Ubicación: Argentina

Me encuentro con mi instructor, Laurynowicz. Se parece mucho al líder de los superiores.

—Debes detenerte —me dice y mi expresión se tensa—. Veo lo que haces. Si tomas demasiadas misiones, terminarás agotada y cometerás errores. No voy a permitir que mi mejor alumna, en años, termine bajo tierra solo porque quiere apresurarse. ¿Qué te enseñé?

—No puedes quitarme las misiones —respondo enojada por dentro.

—¿Qué te enseñé? —pregunta de nuevo.

—Todo llega a su tiempo, solo los tontos se apresuran. El león come solo si se toma su tiempo para examinar a su presa con el suficiente detenimiento —indico recitando lo que él alguna vez nos dijo.

—Entonces, ¿por qué en tres meses te has vuelto una estúpida? —pregunta y trata de golpearme, pero lo evado.

—Soy una guerrera —digo y lanzo un golpe, pero él toma mi pierna y cuando trata de romperla girándola, empujo mi cuerpo con la otra, lejos de él.

—No me obligues a hacer que te tomes un receso de nuevo —dice serio.

Me recuerda