Me llevó unos minutos decidir perseguir a Adrien; a pesar de saber que eso dejaría en suspenso mis planes de venganza, simplemente necesitaba estar con él. Salgo al pasillo para dirigirme a la otra habitación, donde imaginaba que Adrien estaría. El aire nocturno está gélido, así que me envuelvo en mis brazos, buscando aliviar el frío que me atraviesa.Entro en la habitación, con el corazón palpitando aceleradamente. Al notar la luz encendida, rápidamente me doy cuenta de que Adrien no está allí.No escucho su aproximación hasta que siento su respiración rozando mi nuca.— ¿Necesitas algo? — susurra.Su voz me estremece de manera irresistible, y lentamente giro hacia él. Está allí, con su pecho desnudo desafiando el frío y sus pantalones de franela. Su cabello aún lleva rastros de humedad, lo cual significa que acaba de ducharse.— Sí, te necesito a ti — logro articular, humedeciendo mis labios con timidez.Sus ojos brillan con intensidad, reflejando el cálido resplandor de la luz que
Mi vendetta, que una vez fue tan sólida y poderosa, ahora se desmorona lentamente ante mi determinación. Anhelaba continuar saboreando la presencia de Adrien, pero en lo más profundo de mi ser, unas voces insidiosas susurraban, recordándome la posibilidad de que él jugara nuevamente con mis sentimientos. A pesar de mi decisión firme, mi mente seguía turbada por estas dudas que se infiltraban en mi ser.A medida que me sumergía en mis reflexiones, me encontraba en un cruce de caminos. Por un lado, estaba la sed de venganza que me había mantenido en pie durante tanto tiempo, alimentada por la traición que había sufrido. Por otro lado, estaba la incertidumbre de si valía la pena arriesgarme a ser lastimado nuevamente.Pese a mis esfuerzos por mantenerme firme en mi determinación, estos pensamientos me abrumaban y me llevaban a cuestionar si estaba tomando la decisión correcta. Tal vez, en el fondo, había una parte de mí que buscaba otra salida, algo distinto a la amargura y el dolor ajen
Después de despedirme de Tania en el café, me dirigí a casa de mis padres para encontrarme con Adrien. Estábamos ansiosos por almorzar juntos y pasar un rato agradable. Mientras caminaba por las animadas calles de la ciudad, mi teléfono sonó, indicando una llamada entrante. Al sacarlo del bolsillo, me di cuenta de que era él.— ¡Hola! — respondí con entusiasmo —. Estoy en camino a casa de mis padres, ¿qué sucede?— Llamo para avisarte que surgió algo inesperado en el trabajo y no podré llegar a almorzar — me dice con seriedad.— ¿Sucedió algo malo? — pregunto curiosa, su tono de voz me intriga.— No, cariño, solo que debo acudir a una cita de último momento — responde tranquilamente. Noto que oculta algo, pero decido no insistir.— Está bien, mis padres entenderán. No te preocupes — le respondo, un poco decepcionada —. Nos vemos más tarde.— Te amo, Isa — concluye diciendo.Aunque anoche le había dicho que lo amaba, en esta ocasión me encontré en una situación complicada y no pude res
Después de disfrutar de una deliciosa comida y pasar un rato juntos, tomo la decisión de llamar a mis suegros. Aunque habíamos hablado el día de la bienvenida, todavía sentía que les debía una explicación. Quizás mi sensibilidad me empujaba a buscar su consuelo y escuchar sus palabras de apoyo.Tomé el teléfono con cierto nerviosismo, esperando que la llamada fuera bien recibida. Marco el número de Sophia, cada tono parece eterno hasta que finalmente, ella contesta con su voz cálida y familiar. Después de saludarla con cariño, le expliqué de manera honesta mis motivos para llamar. Le conté cómo me sentía y la importancia que tenía para mí tener la aprobación de su familia.Escucho en silencio mientras Sophia me brinda sus palabras de aliento y comprensión. Su amor maternal y su sabiduría me reconfortan, sintiéndome bendecida de tenerla como parte de mi familia. Soy afortunada de contar con ella como suegra.Sophia me dice que me espera en su casa para que podamos hablar mejor, así qu
