NATANAEL DÍAZAl día siguiente tenía una reunión muy importante, pero sinceramente sería pensando lo que había pasado con esa llamada de la hora, por supuesto que me estás ocultando algo, lo podía ver esos ojos y no era algo que podía dejar pasar, quizás me puedan llamar obsesivo o lo que sea, pero estaba dispuesto a investigar a fondo de todo lo que estaba pasando, por eso la reunión en si era con un investigador profesional, no me iba a poner en el trabajo de estar la vigilando personalmente, por eso mismo iba a contratar a uno de los mejores, sólo así podría quitarme la duda que ando dentro de mi corazón, esa misma duda que está carcomiéndome por dentro.—Papá…— me dijo Nathan mientras estábamos en el desayunador— ¿estas bien?Estaba tan perdido en mis pensamientos que ni siquiera me había dado cuenta que mi hijo me estaba hablando, enseguida lo vuelvo a ver y asiento.—Estoy bien, por cierto, según hay un campeonato muy importante en el estadio nacional, no sé si te gustaría ir a
Estoy en mi cubículo, pensando en la propuesta de Luke, odio que sea tan insistente, sinceramente esto me hace sentir muy avergonzada y estresada. Entre tantas llamadas y anotaciones no escuché cuando la señora Blake me llamó. —¡Laura! Estoy hablándote. Salte del susto en mi mismo lugar. —L-lo siento, señora Blake. —Ven a mi oficina —demanda, yéndose. Resoplé y me puse de pie para entrar a la oficina de la señora Blake. —Te he visto muy distraía últimamente, ¿problemas con tu matrimonio?—No, para nada. Discúlpame, no volverá a pasar —le hice saber, sintiendo pena. —Te encargare un trabajo muy importante—me dice—Haz un artículo. Me quedé estática. —¿Que?—Si, haz un artículo, una historia, crea un revuelo entre dos hombres por una mujer, ¿será capaz la chica de engañar a su marido por estar con su ex novio? Dejé de respirar por unos segundos porque lo que dijo me pareció muy irónico. —Claro, trataré de hacerlo lo más pronto posible —hablé emocionada—Trataré de que sea lo mejo
LAURA JENNERNunca había pasado algo tan doloroso como lo que estaba experimentando en este preciso momento, mis ojos estaban clavado en el cuerpo de Natanael, él estaba con Sabrina, fue como una daga directamente al corazón, jamás me habían hecho algo semejante, me sentía traicionada, me sentía herida, me sentía como la peor mujer de este mundo, justamente estaba hablando acerca de la infidelidad y de lo mucho que podía creer en mi esposo, ahora él se encontraba frente a mí con otra mujer, ni siquiera se había dado cuenta que lo estaba observando en medio de su lujuria, yo siempre creí plenamente en él, siempre estuve tan ciega de amor.Mis lágrimas empiezan a derramarse, siento que mi corazón está dejando de latir poco a poco, por reacción suelto el ramo de flores, y en ese momento los dos se dan cuenta que yo estoy frente a ellos.Por lo que puedo ver Natanael no actúa de la forma en que yo pienso en el momento que me mira, en cambio Sabrina se lleva la primer prenda que ves cerca
NATANAEL Laura no vino a dormir en toda la noche. ¡¿Donde demonios está?! ¿Esta con el imbecil de Luke? Salí de la habitación y me dirigí de nuevo al bar, Sabrina venía por el pasillo con maleta en mano. —¿Qué haces? —le pregunté. Aun recuerdo lo qué pasó ayer, a pesar de que no quería no podía dejar que Laura me mirara la cara de imbecil. Aquí la única que falló fue ella, yo solo le pagué con la misma moneda. —Es obvio, señor, me voy. Me siento muy avergonzada de lo qué pasó anoche, su esposa nos vio y yo… —bajó la cabeza. Se ve toda inocente y apenada. Esto fue solo mi culpa y de Laura, Sabrina es una buena mujer que lo único que hizo fue seguir su pasión. ¿Acaso le gusto a Sabrina?—De eso no te preocupes. Laura no es quien para juzgarme —le dije seco, busqué otra botella de licor en el bar y me serví un poco. Es temprano para estar tomando pero no sé qué otra cosa más hacer. Y pensar que íbamos muy bien como matrimonio, hasta tenemos un hijo. Desconozco a Laura. Me duele el pe
