Tengo que reconocer que es una mujer bellísima y la atracción que siento hacia ella es enorme pero al menos quiero que la pase bien antes de que la tome por completo, que sea algo lindo y no traumante, ese es el objetivo que me propuse y lo voy a cumplir.Cuando la mire sonreír mientras hablaba por teléfono simplemente me saco una sonrisa y cuando hizo lo mismo con Aimee sonreí de la misma forma que ella, a la misma vez pensaba que era una mujer sumamente hermosa tanto por fuera como por dentro.LUCIAYo bajé a la cocina cuando sentí un olor terrible que no sabría describir si era quemado o podrido por lo que fui a ver que sucedía, Aimee se encontraba ahí supuestamente cocinando algo que parecía veneno de la más alta letalidad. El señor Saúl no le decía nada porque probablemente no quería lastimarla pero si comíamos eso que estaba preparando posiblemente no sobreviviríamos— ¿Quiere que le ayude con la comida?— pregunté y saque a ambos de su mundo — soy buena cocinando.— ¿Quieres
— Es normal — me dijo el señor Lund — te corriste porque llegaste al orgasmo.— ¿Esto es de lo que hablan? — le pregunté y él asintió — no tenía idea de cómo se sentía.— ¿Te gustó?Yo no quise decirle nada, él me beso en mis pechos y luego en el cuello, se levantó con una evidente erección que le había provocado.— No te preocupes que yo me hago cargo de eso.Yo lo detuve y lo atraje a la cama, por un demonio se supone que no debo hacer esto sin embargo aquí estoy, baje el short que traía y ahí salió la notable erección que le había provocado.— ¿Cómo puedo ayudarle?— le pregunté sin saber cómo masturbarlo.— Toma mi pene entre tus manos y comienza a moverlo de arriba hacia abajo.Yo lo hice y él comenzó a gruñir, me excite no podía negarlo por lo que mientras lo masturbaba comencé a frotarme contra su pierna haciendo lo mismo que le hacía, me controlé para no jadear, en cambio él era todo lo contrario, jadeaba aumentando mi excitación. Se corrió al mismo tiempo que yo lo
Yo le tomé su mano y así se la sostuve por varias horas, el señor Lund solamente salió para hacer una llamada y luego se quedó a mi lado.El señor comenzó a desestabilizarse y cuando quise llamar al doctor que lo había visto él no me dejo ir, sostuvo mi mano con más fuerza.— No me dejes solo por favor, ambos sabemos que el final está por llegar y no me gustaría morir como viví por tantos años, en completa soledad.Yo me quedé ahí y el señor Lund fue a llamar al doctor, estábamos solos y mire un gran brillo en sus ojos cuando le sonreí.— Eres un ángel — me dijo — aunque digas lo contrario, gracias por hacer mi muerte distinta de como pensaba.Después de decir esto el monitor señaló los signos vitales en cero y el brillo que tenía en sus ojos se fue, apretaba su mano la cual no hacía lo mismo y en ese instante entró el señor Lund con el doctor.— Lucía — cuando me llamó y lo volví a ver dos lágrimas corrieron por mis mejillas — cariño, lo siento.ADRIELMe acerqué a Lucía y ell
— Me alegra escuchar eso — le dije — va a sentir una gran satisfacción cuando lo haga.— Déjame de tratar de usted que soy más joven que tú — dijo cruzando los brazos — llámame Aimee o Ai.— Me puede decir Lu — le dije sonriendo — no tengo ningún problema con eso.— ¡Nada de usted!— Ups, está bien, me puedes decir Lu o Lucía,como te sientas más cómoda.— Vale, te diré Lu porque me gusta más, además de que es mucho más corto que tu nombre completo.— Pero si mi nombre no es muy largo Aimee.— Sí pero yo soy floja — dijo levantando los hombros — en ese aspecto al menos.Yo me puse a reír y seguimos hablando de cosas de la vida, no le conté todos los problemas de mi vida sino de los pocos momentos buenos que tuve en ella porque tenía que reconocer que no todo fue negro sino que también tuvo luz.— Recuerdo en una ocasión que ordené unos tacos mexicanos, el chico me los llevó pero terminé por rechazarlos en el primer bocado.— ¿Por qué, tan feos estaban?— preguntó curi
