—Aurora... Aurora la mordió... la mató... a través de los barrotes— dice entre jadeos y dolor, la sangre sigue brotando de su cuello.
—¿Quién convirtió a Aurora?, ella no estaba bajo tratamiento— levanto la mirada hacia mis acompañantes, Peter se recarga en el borde de la puerta viendo el triste espectáculo.
—Ella... se tomó las cápsulas... ella... se mató con el bisturí— empieza a toser, me levanto y me alejo intentando que su sucia sangre no toque mi ropa, lo veo con asco, con la repulsión que se merece una criatura de su clase y en su condición.
—Bien, estaba loca... caso cerrado— suspiro y me siento en la litera de alado, siento la mano del tipo aferrándose a mi tobillo por encima de mi bota, ya me imagino como la debe estar ensuciando y un escalofrío me recorre, pateo su mano con violencia.
—Jajajajaja sí, no lo niego... no niego que sévalorar la belleza de una mujer... y... ¿sabes qué?... tampoco niego que me he metido con cuanta mujer hermosa se me ha ofrecido... pacientes, enfermeras, doctoras... incluso mujeres que he conocido en una noche de parranda— camina hacia mí con un aire animal y arrogante —tampoco niego que no aproveche estos días antes de la boda para enredarme con alguna mujer de buen ver... tal vez en la asamblea conozca a alguna que otra... después de todo, cuando me case esos días se acabarán, tengo que aprovechar— me dice recogiendo un mechón de cabello y jugando con él, —pero, tú, cariño... no estás en mi menú... disculpa si me causa repulsión compartir saliva con mi propio padre... así que ve a complacerlo— me guiña un ojo, no puedo creer que me esté rechazando, lo empujo cua
Por un momento seguimos viéndonos fijamente a los ojos, esa electricidad que corre entre nuestras miradas, que nos atrapa y nos hace perdernos se apodera de nuevo de nosotros. No puedo evitar verlo fijamente, ver su rostro, sus ojos, sus labios, como su cabello cae por enfrente de su mirada. Suspiro con pesadez y decido evitar su mirada, salgo de la tina y él me ofrece su mano. Salimos ambos del baño y me siento en el borde de la cama mientrascamina hacia la ventana, viendo la luna.—¿Estás lista para lo de mañana?—, pregunta sin voltear a verme, pienso en sus palabras mientras seco mi cabello con otra toalla.—Eso creo— busco una pijama o algo con que cubrirme, encuentro una playera negra que me queda enorme, un recuerdo de un concierto, me la pongo y me cubre hasta medio muslo, uno de mis hombros queda descubierto, pero no hago nada por corregirlo. Camino de regreso a la cama y él me
Un segundo vampiro brinca hacia mí y blando la espada hacia él, antes de que se dé cuenta lo parto por la mitad, su sangre se vuelve negra, borbotea de cada herida y cae al piso convulsionando hasta terminar de perecer y volverse ceniza. Levanto la mirada hacia Zarco quien se sorprende de lo que ve, le da la señal al tercer vampiro de que ataque y justo cuando brinca me hinco y giro sobre mis rodillas partiéndolo por la mitad, haciéndolo sufrir el mismo destino que el anterior.—¿Quién te mandó Zarco?, ¿Stonethunder?—, se asoma Germán por la ventana del conductor viendo todo. —¡ACELERA!—, le grito y de inmediato me hace caso, pisa a fondo, escapando en la camioneta y de pronto Zarco me golpea con fuerza, salgo volando y antes de caer al piso Kronos me toma en brazos y me ayuda a poner los pies en el suelo mientras ve con diversión a Zarco.—Un v
