Los gemidos eran fingidos menos el dolor, sus ojos nunca se cerraron y los gemidos de él los escuchaba atentamente, no eran aquellos gemidos que la enloquecían desesperadamente, sus embestidas eran duras y las muecas de dolor eran más que obvias, clavó sus uñas sin piedad en su espalda, pero él ni se quejaba.Terminaron sobre la cama mojando las sábanas y todo el semen quedo dentro de ella, pero le dio asco al escuchar lo que le susurro —quiero que todo mi semen quede dentro de ti en luna roja el día de mi celo y podamos tener cachorros hermosos— sintió una punzada de asco y desprecio, pero lo disimulo muy bien y asintió.Fue al baño y regreso a él fingiendo demasiado dolor —cúrame Vael, por favor duele demasiado, creo que fuiste algo duro, olvidas que no me has marcado— Su cara y su actitud confundían a Eros, no actuaba como siempre con rechazo hacia él, así que fue cuando la tomó por el pelo de repente. —¿qué te traes de repente? ¿Piensas que estoy estúpido? ¿Por qué de repente
Mientras aprieta la almohada por el dolor y sus lágrimas se deslizan silenciosamente, está ella, queriendo soportar estar con un lobo que no es su mate, sus tripas se retuercen mientras las ganas de huir la atacan. Escucha el gemido que le parece horrible en su espalda mientras sus paredes vaginales se contraen cada vez que él lo hace duro buscando la forma de hacerle daño y que sienta dolor, pero el celo estaba tan cerca y su deseo sexual con él aumentaba mucho.Después de que terminó y ella fingió correrse, acabaron. La obligó a bañarse con él y era difícil para ella no evitar el rechazo, no lo quería cerca, su aliento, su calor, incluso su voz era repugnante. Ahora entendía por qué Vael actuaba tan extraño, ahora entendía por qué un día sí, pero otros no. Entonces entendía tantas cosas, incluso el porqué de no querer estar con ella, como se debía, por qué tal vez este maldito que poseía su cuerpo se empezaba a adueñar de él.Por eso el último beso que salió de sus labios fue tan de
Naím no emitió sonido, estaba furioso aún, sin más uno de los del consejo habló —tienes que darle modales a tu hija— los ojos de Naím se fijaron en ese lobo, quien la había maltratado verbalmente—¿Cree que por qué eres del consejo, tienes derecho a hablar mal de mi hija o tan siquiera ofenderla?——Es la verdad, tu hija es una mala educa...— pero cuando Naím iba a reaccionar, apareció Eros de repente y tomó a aquel lobo por el cuello pegándolo a la pared. Varios guardias intentan detenerlo, ¿pero no podían; su fuerza era mayor que la de él.Hizo todo aquel escándalo para que no se note la falsedad, pues como su mate su deber es protegerla, así que debía usar la fuerza bruta.—si vuelves a mencionar a Lass en tu boca, arrancaré esa sucia legua que tienes y no me importa si tú o todos lo que están aquí, me multan mientras vida tenga, nadie molesta a mi mujer, ¿está claro?—El lobo no se inmutaba y eso hacía que Eros se enojara por no causarle el terror que quería, así que cambió sus oj
Eros estaba dentro de la bañera con ella, mientras la obligaba a moverse sobre él, arañando su espalda y haciéndole presión hasta abajo. La obligaba a hacerle chupetes en el cuello y él los hacía en el de ella. —¿Qué pasa, gatita? Hace unos días eras más dulce conmigo, ¿por qué de repente siento tu desprecio nuevamente?—Ella trata de voltear su cara y él no se lo permite clava sus dedos en sus mejillas y le pasa su lengua larga por la cara y áspera y la toma por el cuello—Te estoy preparando para mi celo, por lo menos agradéceme——eres un bastardo, solo eso——¡mmm! Gatita, ¿por qué le dices eso a tu hombre?— el agua sale por los bordes de la bañera y la respiración de Lass es agitada. Escupe su cara y le responde con los dientes apretados—¡no eres mi hombre bastardo!— intenta pegarle y él le sostiene ambas manos con dureza —¿Y si no soy tu hombre, quién soy?— Su tono de voz y su mirada estremecieron a Lass no podía decirle la verdad; que sabía que él era un impostor muy peligroso
