Nos montamos en el coche y nos dirigimos al aeropuerto, los vuelos salían en breve y no podíamos llegar tarde.Alicia parecía querer preguntarme algo o hablarme de algo, claro que no le hablaría aunque me pagaran millones para hacerlo.Observaba desde la ventana los árboles que pasaban, la gente feliz que paseaba de la mano y otra con su respectiva familia, ver todo este tipo de cosas me hacía feliz y pensar que tuve la suerte de haber nacido en esta ciudad.Claro hubo ocasiones en que me puse a pensar en otras cosas que me pusieron triste y mirando por la ventana noté algunas de ellas… sobre todo a una que no tengo que dejarla entrar en mi vida de nuevo después de haber hecho lo imposible por sacarlosHace tiempo me entere por un amigo que yo no era hija legítima de mis padres, que me habían adoptado y que venía de otra familia aunque posiblemente viniera de la calle.Después de aquel pensamiento estuve varias semanas sin poder comer ni dormir, mis padres estaban sumamente preocupado
Alicia miró a Alexander como si quisiera que saliera volando del auto para que no escuchara su historia, supongo que en algún momento ella también se enamoró de él cuando era solo una niña y al igual que yo siguió sus sentimientos.Por supuesto que de una manera imprudente.—Entonces, ¿vas a contarnos qué te pasó cuando eras una niña inocente? —Pregunta Manuel curioso sobre el tema, en sabia la vida con Alexander pero no con Alicia y por lo tanto tenía curiosidad por saber por qué era ese tipo de persona.—La verdad es que prefiero contarlo en otro momento cuando Alexander no esté —respondió ella, apretando el poco paño que pudo agarrar de su pantalón.Rodé los ojos y volteé a ver a Alexander como si dijera: sal del auto ahora mismo.Alexander miró a Alicia como si fuera un cachorro y accedió a contar su historia supuestamente trágica.—Cuando era niña conocí a Alexander, pero mi padre también me presentó a otro chico llamado Alejandro. Mi padre me había dicho que cuando creciera me c
Allí estaba Alexander mirándome, sus ojos azules como el cielo que brillaban como dos estrellas.Decidí no darle demasiada importancia y por un auto cerca del aeropuerto, estaba exhausta, de muy mal humor y con ganas de irme a casa.—Lucía —la escuché decir a Alexander —¿Puedo ir contigo a tu casa? Necesito hablar de todo lo que pasó hoy así como de la propuesta de la empresa.—Dejaré que me hables de la propuesta de la empresa, pero no quiero saber nada del resto.—Eso es suficiente para mi.Subimos al auto donde el chofer nos estaba esperando para decirle la dirección que íbamos a tomar.Se lo di y me subí al asiento del taxi, se asomaba un dolor de cabeza infernal y claramente era por fastidio o podía ser que me fuera a enfermar.—¿Te sientes mal?—Solo un poco, es algo que una pastilla para el dolor de cabeza puede arreglar.—Si te sientes cansada, no vengas mañana a la empresa.—¿Te acostaras con Alicia por cuarta vez? —respondí de mala gana —muchas gracias, me tomaré el resto d
Mi madre en toda mi vida nunca me había dicho nada malo para hacerme llorar pero veo que la educación con los hombres cuando son apenas unos niños es muy diferente, ahora entiendo la razón por la cual mi padre trataba de ser cariñoso conmigo y no parecerse en nada a su padre, aunque fuera una niña.—Lo siento mucho, no tenía idea de que estabas pasando por todo eso.—Ya no importa, mi madre es muy vieja y está a punto de morir al igual que mi padre.Abrimos la puerta y entramos a la casa, lo primero que hicimos ambos fue tirarnos sobre los muebles para descansar.—Deberías ir un día de estos a visitarlos.Alexander me lanzo una mirada de total negación y rotundamente rechazó mi idea.—Claro que no iré a ese infierno, la única forma en que iré es con una esposa de la mano y posiblemente con un hijo, solo ellos me darían la fuerza necesaria para enfrentar a mis padres y no hacerle caso a sus palabras inútiles .—No necesitas esposa e hijos para ir a ver a tus padres Alexander.—¿Quieres