—¡Me lastimas con las cosas qué haces! —me exalté—Fuiste tu quien me engañó de la peor forma. Me da asco solo pensarlo —quise salir—Ábreme. —¡No! ¡Dios! ¿Cómo hago para que me entiendas? ¿Que esperabas que hiciera? Si te vi con ese idiota tomados de la mano y hasta abrazados ¡dime! ¿Que debía pensar yo? Además no fuiste sincera conmigo, debiste decirme que ese Idiota te buscaba ¡y que hasta te veías a escondidas con el! ¿Cuantas veces más ha pasado? Dime, Laura, ¿cuantas veces te has visto con el? —Como tres veces nada más. Pero yo no hago nada malo a diferencia tuya. Ahora ya no confío en ti, no sé con cuantas más me has engañado —le dije dolida. Mi corazón me duele y me falta la respiración. Siento que estoy entrando en un hoyo negro del que me será difícil salir. ¿Por qué? ¿Por qué me engañó?—¿lo ves? —Yo no te engañé, Nate —lo miré—ahora por favor déjame salir. —¿Señor? —la voz de Sabrina del otro lado de la puerta me hace ver a Nate con sorpresa. —¿todavía tienes el descaro
—Este será nuestro hogar por un tiempo —le hice saber a Nathan, saliendo del coche. La casa no estaba lejos de la casa de Nate, así que Nathan estaría cerca de él. Tengo mis ahorros así que podré pagar la renta durante unos meses. La casa es más o menos grande, espaciosa, cálida y cómoda. —Extraño a papá —Nathan baja del auto, lleva su cabeza gacha y se ve triste. Me duele verlo así, ¿pero que mas puedo hacer? Se tiene que acostumbrar. —Lo se, pero lo verás diario. Puedes irte a quedar con el todas las noches que quieras —empecé a sacar las maletas. —¿Me ayudas? Tendré que contratar a una niñera por mi propia cuenta. Nathan me ayudo con su mochila y unas cositas no tan pesadas. Entramos a la casa, casi no tiene muebles, está medio vacía y solitaria. Con el pago de mi trabajo iré comprando poco a poco. Ahora me siento como antes de casarme con Nate, buscando dinero para pagar las cosas. —¿Cual es mi habitación? —Puedes escoger la habitación que tú quieras —le hago saber—Y puedes
Avancé hasta el coche y toqué su ventanilla. Nate estaba despertando así que bajó el vidrio. —Buenos días, ¿cómo dormiste? —quise saber en tono de burla. Se ve que durmió demasiado incómodo y mal. Se lo merece. —Más o menos —respondió, sobándose el cuello. —¿Tu?—Perfectamente. Ten, algo de café, luego te puedes ir.Nate tomó sorbos de café, hacia frío acá afuera así que el café le cayó muy bien. —Gracias, lo necesitaba. —Cuando termines dejas la taza en la entrada, tengo que hacer desayuno para Nathan e irme a trabajar. ¿Lo llevas al colegio?—Claro, Laura… —Me voy —Salí lo mas rápido que pude de ahí antes de que Nate empezará a decirme lo mucho que lo sentía etc. Me fui a duchar a mi habitación, fue un baño rápido y ligero. Luego salí y me vestí lo más presentable que pude. Bajé a hacer algo de desayunar, lo más accesible que tenía era cereal con leche. Nathan bajó y esta vez ni siquiera me dio los buenos días. —Nathan, ¿cómo dormiste?—¿Donde está mi desayuno?—Acá —le di
LAURA—¿Quieres quedarte a cenar? Puedo prepara algo. —Si a ti no te molesta por mi encantado. —Vamos, entonces. —¡No te atrevas a dar un paso más! Me sorprendí cuando Nate apareció de la nada muy enojado y se acercó a Luke. En ese momento me interpuse entre los dos. —¡Nate! ¿Que haces aquí? —Laura, aléjate de él. —Vamos, Nate, Laura ya no es tu mujer así que deja de meterte en su vida. Mejor ve a buscar a Sabrina —le espetó Luke, cosa que fue muy grave porque Nate se miraba rojo de la ira. —Laura, apártate o no respondo —espetó sin mirarme. Tomé a Nate de los brazos para evitar que lastimara más a Luke, no creo que Nate sea capaz de lastimarme a mi. Solo eso le haría falta. —No, Nate. ¡Es suficiente! Nosotros no tenemos nada ya. ¿Acaso no te acuerdas? Estamos separados. Ahora sí me miró. —Laura, sigues siendo mi esposa. —Por poco tiempo porque mañana tengo cita con mi abogado para agilizar los trámites —me dolió decirle eso, me dolió saber que en unos días o semanas Nat