No me doy cuenta como las palabras salen de mi boca, era mi pensamiento y lo dije en voz alta, y la forma en la que Adrien me está mirando lo confirma, la imagen en otro momento podría ser bastante graciosa, Adrien con el pedazo de pizza a medio camino hacia su boca.
¡Qué hice!
Me levanto rápidamente y corro hacia el baño, cierro la puerta con llave y me apoyo en la puerta.
—¡Por dios Agatha, eres una tonta! —digo en voz baja, paso una mano por mi cabello, quizás Adrien no siente lo mismo por mí y por eso se quedo callado, se siente muy mal decir te amo y que la otra persona no conteste. Algunas lágrimas se acumulan en mis ojos.
—¿Agatha? —unos golpes en la puerta se escuchan junto a la voz, niego con la cabeza pero no respondo—. Abre la puerta —dice.
—Salgo en un momento —digo, suspiro me obligo a sonreír mir&aacu
Adrien había dormido todo el viaje, mi madre le había dado un té de melisa y se había relajado bastante, sobre todo estando en mis brazos, cuando la azafata me avisa que ya llegamos le doy a Adrien besos en la cara hasta que él comienza a despertar, abre los ojos y sonríe.—Nunca se había sentido tan bien despertar —dice, su voz suena ronca, yo sonrío.—Ya llegamos, cariño —digo, él asiente y se levanta, pero rápidamente se gira a mirarme sorprendido, yo ruedo los ojos.—¿Cariño?, vaya vas rápido cariño —dice divertido, yo vuelvo a rodar los ojos pero sonrío.—Como si no te gustara, cariño —digo, él asiente.—Es verdad —Saco mi celular del bolso y lo enciendo para enviarle un mensaje a Roberta, ella y Antoine nos iban a venir a buscar, querían que com
Cuando llegamos al departamento de Adrien, ambos estábamos muy cansados, por el viaje y en parte porque Roberta nos obligó a jugar a las cartas y era un juego largo, si bien en las tres primeras rondas estábamos muy entretenidos, luego ya no lo estábamos tanto y cuando terminamos de jugar, fue un alivio.—Estoy muy cansado, quisiera sexo pero me duele un poco la cabeza —dice, yo asiento, lo obligo a sentarse en la cama y le comienzo a desabrochar la corbata y la camisa.—Tranquilo nene, yo puedo hacer todo el trabajo por ti hoy —digo, él asiente sonriendo.—Sé que siempre puedo contar contigo —dice, posa una de sus manos en mi trasero y lo aprieta, de inmediato la excitación crece y ya estoy lista.—Lo sabes —digo sonriendo.Termino de sacar su ropa y lo empujo hacia atrás, Adrien se deja caer lentamente, pero cuando voy a subirme sobre &ea
Estamos en camino hacia la casa de mis padres, miro a Agatha, se le ve muy nerviosa pero intenta contenerse, pero sé que lo está, mira por la ventana, la verdad no ha dicho mucho desde que le comente sobre lo de venir a ver mi madre, ella aceptó, no la habría traído obligada.—Tranquila —le digo dándole una sonrisa, ella me mira e intenta sonreír pero sale más como una mueca, yo tomo su mano y le doy un pequeño apretón.—Creo que me puse un tanto nerviosa —dice, yo asiento sonriendo.—Tranquila, todo va a salir bien —digo, ella asiente y se lleva mi mano a sus labios y deja un beso.Sé que esto la pone nerviosa, tiene miedo de que mi madre no la acepte, y sé que ahora que me ama, eso le importa.Me ama.Sonrío sin que ella pueda verme, me siento como un maldito crío cuando le prometen comprarle algo, pens&eacu
