—¿Vamos al cine y luego vamos a cenar a la casa? — Preguntó Taddeo.—Claro, no puedo rechazar una invitación de tu madre, después bajarían mis puntos con ella, y con solo una guerra que sé dé en esta relación es suficiente —respondió Camilla.—¿Con solo una guerra? —preguntó frunciendo el ceño el ch
AMOR INESPERADOHISTORIA DE TADDEO FERRARI—"Evangeline!” *** —expresó admirado, mientras ella los observaba, en verdad no esperaba verla, habían conversado telefónicamente un par de veces, pero no sabía de su llegada.—“Taddeo”—pronunció ella en voz baja.—“No me dijiste que llegabas” —. Expresó mi
—“¿Qué sucede Evie” —. Interrogó con amabilidad, la curiosidad lo carcomía y tenía la leve sospecha de la razón por la cual estaba allí, no pudo contenerse y le dijo—“Solo existe una explicación de por qué viniste sin avisarme antes, y quiero estar seguro de que se trate de eso”.—“Taddeo, sé que es
—No te preocupes, si te necesito, no dudaré en llamarte—.Se despidieron, dándose un fuerte abrazo.Taddeo caminó a su carro, se sentó en el asiento del piloto y marcó a Camilla, el celular repicó varias veces, pero ella no contestó, la llamada se desvió a la contestadora. Le dejó un mensaje de voz —
—Estás muy filosófico, ¿Alguna chica que te mueva el piso? —preguntó Camilla con curiosidad.—Si hermanita tengo un terremoto, pero no por una, son varias.—¡Te pasas! ¿Por qué eres así Felipe? ¿Cuándo cambiaste?—interrogó molesta.—Porque hasta ahora son todas especiales, ninguna destaca más que ot
AMOR INESPERADOHISTORIA DE TADDEO FERRARILuego de ver la escena que se desarrollaba frente a sí, se dio la media vuelta y se bajó por el balcón, tal y como se había subido, se dirigió a su auto, manejaba por las avenidas y calles de Roma condujo a la casa de sus padres, se movía por inercia, a su
—Taddeo Ferrari, ¿Qué le hiciste a mi hermana, que la pusiste histérica? —Expresó Felipe con enojo.—Él no es Taddeo, es Camilo que entró a mi habitación haciéndose pasar por su hermano, pensó que yo no lo iba a reconocer.Camilo se quedó viendo a Felipe, quien se acercó a él muy peligrosamente, ten
Al tercer día de ausencia, había salido a recorrer el centro de Roma, pensando que pudiera localizarlo, y su sorpresa fue mayúscula al ver en un periódico de farándulas y chismes, una fotografía donde se veía claramente el rostro de su hermano tirado en el suelo como un indigente. Decía que había si