aún en la puerta.Quise llamarlo por su nombre pero no lo sabía. Al parecer él se dio cuenta de ello.—Liam— finalizó.—Hola, Liam— me puse de pie y caminé hasta él.—¿Estás lista?— preguntó.Asentí.Él abrió un poco más la puerta invitándome a salir.Salí de la casa acomodando mi short. Miré a mí al rededor notando cinco autos diferentes al blanco que supuse que era suyo. Tenía miedo, ahora no sabría a dónde iríamos, ni qué plan tenía Liam, pero fuese lo que fuese cobraría esto, por él. De igual forma me sentí un poco más aliviada al ver que no estábamos solos.Claramente ese era su auto, el abrió la puerta del mismo y subí.Solté una bocanada de aire antes de que él entrara.Pensé que encendería el coche de inmediato, pero se quedó inmóvil, seguidamente me miró.—Escucha... — Rascó su nuca —Lo que sea que pase hoy, será por él. Ellos no tuvieron sentimientos al matarlo, nosotros tampoco. No tendremos compasión.Tragué saliva.—Siento que seré nuevamente el cebo— murmuré sincera —No
SAMANTHAEl rostro del hombre que conocía desde que tengo memoria estaba delante mi, segundos después de haber noqueado, esperaba que no asesinado a aquel hombre, quien cuidaba de mí.¿Qué hacía aquí? ¿Porqué había echo eso? ¿Que tenía que ver con todo esto?El señor Harper me recordó cómo me llamaba antes de que mis padres murieran, decía que yo era su segunda hija. Y yo lo veía como mi segundo padre.«Yo repetidas veces le pedí a papá que te adoptáramos, él no quiso»Recordé las palabras de Ellie.«¡Ni siquiera quiso que te consiguiésemos un lugar mejor que ese terrible orfanato!»«Supongo que las personas cambian»No.Ya no creía en los cambios drásticos, esto tenía una razón, todo lo tenía. Y justo ahí me di cuenta que el hombre que tenía delante de mí era lo que más abundaba en mi vida, una mentira. Y fue donde sentí pavor, pronto se quitaría la máscara y no sabía a qué atenerme.—¿Qué quiere de mi, señor Harper?— pregunté tomando la perilla de la puerta.—No intentes salir— amen
\"«Arriesga para ganar» decía el hombre que apostó su casa, y la perdió\"SAMANTHAÉl me veía con rostro serio, casi no podía distinguir alguna expresión, tenía la mandíbula apretada, su semblante era pesado y fuerte. Parecía detallarme, quería entrar en mis ojos de alguna forma. Mantener la mirada con ese hombre era difícil, pero no dejaría que me viese vulnerable. Ahora lo tenía en frente, al hombre que Tyler tanto odiaba; al hombre que lo hizo infeliz.Sin pensarlo eliminé el espacio que nos separaba y comencé a golpearlo en el pecho con mis puños, soltando mi furia hacia él. Él ni siquiera se movía, eso me enojaba más y seguía golpeándolo sin parar. Luego de unos segundos de la misma forma, me cansé inevitablemente y me alejé de él con lágrimas en los ojos.—¡Tú hiciste de su vida una mierda!— grité.Él ladeó el rostro, no tenía algún indicio de culpabilidad, de nada.—Lo sé— respondió en seco.Fruncí el entrecejo. ¿Tan solo eso diría?—Todo lo hice por una razón— se justificó.Se
"Hasta el más loco lucha con su cordura"SAMANTHATenía delante de mí al asesino de mis padres, su mano me invitaba a ser tomada para levantarme, sin embargo, me dediqué a mirarle. Pude notar la sonrisa ancha y macabra que trataba de ocultar, pero le era imposible, ya hacía parte de él, de su esencia, no podía no ocultarse, era un psicopata desquiciado.Me levanté por mi misma rápidamente, él alzó la ceja al ver que lo rechacé, pero no le dio importancia, me miró directamente a los ojos y luego a sus uñas jugueteando con ellas.Tenía tantas ganas de tan solo verlo sufrir, ver como se retorcía del dolor, quería borrar su sonrisa. Muchos pensamientos de odio divagaban en mi mente.—Y bien, belleza— habló —Vamos a un lugar más privado, como verás— señaló al rededor —Aquí siempre está muy lleno.—¿A dónde?— pregunté entre dientes.Dió una sonrisa ladeada y se volteó caminando hacía dentro. Tragué saliva y le seguí con miedo, rabia e incertidumbre.Sabía que estaba adentrándome en la boca d