— ¡Hola mamá! — saluda Adrien efusivamente mientras le da un beso en la mejilla a Sophia.— Hola hijo — responde Sophia con una sonrisa cálida — ¿Está todo bien?— Sí mamá, todo está perfecto.Luego se acerca a mí y me besa suavemente.— Hola mi amor — susurra con dulzura — Pensé que estarías con tus padres, pero Stella me comentó que estarías aquí.Nuestros ojos se encuentran y siento cómo mi rostro se tensa y mi corazón se acelera. Trato de mantener la compostura y le dedico una sonrisa.— Decidí aprovechar la oportunidad para saludar a tu madre. Hace mucho que no pasamos tiempo juntas.— Me alegra que lo hayas hecho — responde mientras se acomoda a mi lado. — Aunque me sorprende que no me hayas pedido que te acompañe.— Lo siento, mi amor. Pensé que aún estabas ocupado. — expreso, tratando de sonar convincente. — Tal vez podríamos organizar algo los tres la próxima vez. No quería que te sintieras excluido Él me observa con curiosidad. Siento la presión de su mirada, como si pudier
La atmósfera del pequeño café estaba llena de animadas charla y risas. . Las mesas, en su mayoría estaban ocupadas y el ambiente se contagiaba de una sensación de camaradería.Mi amiga, con su contagiosa sonrisa en el rostro, me toma de la mano y nos adentramos en el centro del café, donde el espacio se abre lo suficiente como para permitirse hacerme girar lentamente. — ¡Wow, estás radiante, Tita! — exclama emocionada.Aunque comparto su entusiasmo, también un torbellino de emociones se agitaba en mi interior. Una pequeña inquietud se arraigaba en mí, creando una sensación agridulce en mi ser. Aunque trato de mantenerme positiva, ese pequeño nudo persiste, por más que trato de ignorarlo.— ¡Gracias! No lo puedo negar — admito sincera — Me siento realmente bien hoy — añado, con una sonrisa.— ¿Qué te tiene tan feliz? Quiero saber todos los detalles.— Tengo un par de razones.Una vez que pedimos nuestras bebidas, el silencio se hizo presente. Ella, con una leve expresión de cautela en
En la oscuridad de la noche, mientras observaba las luces de la ciudad desde la ventanilla del coche, una determinación comenzó a crecer dentro de mí. Estaba lista para enfrentar lo que viniera, para explorar mi propio corazón y exigir lo que merecía.Cada vez que cerraba los ojos, los recuerdos de aquel encuentro mágico, cuando nos conocimos, se agolpaban en mi mente, llenando cada recoveco de mis pensamientos. Desde el primer momento en que nos vimos, su presencia ejerció sobre mí un magnetismo irresistible, como si estuviéramos destinados a estar juntos. Era fácil para él conquistarme, su encanto era tan poderoso que me envolvía de forma inexplicable cada vez que compartíamos momentos juntos. Sin embargo, a pesar de esa conexión intensa, sabía que para reconstruir nuestra confianza por completo, Adrien debía esforzarse. Era necesario que demostrara con acciones concretas su compromiso y disposición.La noche anterior estaba ansiosa mientras regresaba a casa después de visitar a So
Mientras avanzábamos hacia el restaurante, mis manos sudan ligeramente y mi corazón late un poco más rápido de lo normal. Intento mantener mis nervios bajo control, recordándome a mí misma que ya he pasado por situaciones similares antes. «¡Cálmate!» Me regaño internamente, tratando de encontrar esa tranquilidad que tanto necesito en este momento. Sé que es importante mantener la compostura para poder disfrutar plenamente de la experiencia culinaria que nos espera.Adrien de vez en cuando echa discretas miradas en mi dirección, tratando de captar mis emociones en el momento. Aunque mi mirada se mantiene fija en el camino, mi atención está en él, consciente de su interés por saber cómo me encuentro. Finalmente, llegamos al elegante restaurante. Adrien baja del auto y rápidamente rodea el vehículo para abrir mi puerta. Observo cada uno de sus movimientos mientras respiro profundamente dos veces, una pequeña medida para tranquilizarme antes de dar el siguiente paso. Sé que este gesto