—Si llegamos a la corte estamos seguros... solo hay que dar ese último empujón— dice Claire bajando de la parte de atrás de la camioneta.—Esto es lo que haremos... distribuyan las cápsulas entre ustedes, en mochilas, sus bolsas, como gusten y vayan a la corte, yo tomaré una de las camionetas e iré en sentido contrario— le digo mientras le pido las llaves a Pierre, su camioneta está en mejor estado.—Vaya, que temeraria— se asombra Claire —yo voy contigo— parece que no está dispuesta a negociar.—No, te necesitan... serás más de ayuda para ellos que para mí— le digo sonriendo mientras todos se quedan callados —así que empiecen a repartirse las capsulas— les doy la espalda y me acerco a la puerta de la camioneta dispuesta a abrirla cuando la mano de Kronos se posa sobre la mía.—No ha
—Bien... ¿ya le informaste a quien nos contrató para tal enmienda?—, dice Dieter con tranquilidad, como si esto fuera cualquier cosa, pero por dentro siento pánico de que mi hija este muerta.—Si... sobre de eso... están afuera... quieren hablar con usted— dice nerviosa y de inmediato ambas vemos a Dieter con preocupación.—Bien... hazlos pasar— dice con tranquilidad mientras coloco las fotos en el escritorio, la secretaria avanza hacia la puerta con apuración mientras veo a Dieter preocupada.—«Tranquila... solo no te alejes mucho de mí»— dice en mi mente mientras intento respirar y controlarme.—No me preocupa lo que intenten hacernos... me preocupa mi hija... nuestra hija— le digo en voz baja mientras él levanta su mirada hacia mí, toma mi mano y la besa tomándose su tiempo.—«Si algo le
En eso el teléfono de Debrom suena insistente, este lo saca del bolsillo y frunce el ceño en cuanto ve quien es el que habla, contesta de inmediato y se concentra en la llamada mientras que Stonethunder y yo lo vemos con curiosidad.—Bien, vayan por ellos... no los dejen con vida— dice para después colgar y voltear hacia nosotros —el señor Iron al parecer salió de su oficina y acaba de regresar... está acompañado del mayordomo de la señorita Artemisa y también va una vampiro con ellos— no puedo ocultar mi actitud de "te lo dije" y eso le molesta al lobo.—Vaya... vaya... ahora entiendo porque les fue tan fácil localizar las camionetas— dice Abraham mientras camina hacia la puerta de su despacho —tengo unas cosas que atender... por favor lleven a mi invitada al sótano y háganla sentir cómoda— desaparece detrás de la puerta dej
—Respuesta equivocada— dice Devora y aprieta con fuerza las pinzas siento como mi costilla cruje entre las quijadas del artefacto, grito con fuerza, mientras el dolor se apodera de mi cuerpo, mi corazón se acelera y trato de respirar para controlar aunque sea un poco mi dolor. Cuando levanto la cabeza la veo caminar hacia la mesa de donde tomó las pinzas, toma un cuchillo delgado y se acerca de nuevo a mí. —Volveré a preguntar... ¿dónde están las cápsulas?—, me sonríe y noto el placer que le da hacerme gritar.—En tu corazón— le sonrío y ella solo pone los ojos en blanco. Suspira con pesadez y voltea a ver a Debrom que solo levanta los hombros.—Bien... creo que esto tomará tiempo— dice la sanguijuela mientras corta mi vientre con la cuchilla, dibuja una enorme "D" en mi piel, se siente orgullosa de su obra de arte. La veo cami
—No me importa... lo único que necesito es salvarla a ella, lo demás se puede ir al infierno— le respondo con una sonrisa en los labios. Cliff asiente con la cabeza, resignado.—Iréa la mansión y... enviaré el vídeo de prueba a Kaspar, a Dorian , a Godwing... espero que sea suficiente para justificar la matanza que habrá en esa mansión— me detengo por un momento en la puerta escuchando su comentario.—Aunque no lo fuera, no me importa... iré por Artemisa y mataré a todos dentro... y que quede algo bien claro Cliff...— pienso bien mis palabras antes de decirlas —…si no recibo el apoyo o la bendición de ellos... no me importa, pero si quieren dañar a Artemisa... no dudaré ni por un segundo en llevarlaconmigo y matar a todo aquel que quiera llegar a ella— Cliff parece sorprendido con mis palabras, pero Dieter parecie