuchó. — Eso no me importa, Kate está furiosa, no va a quedar tranquila hasta que su reputación vuelva a ser la de antes. Andrew suspiró, no era el mejor momento para seguir hablando, pero tampoco había otro momento para decir lo que tenía que decir. — Axel… — empezó suavemente tanteando el terreno — Fue Grace, ella fue la que difundió la verdad sobre el embarazo de Freya…— ¿Qué? — no esperaba eso, pensaba que algún paparazzi o reportero chismoso, incluso que le hubiesen pasado información desde la clínica donde los atendieron el día anterior — ¿Y cómo diablos supo esa mujer sobre Freya?— No lo sé — se encogió de hombros y terminó su trago. — ¡Mierda! Debí poner a esa mujer tras las rejas cuando tuve oportunidad — se levan
— ¿Qué hacemos aquí? — preguntó Freya viendo el nombre “Harper” en la pared de aquel edificio alto y elegante. — Ven, ya te explico — entrelazó sus dedos con los de ella, y le dio un beso suave en la frente. Para de seguir su camino.Cuando llegaron a su despacho, Pandora hablaba acaloradamente con un hombre alto, corpulento, de cabellos oscuros. A Freya le costó entender cómo esa misma mujer que parecía una guerrera hace unos días, estaba ahí, llena de ira con lágrimas en los ojos, dolida, rota. Quién era ese hombre para descomponerla de esa manera.— ¡Que te largues de mi oficina! ¡Maldita sea, Malthe! ¡Eres un desgraciado infeliz! ¡Nunca debí confiar en ti!— Pandora… Por favor… ¡Déjame explicarte! — ¿Interrumpo?
— ¿Quieres que siga? — Sí, Axel.— ¡Me estás matando, nena! — suspiró — Pero primero a la ducha — Freya solo atinó a hacer un mohín en desacuerdo.Axel fue y preparó la tina con agua caliente, exceso de espuma y esencia de vainilla con lavanda, no había tenido ni un solo detalle especial con aquella mujer que le estaba entregando lo mejor de ella y ahora tomaría esos días para intentar redimirse. Cuando Freya entró, se le llenaron los ojos de lágrimas, también había decorado con pétalos y velas alrededor de la tina iluminando el lugar con una luz tenue y cálida. — ¿En qué momento hiciste todo esto? — sollozó. — Los pétalos y las velas ya estaban aquí — dijo encogiéndose de hombros, minimizando el h
— Ya podemos empezar — fue lo único que le dijo Axel a Andrew tan pronto llegó a su oficina. El joven de ojos esmeralda y mirada perdida solo asintió con una sonrisa de satisfacción. Las siguientes dos horas se la pasó siguiendo paso a paso las indicaciones que Pandora había enviado en un sobre cuando había encontrado un vacío legal en el propio documento que ella había redactado para que Grace Molinero saliera de la compañía por haber desviado fondos a una de sus cuentas extranjeras. El gran problema para Grace fue que Axel le pidió su dinero de vuelta, del cual solo recibió una décima parte, porque el resto se lo había gastado de alguna manera, dándose los lujos que su estatus social requería y su “misero sueldo” no lograba pagar. Quince llamadas después, veinte correos, y unos cuantos documentos demás,
— Kate… ¿Qué haces aquí?— Venía a verte… — declaró dando varios pasos hacía él, en su rostro había de todo menos cosas amables —. ¿Cómo pudiste hacerle eso a Grace? Es mi mejor amiga, su familia está destrozada ¿Enserio estás empeñado a destrozar mi reputación?— Kate, esto no tiene nada que ver contigo — levantó las manos intentando calmarla — Grace tomó su decisión, cometió esos delitos, no podía quedarme de brazos cruzados. — Ella me contó… — gruñó furiosa — Me contó lo que hizo y que habían llegado a un acuerdo. ¡Rompiste el trato!— No, Kate — frunció el ceño, estaba dispuesto a hablar con ella, pero no que lo señalara de manera errónea