Capítulo 18

Meg no sabía donde se encontraban los vestuarios,pero era demasiado orgullosa como para preguntarle a Levy, que por algún motivo, parecía furioso con el mundo; así que tuvo que preguntar a varios miembros del personal, hasta que consiguió dar con la puerta del lugar.

Buscó su taquilla, pues tal y como le habían dicho otras enfermeras del hospital, todas ellas iban marcadas con los nombres de sus propietarios, y cuando al fin la encotnró, en medio del vacío vestuario, sacó el uniforme que colgaba plácidamente de una percha.

Lo olió con deleite, porque le gustaba aquel olor a desinfectante industrial que tenía la ropa del hospital, y lo acaricio con dedos temblorosos, estaba almidonado y le gustaba. Se puso alegre de nuevo, con la sola visión del uniforme que la validaba como enfermera titulada. Lo descolgó con parsimon

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