Aimee no espero y se sentó en el suelo a la par de Saúl, yo fui a la par de Lucía la cual me sonrió nuevamente. Nosotros comenzamos a comer, Lucía sabía cocinar muy bien por lo tanto su comida fue poca para los cuatro, en especial para Saúl que era sumamente quisquilloso en este aspecto y si algo le gustaba comía desmesuradamente.— Eres un ángel para cocinar Lucía, deberías darle clases a los chefs de aquí — dijo Saúl — nunca había comido esto.— No creo que cocine mejor que los chefs de este hotel tan hermoso, sin embargo agradezco el cumplido.— Tú comida tiene un gusto casero que no le dan los chefs de aquí — le dije — aunque la comida que ellos preparan es deliciosa no poseen esto que posee lo que cocinas.— Se lo agradezco señor Lund — me dijo sonriendo — al menos me haré cargo de cocinar en el tiempo que me encuentre en su casa, así no voy a ser una molestia.— No eres una molestia en absoluto — le dije — todo lo contrario, haz dado un toque a la casa de vida y jus
Pobre Lucía, se encontraba sumamente roja por encontrar a mi hermana en esa posición y siendo sincero hubiera preferido ser yo a encontrarlos así que esta chica.Lucía era nueva en este mundo y todo lo relacionado con el sexo le provocaba vergüenza, tenerla a la orilla siempre me daba sensaciones sumamente calientes y en este instante quería desvestirla por completo para hacerla mía. A pesar que tenía estos deseos yo me ponía un freno para no asustarla, además aunque estamos en un hotel no quiero quitarle su virginidad aquí, la notaba incómoda y también con cierto calor corporal, iba a preguntarle si estaba bien cuando ella habló.— Disculpe pero creo que tomaré un taxi a su casa, Aimee al parecer no va a salir de su oficina dentro de un buen rato y quiero irme.— No es necesario que tomes un taxi, me iré contigo porque no hago nada en este hotel si mi oficina está siendo ocupada como un cuarto de habitación.— Se lo agradezco porque de hecho no tengo un solo centavo para pagar el
Yo accedí porque sabía que Lucía era capaz de dejar a mi hermana sin palabras. Al llegar al hotel todas las mucamas estaban en fila mientras Aimee caminaba de un lado hacia el otro con sus brazos cruzados.— Ya les he dicho que lo que hagamos los dueños del hotel es nuestro asunto y no el suyo, tienen que aprender a respetar y a no andar de metiches, bien saben que aquí es indispensable dar privacidad y eso no solamente incluye a los huéspedes sino también a sus jefes. El señor Lund con quien ande no es su asunto y en vez de andar cuchicheando en los pasillos deberían ponerse a limpiar que buena falta hace, jefa usted es la responsable de estas metiches sin embargo creo que le falta socar un poco más la faja.La jefa de las mucamas fue incapaz de pronunciar palabra ya que sabía que si le contestaba a Aimee sería peor.— Nuestra vida privada es única y exclusiva para nosotros, el día que yo quiera ventilar mis cosas las invitare a tomar café con galletitas pero antes manténganse alej
— Definitivamente Aimee y usted son hermanos, ambos se hacen documentales en su cabeza y son tercos como mula. Dudo mucho que esas chicas vuelvan a cometer el mismo error y se lo pienso demostrar.Lucía entró al salón y yo la seguí, ella se puso delante de todas las chicas que se encontraban sumamente nerviosas por la situación sin embargo cuando les brindo una sonrisa lograron calmarse.— Necesito que me prometan y me den su palabra por lo más sagrado que tienen que no van a volver a hablar de más y van a ser una tumba cuando estén frente a un huésped del hotel en caso que miren algo personal de los mismos.Todas lo prometieron a unísono entonces Lucía me miró sonriendo y con sus ojos suplicantes para que rectificará mi decisión, coloque mis manos en la cintura y suspire.— Vayan a trabajar que ya se retrasaron demasiado.Cuando escucharon esto su semblante cambió y una a una fue abrazando a Lucía además de disculparse con ella nuevamente, estuvimos un buen rato en el lugar hasta