Alexander me miró fijamente en ese momento en que estaba sonriendo y me lanzo los brazos para darle un fuerte abrazo.Estaba feliz de que hubiera podido entender mis sentimientos acerca de querer incursionar en el diseño gráfico y por otro lado me complace poder decirle a Manuel que podría trabajar con él en su empresa, había visto todo su trabajo y realmente me muestra que necesitan ayuda con ese espacio.—Alexander, ¿estás bien?El hombre frente a mí se estaba quedando dormido y se negaba a ir a casa sin importar cuánto le dijera que fuera a descansar allí.—Tienes que descansar y no es un buen lugar para dormir en un sillón.—Préstame tu cama por unos minutos, te juro que no te voy a molestar.—Ni lo pienses, luego me tengo que ir a dormir y ya está oscureciendo.—Pues, tú te acuestas a mi lado tal como cuando pasaban la película a la hora de comer las hamburguesas.—Ni lo sueñes, eso es muy diferente, Manuel estaba allí con nosotros y éramos tres personas, no solo dos.—No te voy
Mi querido jefe se ofreció a lavar los platos mientras yo recogía las cosas de la mesa.Y sin siquiera decir nada, tomo mi delantal con flores dibujadas en él de un color amarillo brillante, se lo puso y ato las tiras correspondientes para no ensuciar su traje, comenzando a lavar cada uno de los platos.En el fondo me imaginaba como sería una vida con ese nombre y por supuesto los niños, me venían a la mente los pensamientos que seguramente tenía Alexander cuando el taxista le hablaba.Definitivamente no podía pensar lo mismo tan pronto, no me gustaría pensar en tener toda una vida a su lado, no estaba del todo segura y todavía me rondaba por la cabeza aquella mujer que Manuel había dicho en esa habitación.¿Quién era esa mujer y qué había significado para él hace tanto tiempo? ¿Todavía amaba a esa mujer? Si preguntaba por ella, ¿caería en una polémica con Manuel y se destrozaría algo?Me negué a poner en riesgo su amistad de tantos años solo por una pregunta, Manuel no parecía quere
Amaneció y me encontré recostada sobre el pecho de Alexander, con una pierna encima de él y completamente babeando.Abrí los ojos y lo vi en el mismo lugar donde se acostó con la única diferencia que yo estoy encima de él y que estaba completamente cubierto de mi baba.—Oh, Dios mío, no puede ser —me dije pensando en qué diablos le iba a decir a Alexander cuando se viera así.El abre delicadamente los ojos y me muestra ese par de cielos azules que me enamoran por completo, llevo una mano su pecho e hizo una mueca como un gesto de buenos días con ella, yo dejo ver todos mis dientes blancos en una mueca de vergüenza.Estaba segura de que me arrepentía de haberme acostado con él esa noche y haber hecho eso, desde que tenía 13 años no dejaba salir la saliva de mi cuerpo, pero mi cuerpo me traiciono y tenía que hacerlo esta noche que estaba el hombre de mis sueños.Todo lo que podía pensar era en la palabra trágame tierra, señor.—¿Porque estoy cubierto de saliva?Me levanté corriendo de
—Le voy a preguntar a Manuel por esa mujer así me este costando la vida y el trabajo. En el trabajo no me importa quedarme sin él.—Averigua si tiene esa foto, una réplica o algo similar que nos diga quién es esa mujer.—Solo necesitamos que nos diga quién es y yo ya sé cómo conseguir esa información por otro medio.Corrí a la oficina, me despedí de Alexander que ni se molesto en despedirse de mí.Caminé hasta la empresa de Manuel, que no estaba muy lejos y aunque estaba cansada del trabajo en la empresa de Alexander, allí sí tenía mucho trabajo.Y, mientras caminaba tranquilamente, me puse los audífonos, era hora de escuchar una canción que creo que es latina o algo parecido, pero que es muy hermosa.Ayer se fueTomó sus cosas y se puso a navegarUna camisa, un pantalón vaqueroY una canción, ¿dónde irá?¿Dónde irá?Se despidióY decidió batirse en duelo con el marY recorrer el mundo en su veleroY navegar, nai-na-naiNavegarY se marchóY a su barco le llamó "libertad"Y en el ciel