Todos los cuerpos de los lobos yacían en el suelo destripado y sin cabeza, mientras Eros dejaba que Naím se desangrará poco a poco.

—fuiste muy astuto, nadie es tan inteligente como tú, pero nadie es más que yo—

—¿por qué me estás contando todo esto?— lo mira fijamente

—por qué voy a matarte, así que necesito que sepas todo—

—¿Crees que me matarás y pasará como pasa con cada lobo?—

—Es que después de hoy, sé que me descubrirán, tal vez no desde que lleguemos a casa, pero sí en unos días tomaré RAKSHA—

—no tienes la s-suficiente fuerza—

—es por eso que iré al templo y buscaré las cuatro piedras que cuida deimon y los demás en el templo—

—¡¿ja, ja, ja, irás al templo! No existen los portales-

—o sea que Akira nunca te contó la verdad— naím lo mira y pese a su dolor frunce el ceño

—Por tu cara algo me dice que no, pero bueno, si nunca te contó que sabía que yo no era vael mucho menos que si existen los portales— Naím sintió un vacío enorme, que fue eso que Akira le había ocultado.

—¿N