Llevábamos diez días recorriendo los bosques en busca de Renegados, lobas, una madriguera o una jodida pista para encontrar a un montón de lobos perdidos. Las manadas que visitamos a nuestro paso reportaron algunas desapariciones también, así que el trabajo no terminaba.En todo ese tiempo yo no había podido pronunciar palabras y me sentía más como un pedazo de hoja siendo llevada por el viento. El Alfa Supremo se había querido acercar durante la primer noche, pero supongo que se aburrió de su monólogo en el que ni siquiera moví mi cabeza. Después mantuvo su distancia de mí.-¿Deberíamos regresar y matar a esa loba? - Murmuró uno de mis compañeros de manada cuando me ofrecieron un durazno para la cena y yo no lo acepté.-Nadie matará a nadie. - Dijo el Alfa Supremo sin emoción y mis compañeros gruñeron.-Alfa, estamos preocupados...-Nadie matará a nadie. - Repitió.La hoguera de esta noche era brillante, hipnotizante...-Te quedarás ciega. - Dijo Gail tapando mis ojos con una mano.
Regresamos con la manada y nadie hizo un comentario sobre el por qué estábamos ambos mojados. Ahora que estaba un poco más "despierta", pude sentir claramente el frío en mi piel. Sin tener otra cosa que ponerme, tomé la ropa amarillo chillón y fuí detrás de un enorme árbol para cambiarme. Regresé y busqué un sitio para calentarme bajo el sol. Cuando me senté, la camiseta del Alfa fue arrojada a mi cara. -¿No había nada más pequeño? - Preguntó divertido el Alfa. - Eso es prácticamente ropa interior, Vomi. -Usted dijo "algo que no usarías". ¿Acaso cree que el amarillo es mi color? - Dije poniéndome la camiseta. Cómoda, caliente y con el agradable aroma del Alfa: Bosque después de una lluvia repentina. -Sabes que no me refiero al color. -Pudo haber sido más específico. La manada observaba nuestro intercambio y pude ver que las caras de todos reflejaban algo de alivio. -Yo creo que te ves muy bien, Iris. - Dijo Ti acercándose para entregarme un trozo de carne. Quizá era
Nuestro viaje hacia el Norte fue prácticamente en línea recta. El Alfa decidió por fin quitarse la cicatriz, así que nos mantuvimos alejados de las manadas. Estaba agradecida, algo en mí sabía que en cuanto volviera a pisar una manada tradicional todo lo que estaba suprimiendo explotaría. Mi necesidad para dormir regresó a la normalidad también... hasta que ya no fue normal que tomara un montón de siestas mientras la manada se turnaba para llevarme en brazos. -No has estado comiendo ni durmiendo bien, es normal que ahora tu cuerpo quiera todo aquello de lo que fue privado. - Dijo Ef cuando le pregunté al respecto. Se veía tranquilo. Quizá demasiado tranquilo. Y fue por eso mismo que comencé a sospechar de él. Tardé unos tres días, pero finalmente lo vi agregar algo a mi comida. -¡Lo sabía! - Grité indignada. - ¡Me has estado haciendo dormir! Él suspiró cuando la atención de todos se vió centrada en nosotros. -Solo te estoy ayudando. -¡Estás haciendo que no dé más
-¿No dijiste que querías compañía para la ducha? - Preguntó arrojando sus zapatos a un lado y bajando su pantalón por sus largas piernas. - A menos de que esa fuera tu forma no tan sútil de pedirme que limpiara la suciedad de mi cuerpo porque te molesta. -Usted huele bien y lo tomaría inclusive si estuviera en medio del fango. - Dije distraídamente sin moverme y sin perder mi concentración de lo que hacían sus manos. -Eso suena higiénico. - Dijo con una risa ronca. -¿No le temes a las bacterias? -Conozco unas quince plantas para tratar la gran mayoría de las bacterias. Nimiedades no me detendrían. -Por supuesto que no. - Dijo acercándose a mí gloriosamente desnudo. Elevó una mano y la apoyó en mi mejilla. - Eres una pequeña cosita valiente. La pregunta es... ¿Continuará tu valentía? Su mano bajó lentamente hacia mí cuello y luego su otra mano se unió a la lenta exploración sobre mi ropa. O su ropa, ya que técnicamente la camiseta era de él. Era, tiempo pasado porque pas
