Ubicación: la isla de «Los superiores»Cuando la fiesta está por terminar, se acercan a saludar el doctor Romero y su esposa. Vanesa se ha hecho amiga de Tania, quien tiene una habilidad impresionante para conectar con los demás. En solo una noche, parece llevarse bien hasta con Camila y Clara.—Gracias por habernos invitado —indica Vanesa, abrazando a Tania.—Gracias a ustedes por venir. Imagino que su hija los debe extrañar —responde Tania. Lisandro no sabía que ellos tenían familia.—Mi madre está feliz de tenerla en casa —comenta Emanuel, sonriendo.—Nosotros nos vamos —comenta Valentina al acercarse.—Vanesa —exclama Titán, sorprendido.—Maurice, veo que estás mejor de salud. Me alegra mucho —indica Vanesa. Lisandro percibe la incomodidad entre ellos, recordando que son hermanos por parte de padre y que no se habían visto hasta el día del accidente con Titán.—Gracias a tu esposo, si no fuera por él, yo no estaría aquí —asegura Titán, estrechando la mano de Emanuel.—Es bello ver
Ubicación: la isla de «Los superiores»La fiesta de la organización es al día siguiente del cumpleaños de Amanda. Lisandro está agotado; él y Tania han pasado toda la noche juntos, incluso después de que ella aceptara casarse con él. Recién al mediodía se levantan para almorzar con Amanda, y luego Lisandro vuelve a la cama.Esa noche, su bella esposa lleva un hermoso vestido rojo, luciendo espectacular. Toda ella es como una obra de arte de los mejores pintores de la historia: desde su cabello, pasando por su cuello, clavículas y voluptuosos pechos, su estrecha cintura y su delicioso ombligo, hasta sus caderas que sostienen ese bello trasero y la exquisitez que hay entre sus piernas; incluso sus pequeños pies lo excitan.—Amor, deja de verme así o harás que quiera comportarme mal —le asegura Tania, y él sonríe.—¿Aún tienes ganas de hacerlo? —pregunta en su oído, pasando sus labios por su cuello, haciéndola estremecerse.—Es malvado, señor Li —responde ella, mientras el pantalón del h
Ubicación: la isla de «Los superiores»Lisandro actúa de manera extraña con el señor Volkov. Tania no puede evitar ese aire de celos que lo rodea, eso es algo que a ella le gusta de él, aunque a veces cause confusiones. Le reconforta saber que ha sido tonta al imaginar algo que no era; él solo quiere estar con ella. Si no hubiera sido por Fernando, jamás se habría dado cuenta de que Lisandro en realidad se siente inseguro. Siempre pensó que él ya había entendido que ella está profundamente enamorada de él.—Tania, estás hermosa —saluda la señora Bianchi—. Es decir, señora Li. Supe que él pasó a ocupar el lugar de Sánchez, me alegro mucho por ustedes.Ella es más joven que Tania por algunos años.—Es extraño escuchar eso, gracias, señora Bianchi —responde Tania, mientras guarda su maquillaje.—¿Escuchaste lo que dicen? Vamos a ser varias en la iniciación esta vez —comenta la señora Bianchi, visiblemente feliz por la noticia.—Al parecer, nuestro nuevo líder quiere marcar territorio con
Ubicación: la isla de «Los superiores»Volkov le ha tendido una trampa a Lisandro. Al intentar negociar con él para mantener a Tania al margen, solo logra enfurecerlo. Ahora, en la fiesta, Volkov está dispuesto a hacerle pagar por su atrevimiento. Después de que Bianchi y su esposa salen de la habitación para que ella pueda cambiarse, la velada continúa. Volkov hace subir a la cama a la señora Miller, después de susurrarle algo al oído a su esposo. Solo él puede ver claramente el rostro de su esposa, aunque todos los presentes pueden deducir por la silueta que ella le está lamiendo el cono. Dos minutos pasan, y Lisandro lo nota en su reloj. Su pierna no deja de moverse; Tania será la última, y Volkov se vuelve cada vez más osado.La esposa de Frank es la siguiente, y Volkov repite el proceso. Tras hablar con su esposo, la invita a la cama. Aunque no se distingue con claridad lo que está haciendo, es evidente que no está teniendo relaciones con ella. Cerca de los tres minutos, Lisandro