Akira reviso a lass, pero no emitían palabras ninguna de las dos, hasta que lass habló —¿Cómo puedo ir al templo?— Akira no entendió por qué su hija le había preguntado por eso. —No hay manera de ir al templo, hija y eso lo sabe...-—La diosa me dijo que sabias— Akira la miró y la tomó por los hombros, sorprendida y caminó a la puerta y la cerró. —lass, de que hablas?——¿Por qué te pones tan nerviosa, mamá? ¿Qué hay de malo en que hable con ella?—Akira se mordió los labios, había algo que nunca había contado, ni siquiera al amor de su vida Naím.—quiero que me digas cada detalle de lo que te contó lass, es demasiado importante—Lass empezó a contarle sobre sus sueños, los que sí podía recordar, el sueño que tuvo con kalilah y el nombre de Eros. Aunque no le dijo que él habitaba en el cuerpo de Vael, pues tenía miedo de que ella le contara a su papá. Cada cosa que le decía Akira aclaraba los ojos de una forma aterradora como si ella supiera algo que los demás no y cuando lass le c
—Madre, aquí estoy. Pensé que el futuro podría cambiar, lass me había dicho esta profecía del futuro antes de morir, pero no le quise prestar atención, pensé que tal vez solo era ¡agh!... ahora se está cumpliendo. Mi hija me ha dicho que ha hablado contigo, me hablo de kalilah y de Eros. ¿Por qué tenían que ser mi hija y Vael? Papá y mamá se fueron para proteger las cuatro piedras, pero aún falta una——Akira mi dulce hija, no daré tal mal a tu hija, pero Eros tomará la manada lo has hecho bien sigue tratando la relación de ambos cómo lo haces, pues si él se llegará a enterar de que tú o lass saben de su existencia no habría forma de que puedan detenerlo, pues acabará con la vida de todos y tú eres el único medio para que lass pueda ir al templo...—madre, yo pierdo decirle la verdad, puedo encargarme de la verdad y así mi pequeña sufriría menos yo...——Akira, eres Ninfa y sabes cuál es tu deber, lass debe enfrentar sola su destino, así como tú enfrentaste el tuyo. La única que puede d
Agitada y tocando mi vientre despierto, mis ojos están abiertos de par en par, pude recordar una pesadilla y un dolor de cabeza me invade, recordando algo más. “Tus pesadillas son futuros que, cuando están por hacerse realidad, las empezarás a recordar”.Tiro mis pies fuera de la cama y sostengo mi cabeza sobre mis manos y acaricio mi vientre. Siento el brazo de Eros envolverme por la cintura y no lucho, pues es en vano.Estoy desnuda y él besa mi espalda con hambre, mete la mano por mi cabello masajeando mi cabeza —¿Qué haces enfermo?—Solo escucho el gruñido y trato de voltearme y ver sus ojos, está en celo.—¡maldición!— gimo molesta mientras él sube sobre mi y me olfatea y muestra sus colmillos.Su cabello cae sobre su cara y lo echa hacia atrás, toma, toma mi cuello y pasa la lengua larga y áspera por mi mejilla.—Espera, Vael— pero gruñe y me pega más a su cuerpo. La temperatura no me ayuda en lo absoluto, tengo calor y su cuerpo está muy caliente.—concéntrate lass, es el cuer
No resisto y respiro profundamente. Despierto, quiero frotar mis ojos, pero tengo las muñecas sujetadas y heridas de tanto forcejeo.Hay un peso sobre mis piernas y es este maldito infeliz para no dejarme escapar, ¿cómo se supone que evitaré que me muerda?***—Estoy preocupado por mi hija—Naím se encuentra en el despacho y junto a él toda la familia. Suspira y se recuesta de Akira quien últimamente está más callada de lo normal. —Es algo extraño...—dice Naím. —¿que es extraño Naím?— le preguntó Arturo —¿Por qué deimon y abril se fueron al templo a cuidar las piedras? ¿No son las ninfas más fuertes que un lobo?—Un trueno se escuchó en el cielo y Naím observo a su esposa y tocó su cara —¿estás bien mi reina?— ella se muerde el labio y se levanta con algo de rapidez —creo que también me afecta saber que mi hija está consumando el celo con Vael, eso significa que posiblemente seré abuela y me siento algo ansiosas——ni hablar de eso— espeta Naím molesto, Arturo le reprocha—Naím, ent