Decir que no estaba nerviosa era una mentira. Si, yo había comenzado (de nuevo) una situación caliente con esperanza de sacar por fin lo que nuestros cuerpos no podían negar: Una tensión sexual enorme. Y aún así, al ser mi primera vez estando desnuda y en una situación en la que no me lanzaban piedras, no podía evitar cierto nerviosismo a pesar de mi bravuconería. La lengua del Alfa hacía cosquillas extrañas que iban directo a mi centro y me hacían retorcerme placenteramente. Sus ojos se oscurecían cada vez más y mi instinto me pedía someterme a todos sus caprichos para calmar a su bestia que despertaba poco a poco. Tomó mi otra pierna y repitió el proceso de morder mis rodillas, lamer y volver a morder. Estaba muy feliz de haberme dado un largo baño el día anterior en la corriente del río cercano a nuestro campamento en nuestro camino hacia aquí. Cuando terminó con mis rodillas subió por mi cuerpo. Asechando como el depredador que era. Llegó a la altura de mi cara y
No sentí temor. Más bien algo se derritió dentro de mí y se humedeció aún más el lugar en donde nuestros cuerpos se unían.-Tú estás... - Dijo entre dientes. - Hueles a...-Te deseo. - Completé elevando mis caderas nuevamente.Ambos gemimos.Solo hubo un pinchazo de dolor, seguido de incomodidad antes de que quisiera repetir el movimiento.Lo hice una vez más. Dos veces.Él tuvo que elevarse para capturar mis caderas y detenerme.-Quieta. Estás demasiado...-Más. - Susurré ignorándolo. - Más.Gruñó cuando mis manos fueron hacia su muy bien trabajado abdomen. Seguí las líneas de sus músculos y mordí mi labio porque, mierda, eran increíbles y no me cansaría de manosearlo.Con una de sus manos capturó mis muñecas para detenerme.Solo así hizo que mis ojos volvieran a los suyos. -Espera. - Dijo con la respiración entrecortada. -Te he hecho daño.Negué con la cabeza hacia su lobo que claramente estaba luchando por el control. Instinto de Alfa, de lobo y de macho contradiciéndose y causánd
-Solo recuerda que tú lo pediste. - Susurró contra mi oído. No lo recordaba, pero en este momento yo le diría que si a todo lo que me dijera. Su pecho estaba contra mi espalda alejando el frío de la mañana mientras que nuestras caderas no dejaban de mecerse y chocar entre sí. Una de sus manos alcanzó uno de mis pezones y lo giró entre sus dedos antes de apretar y estirar mi pecho un poco. Mis caderas se elevaron y él gruñó alejándose hasta que solo nuestros cuerpos se tocaban en el sitio por el que estábamos unidos. -Bonita vista. - Dijo divertido sin dejar de embestirme. Mis rodillas y codos milagrosamente se mantenía. en su lugar con la fuerza que estaba ejerciendo él sobre mi cuerpo. Una vez más la dulce sensación de calor llegó y yo gemí más fuerte. -Más. - Lloriqueé. -Buena chica. Una de sus manos empujó en medio de mis hombros y me hizo estar prácticamente con el culo en alto. Creo que ya no me quedaban energías para sonrojarme por la posición. Sus embi
Mucho tiempo después, por fin ambos nos acurrucamos para dormir. -Eso hace cosquillas. - Murmuré con un enorme bostezo. Se parecía mucho a lo que hacíamos no sexual cuando estábamos de misión, la unica diferencia era que sus dedos recorrían mi cuerpo desnudo. -Estoy en una situación difícil. - Murmuró contra mi cabello. -¿Por qué? -Sé que con unas gotas de mi sangre estarías como nueva y podríamos partir en un par de horas a buscar a esos jodidos Renegados... pero has estado recibiendo un montón de mi sangre. Me estiré sobre su pecho para despertarme. Suponía que hablaba de todas esas veces en las últimas horas en que él hería su boca sin querer cuando se le alargaban los colmillos. Con mi boca ansiándolo como una adicta... si, era probable que un montón de su sangre estuviera en mi sistema. Algo de lo cual no me quejaba ya que gracias a eso me encontraba lista para el siguiente asalto cada vez.-No me siento diferente, no hay granos extraños en mí, no he dejado de respirar..