\"Cuando ya no exista querrás valorar, cuando exista, ya no te importará\"SAMANTHAEl sonido del disparo retumbó en mis oídos.Por un segundo pensé que había muerto, mi mente me jugó sucio, sin embargo, cuando con valentía abrí los ojos, la muerte tenía sus labios entreabiertos, mirándome directamente, parpadeo muchas veces y entonces me di cuenta de la verdad, el disparo había sido para él.Cayó al suelo y aquellos hombres me soltaron, mis piernas se convirtieron gelatina, y caí junto a él mirando sus ojos llenos de lágrimas, viendo cómo la vida se desprendía de su ser, seguidamente lo tomaron de los brazos sacándolo del lugar. No podía sentir nada, tenía un shock mental, solo podía distinguir los zapatos de los hombres, de un lado a otro, corriendo, tampoco podía oír nada. Fue como si mi mente y movimientos estuviesen inertes.Un pensamiento se cruzó por mi mente devolviéndome casi cuatro años atrás.«—Samantha... — me llamó mamá desde la sala de estar.Bufé, estaba viendo una seri
New York, temporada de invierno. "La noche de las tragedias".TYLERCamino sin rumbo alguno, tambaleando, mi alma grita por dentro mientras siento mis manos húmedas por su sangre. Estoy vacío, desolado, quiero devolver el tiempo a cuando era solo un niño, quiero regresar a los momentos donde erafeliz, inocente y no sabía lo que en realidad significaba estar vivo.Sin embargo me sentía como uno, me sentía como un niño asustado, vulnerable. No tenía a donde ir, no sabía a dónde ir, quería tan solo perderme entre la oscuridad y no volver a salir a la luz, simplemente no volver.Supongo que de eso se trata la condena al crecer. Todos tenemos que enfrentar nuestras propias batallas, aunque sean una jodida mierda. Debo decir que las mías no han sido nada fáciles, lo estoy corroborando ahora, justo en este momento donde toda mi vida se va por la borda.E
Le dicen Lucifer.Otros Diablo, nunca se sabe.¿Has escuchado sobre que el dinero lo puede comprar todo, incluso personas?Para muchos esto sería una idea descabellada, pero para él no es así.Entre tantas a elegir, aquella chica esbelta de buen cuerpo fue la escogida.Arrastrada a un infierno, donde encontrará el amor en medio de tanto caos y en entre tanto conocerá la verdadera oscuridad de una mirada. Descubriendo que no todo lo que vemos es real, y que la mentira está a la vuelta de la esquina.Al mismo tiempo él, aprenderá que el amor, no se compra.
"Tres años después"TYLER—¿Alguien sabe porque está el hijo de perra en el suelo?— pregunté con cinismo mirando de reojo como se quejaba del dolor.Todos en el salón estaban en silencio viendo la escena.—Pido la palabra— petición de Calavera.—Habla— otorgué.Se formó un pequeño silencio avisando que se aproximaba una mala broma.—Por imbécil— respondió, escuché risas que acompañé.—Tienes razón— ladee una sonrisa —¿Te das cuenta por que debes controlar tus ataques de imbécil ante mi persona?— me dirigí al bastardo que trataba de levantarse.¿Ataques de imbécil? No lo había pensado, un nuevo insulto en mi vocabulario extenso llamado "Maldiciones rutinarias".—Si— respondió