Aquella tarde que los Stone salieron bajo fianza, Gabriela quería ir por Luis, pero tenía claro que no podía exponerse de esa manera así que uso las llaves que él le había dado de la casa y le esperó allí, apenas escuchó la puerta corrió hacia él y lo abrazó.

— Mi amor, te he extrañado tanto, ¿Estas bien?

Luis lucia cansado, pero al fin estaba en su hogar, — el solo hecho de estar entre tus brazos me hace sentir que todo está bien, pero por favor déjame darme un baño para sentirme persona nuevamente.

— Te entiendo amor, aquí te espero.

Luis subió, con una mezcla de emociones, se sentía feliz de estar allí, preocupado por la situación y si esto no sería demasiada carga para Gabriela quién ya había sufrido tanto ya, mientras dejaba correr el agua perdido en sus pensamientos sintió como ella lo envolvía entre sus brazos por la espalda y su cuerpo desnudo rosaba su piel, haciéndole volver a sentir, renovando su deseo por ella.

Quería perderse entre sus brazos olvidar por ese espacio de