Capítulo 188.

Mis compañeros se posicionaron lo más cerca posible del lugar sin que fueran detectados.

Yo, por mi parte, puse el pecho en la tierra y me arrastré lo más cerca que pude hasta unos arbustos que quedaban a unos escasos metros de una hoguera llena de hombres borrachos y lobas atadas.

Ahora entendí perfectamente a qué se refería Bo con "ser utilizadas". Los gemidos de dolor y no de placer rebotaban por las cercanías tan fuerte que apreté los dientes.

Jodidos Renegados. Al carajo con ellos, los mataría a la menor oportunidad si se cruzaban en mi camino.

Mi acercamiento no era para hacer nada estúpido, sino para averiguar la condición de los cachorros; ésta hoguera en específico tenía una gran cantidad de ellos.

El resto no se encontraba lejos.

Cuando di un vistazo rápido suspiré aliviada. No los habían drogado, solo tenían hambre y por eso su estado aletargado.

¿Cómo lo supe? Porque debajo de las risas borrachas, gruñidos y gemidos de dolor podía escuchar sus pequeños estómagos. Pobres
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP