Yo subí a regañadientes y mientras ella manejaba le preguntaba por su boda, me decía que ya casi estaba todo listo y me mostró dos servilletas preguntándome de qué color era.— Esta es blanca nácar y esta es blanco perla.— Esa es mi chica — dijo sumamente contenta mientras se estacionaba en el parqueo del hospital — bien aquí estás, me alegro mucho haberte encontrado.— A mí también, ya sabes dónde trabajo para cuando quieras venir a verme, solo espero poder recibirte. — Puedo llegar a tu casa si así lo deseas.— ¡Claro! Solo me dices donde nos reunimos para así llevarte. — Vale, ¿Sabes algo?.... Adriel te extraña.Al escuchar su nombre tuve cierta cosquilla en mi estómago pero a la misma vez un malestar grande.— El señor Lund sabía que estaría en su casa durante una semana únicamente y pues ese período ya terminó. — Es cierto pero eso no impide que le hagas falta, incluso a Saúl le haces falta y a mí también.— Saúl debería estar contento, casi siempre que estoy a su
AIMEECuando llegué al hotel fui a mi oficina y Saúl entró, me encontraba pensativa sobre Lucía y sinceramente no quería decirle nada a Adriel ya que su reacción no fue la que yo esperaba en ella.— Necesito que me digas que tipo de relación tenían Lucía y Adriel — le dije a Saúl y éste suspiró — vamos Saúl habla. — Son cosas de tu hermano y bien lo sabes, además no sé nada de lo que pasó entre esos dos. — Escúchame bien, me voy a casar contigo y te conozco sumamente bien así que no me trates de negar que desconoces la relación tan rara que esos dos tienen porque desde un inicio sabía que mentías como una rata pero no quise entrar en detalles ya que sabía que no ibas a aflojar nada de nada. — Entonces tienes que saber que tengo la misma postura que tenía antes, no pienso hablar porque eso es un asunto solamente entre Adriel y Lucía. — Por un demonio Saúl, habla o no hay nada de sexo para ti hasta que nos casemos y para esto sí quiero abrirte las piernas en la luna de miel.
— Usted sabe muy bien que trabajar en cuidados intensivos no es fácil, me encuentro bien así que no se preocupe. — No puedo dejarte manejar en esas condiciones, iré a dejarte así que sube a mi carro.— No se preocupe ya le dije que me encuentro bien, además no puedo dejar mi jeep aquí ya que mañana se me va a dificultar la movilización al trabajo.— Entonces yo te iré a dejar a tu casa en tu jeep y luego me regreso aquí en bus.Por más que le insistí que no era necesario él simplemente no me hizo caso y le tuve que dar las llaves de mi jeep una vez que estaciono su carro apropiadamente. Mientras manejaba yo le hablaba de todo y de nada para que se mantuviera despierto. — Realmente es terco como mula, se supone que debería estar durmiendo y no manejando mi jeep para llevarme a mi casa. — Me hubiera preocupado si hubieses manejado hasta tu casa en esas condiciones, yo iré a dormir a mi apartamento luego que te deje en casa.... ADRIELAquí estaba frente al hospital Santillana,
— Tengo que hacerlo y lo voy a hacer, punto final a esta discusión.Suspire pesadamente y le pedí que se quedará a comer, fui a preparar la cena y él me ayudó con algunas cosas logrando que a mi mente viniera el señor Lund cuando hicimos aquellas hamburguesas. — Tienes una linda sonrisa — dijo el doctor — ¿Qué te hizo sonreír así?— Buenos recuerdos que hice en el pasado, bien esto ya está listo así que vamos a comer. Nosotros fuimos a cenar y luego nos pusimos a ver un programa de comedia en la televisión, la chaparrita se fue a dormir y me quedé con el doctor Fernández. — Es muy gracioso el programa — le dije y cuando lo volví a ver se encontraba dormido — ¿Doctor Fernández? Le hable con la esperanza de que despertara sin embargo fue inútil dormía como una piedra, fui a mi cuarto y tomé una almohada además de una sábana y lo acosté en el sofá cubriéndolo.Lave mi uniforme y una vez que lo tuve listo me fui a la cama logrando que en poco tiempo estuviera en brazos de mi a
— ¿Te crees muy importante porque ese mocoso te protege? Si a mí se me da la gana te destrozaría en un dos por tres.— Aléjese se lo advierto, no pienso repetir esto nuevamente.— ¿Qué me vas a hacer? Él me intento tocar y mi mano iba en su dirección sin embargo una voz lo dejó petrificado, lo alejaron de mí rápidamente y ahí pude ver al doctor Fernández sumamente molesto.— ¿Acaso no escucho que se alejara? Ya esto fue suficiente doctor Castelo y me haré cargo personalmente del asunto.— ¿Qué piensas hacer?— Se encuentra despedido del hospital, recoja sus cosas y lárguese.Al escuchar esto me sorprendí, no sabía que el doctor Fernández tenía la potestad de hacer eso y al ver al doctor Castelo este se encontraba pálido. — Doctor Fernández por favor no lo corra — dije y ambos se sorprendieron — el doctor Castelo es un excelente recurso y si lo despide quedaremos a la deriva con los pacientes.Tenía que reconocer que Castelo era un buen recurso y aunque probablemente este de
— Huevos revueltos, pan tostado, frijoles molidos, jugo y leche — le dije omitiendo una cosa que también me gustaba pero no pensaba decírselo — cuando desayuno eso soy la mujer más feliz sobre la faz de la tierra. — Ok lo tomaré en cuenta — me dijo sonriendo — para la próxima vez.Yo comí y luego él se llevó la bandeja, subió y se acostó a mi lado entonces respiro cerca de mi cuello logrando que me erizara la piel.— Lo siento — me dijo — no tienes idea la falta que me hiciste.— No se preocupe — le dije tranquilamente — solamente que me dio un poco de cosquillas.Sin sentirlo me quedé dormida y cuando desperté el señor Lund me miraba fijamente entonces sus labios se dirigieron a mi cuello haciendo que me estremeciera y me levantara de golpe al sentir algo que no debía sentir.— Me tengo que ir — le dije inmediatamente y comencé a bajar las gradas rápidamente.— Lucía espera, yo te llevo.No le hice caso y salí corriendo, un taxi iba saliendo por suerte entonces me su
— Pero usted sabe que yo no tengo toda la autoridad y solamente puedo tomar decisiones superficiales sobre el hospital, dado también que el subdirector no se porta de manera imparcial ante el asunto y pone la amistad que tiene con el doctor Castelo tampoco es de mucha ayuda. — ¿Qué sucedió con Castelo?Fernández le contó lo que había sucedido y al otro lado de la línea se escuchó un suspiro sumamente molesto, guardó silencio por algunos minutos y podía ver que el subdirector junto con Castelo sudaban gordo. — Que esto no vuelva a suceder con ningún recurso, doy la autorización para que el doctor Thiago Fernández tome todas las decisiones que a mí me competen e incluso despedir a algún recurso si así lo decide y nadie absolutamente nadie le puede llevar la contraria.Al escuchar esto me sorprendí ya que la otra ocasión corrió a Castelo pero aún no estaba autorizado, ¿Se iba a meter en un problema solo por mi causa?— Le agradezco que me diera ese poder señor director, ya no lo mo
— Lucía está en casa de Adriel, vamos — le dije y tomé su mano para salir corriendo.— Espera, Ai — me dijo deteniéndome — deberías dejarlos un momento a solas para que hablen.— No — le dije — quiero verla aunque ya luego nos vamos a ir para dejar a ese par a solas y así que hagan cochinadas en lo que nosotros las hacemos en mi apartamento. Saúl aunque opuso resistencia se dejó llevar, pase por una pastelería comprando un pastel de chocolate y luego me dirigí hasta la casa de Adriel.... LUCIA— Al parecer Aimee estuvo aquí hace poco — le dije al señor Lund pero él negó — ¿Quién compró toda esta comida entonces?— Lo hice yo, iba a ir a buscarte al hospital y quería que comieras algo diferente a la comida chatarra que acostumbro a tener así que fui al supermercado en la mañana y luego de dejar todo aquí fui al hotel en donde trabaje un rato y salí temprano para esperar tu salida. Escuchar que hizo todo esto por mí me dio cierta ternura entonces le sonreí pero en poco ti