Ubicación: la isla de «Los superiores»Lisandro y Tania regresan a casa después de la fiesta, y él no le dirige ni una palabra en todo el camino. Al llegar a la mansión, Lisandro le pide a una de las empleadas que llame a la médica.—Lisandro, estoy bien —indica Tania, suponiendo que la petición era para ella.—Nada está bien, ese maldito abusó de ti y dejé que ocurrirera —responde él, furioso. Aunque su rostro permanece impasible, Tania conoce bien sus emociones.—No nos hagas esto —le suplica, consciente de lo que está por venir.—Necesito hablar con alguien. ¿Puedes darme espacio? —pregunta Lisandro, y ella siente un escalofrío al pensar que la está dejando.—No, no lo hagas. Por favor, quiero estar a tu lado. Estoy bien, no me hizo daño —insiste Tania.—Tania, necesito estar solo —responde Lisandro con seriedad, y cierra la puerta de su oficina, dejándola fuera. Tania golpea la puerta con fuerza, pero él no abre.Confundida y herida, Tania se pregunta por qué Lisandro se culpa a s
Ubicación: la isla de «Los superiores»Tania enfrenta a Volkov, llena de determinación.—Es un maldito desgraciado. Hizo todo esto con la intención de que Lisandro se sintiera mal y me dejara —asegura, convencida de haber descubierto su plan.Volkov la mira con descaro y responde sin remordimientos:—Cuando Mijaíl me pidió que ocupara su lugar pensé que estaba loco. Nunca me he interesado por ninguna mujer, pero al verte al lado de ese hombre supe que serías mía.Tania, llena de rabia, le advierte:—Le contaré esto a Lisandro y volveremos a estar juntos. No dejaré que nadie nos separe.Volkov la desafía, su voz cargada de cinismo:—¿Supones que no esperaba que dijeras eso? He enviado a Lisandro a México. Pudiste elegir hablar con él o conmigo. Y como eres una mujer fuerte, supiste quién tiene el verdadero poder aquí. Sé mía, Tania; y Amanda y tú lo tendrán todo.Tania se aparta de él, con la urgencia de ir en busca de Lisandro.—No has investigado suficiente sobre mí. Si lo hubieras h
Ubicación: Argentina—¿Cómo puede ser así ese maldito? —pregunta Belén furiosa.—Tranquila, sé cómo hacer que Lisandro vuelva a mí —responde Tania, segura de sí misma.—¿De qué hablas, amiga? —pregunta Belén sorprendida.—Yo me entiendo —responde ella, y en ese momento entran Rodrigo y Fernando. Ambos se sorprenden al verla.—Tinita —saluda Rodrigo, y la abraza. Se nota que ya está mejor porque la abraza con fuerza. Belén les cuenta lo que pasó y los dos se sorprenden.—Tya, qué difícil —dice Fernando. Es un hombre bueno; se merece conocer a una mujer que pueda darle una vida lejos de todo esto.—¿Cómo harás para que Lisandro responda tus mensajes? —pregunta Rodrigo.—Lo que el señor Volkov no sabe es que soy una mujer con muchos amigos excepcionales —responde, y ellos la miran—. Lisandro no dejará de vigilarme, y cuando vea lo mal que estoy desde que me dejó, volverá a mí.—Eres una maldita manipuladora, eso me encanta —indica Belén, abrazándola.Una vez que ella y Rodrigo salen a ha
Ubicación: Argentina—Tania, sé que no debo, pero no me gustaría morir sin decirte esto. —Fernando parece extraño.—Dime, no necesitas guardarte nada —le indica Tania, mientras se miran.—Me gustaría que te quedaras a mi lado hasta que empeore. No quiero que me veas cuando esté mal, pero deseo pasar mis últimos días sano contigo —le dice Fernando, quien ha tardado mucho en pedir eso.—Por supuesto que me quedaré —le responde Tania, tomando su mano.—¿Y Lisandro? —pregunta Fernando, preocupado.—Él puede esperar en este momento —responde Tania y se acurruca entre sus brazos. Fernando la ha sacado de la miseria en un momento en el que solo deseaba morir. Se merece que ella le preste algunos días de su vida.—Eres una gran persona, perdón por ser egoísta —susurra Fernando, y ella le pide que no hable así.—Quiero que tengas todo lo que deseas porque te lo mereces. Solo dime en qué más te puedo ayudar —le pide Tania, sonriendo.—Deja que te acaricie el rostro hasta quedarme dormido —le su