Al llegar anoche a su departamento habíamos tenido nuestra sesión de sexo como siempre, luego de eso, me había preguntado que tal me había parecido su familia, me había contado de su padrastro y que era como un padre también para él, recuerdo que al escuchar salir esas palabras de sus labios me enderece para mirarlo, me di cuenta de que mi respuesta era muy importante para él y yo ya sabia porqué. Ambos teníamos eso en común, el ser apegados a nuestra familia.A fin de cuentas, me había sentido demasiado bien en su casa, me hicieron sentir como si nos conociéramos de toda la vida, y la actitud de su madre me parecía tan familiar que eso me provocaba sentirme aún más cómoda. Al decir esto, el alivio y felicidad en la cara de Adrien me hizo sonreír.Habíamos llegado hace veinte minutos a la cl&iacut
Salimos de la consulta con un mejor humor del que entramos, pero sí más nerviosos, teniendo en cuenta que Adrien le tenía miedo a las cirugías y yo por mi parte tenía miedo de que pudiera salir a flote algún riesgo, mañana a las ocho de la mañana teníamos que estar en la clínica porque a las nueve entraría a cirugía y antes tenían que prepararlo, tenía grabados cada uno de los consejos que me había dado Gabriel.—¿Que quieres hacer? —pregunta Adrien, yo me lo quedo mirando, el sol le da por detrás, lo hace ver grande e imponente en su traje, se ve exquisitamente caliente, sonrío de forma sensual, Adrien hace lo mismo, me capta de inmediato.—Podríamos ir a comprar las cosas que vas a necesitar, algo de comida para preparar y luego quedarnos en tu departamento —digo, él asiente.—Vamos ráp
—Tranquilo, estaré aquí cuando salgas —le digo a Adrien, él asiente, ya estaba en la camilla, listo para entrar a su cirugía, y sus manos estaban frías de los nervios, tomo su mano y la llevo a mis labios para darle un beso, él sonríe—. Todo saldrá bien ——Eso espero —diceEn ese momento entra Gabriel, sonriendo como si esto fuera la mejor noticia de su vida, en parte eso me tranquilizaba, el hecho de que estuviera tan seguro de su resultado.—Bueno amigo, ¿estás listo? —le pregunta, Adrien sonríe.—No tengo otra opción —dice, Gabriel niega.—La tienes, y es morir —dice, yo me lo quedo mirando en shock, ¿En serio acaba de decir eso?.—Eso no es una opción —digo de forma tajante, Gabriel ríe y luego mira a Adrien.—Creo que se te olvido m
—Habla Gabriel —exige la madre de Adrien, por fin Gabriel sonríe.—Salió todo bien, ya está en la sala de recuperación —dice, dejo escapar un fuerte suspiro, la madre de Adrien agarra mi mano y la aprieta sonriendo, yo asiento.—Te lo dije, cariño ——¿Cuándo podemos verlo? —pregunto.—Si quieres puedes pasar de inmediato, debería estar despertando luego —dice él, yo miro a la madre de Adrien invitando a que ella pase primero.—Pase usted, es su hijo —digo, ella niega sonriendo, toma mi mano en las suyas.—Estoy segura que cuando despierte querrá verte primero, yo soy su madre pero estoy segura, por la forma en que te mira, que eres el amor de su vida —dice, yo asiento con lágrimas en los ojos y sigo a Gabrie
Ya habían pasado tres días desde mi operación, en ningún momento había estado solo, Agatha se había quedo a dormir conmigo todos estos días, Gabriel había trasladado una cama a mi lado y ella con gusto la había ocupado, solo había ido al departamento a bañarse y había vuelto de inmediato. Ahora que ella estaba preparando todo, solo podía mirarla y pensar en la gran mujer que era.¡Yo era un maldito con suerte!Durante estos días mi familia me había venido a ver, mis amigos, y eso me hacía sentir bien, sobre todo que conocieran a la gran mujer con la que quería pasar el resto de mi vida.—Quiero pasar el resto de mi vida contigo, ¿sabes? —digo, ella levanta la mirada del bolso y me mira, enarca una ceja.—Es porque soy tu niñera —dice, yo nie