CAPÍTULO 21

Fabio pasó la noche sentado frente a la portátil, con la luz mortecina de la lámpara de mesa de su habitación como única compañía. No supo si Valentina había vuelto a la casa ni cómo, él ciertamente no se había molestado en llevarla y de momento tenía una sola obsesión: descubrir cómo, cu&a

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