LAURA JENNEREsto no puede estar pasando. Que irresponsabilidad tan grande la de este hombre, no se que le estará sucediendo, pero Nate últimamente no está cumpliendo con su palabra, lo peor de todo es que estoy tratando de. Comunicarme con él y no me levanta el celular, y después esta quejándose que no quiere que discutamos, pero él no pone de su parte.Estaba esperando a Nate impaciente, la verdad que eso de esperar no va conmigo, pero tocaba. Quería establecer a la persona que estuviera acá al tanto de mi hijo, ya no quería estar encerrada, todo esto me estaba haciendo mal.—Mamá… ¿será que puedo jugar un rato videojuegos?— Nathan se acerca y yo asiento. Seguro la está pasando muy aburrido ya que no tiene compañeros de juego, la mayoría del tiempo de la pasa acá y siento que está mal. En mis tiempos de niñez recuerdo a la perfección que vivíamos muchos chicos en mi cuadra,Jugábamos de todo, nos ensuciábamos, hacíamos tantas cosas y nada de eso existía, pero veo que ahora se cris d
LAURA JENNER Genial, simplemente genial. No sé qué demonios le pasa a Nathanael últimamente, siempre me deja plantada, es como si... como si ya no le importo como antes. Un atisbo de dolor se instaló en mi pecho y me hizo sentir triste. Me senté en la silla de la cocina porque me sentía muy sola últimamente, si no es con Luke no hablaría con nadie más. Nathan en el colegio, las empleadas no hablan conmigo porque prefieren tener distancia personal con sus jefes. Y Nate... siento que me está dejando de querer, si yo fuera importante para el sería su prioridad y no andaría dejándome sola cada que se olvida que tiene una esposa. Escuché el sonido del coche llegar, estoy enojada con el, ni siquiera responde todos mis mensajes y tarda horas en contestarme. ¿Será posible que Nate me deje de amar? Jamás me había puesto a pensar en esa posibilidad pero es posible. Me puse de pie y salí de la cocina, en la sala Nate iba entrando. Cuando me miró me sonrió. —Laura, cariño, disculpa la tardanza.
LAURA JENNERUna después Luke apareció en el lugar, me bajé del coche y fui hacia el. —Luke —llamé su atención. —Laura —me miró—sinceramente pensé que no vendrías. —Yo cumplo mi palabra —me senté. —Eso es bueno. ¿Que tienes? Te veo apagada. —Nada. —¿Te peleaste con Nate? —Algo así. —respondí, mirando el mar. —No me gusta verte así de triste, iría en este momento a donde Nate y le daría un golpe por estupido. Me reí. —Sería bueno que lo hicieras. —En serio, Laura, es un idiota que no se da cuenta la mujer tan valiosa que tiene al lado. —¿Crees que soy valiosa? —lo miré. —Claro que si. Si fueras mi esposa no te dejaría ir por nada del mundo. Me encargaría de hacerte sentir feliz todos los días que no te van a quedar ganas de irte de mi lado o de siquiera sentirse insegura. —¿Insegura? —Si, en tu cabeza ni siquiera existiría un pensamiento inseguro sobre mi, sobre mi amor por ti. —respondió—Los hombres no saben que es muy importante hacer sentir segura a su mujer, hacerlas
LAURA JENNER—Laura... ¿Dónde crees que puedes esconderte? —dijo alguien del otro lado de la línea. No reconocí la voz porque sabía que usaba un apartado para no ser reconocida. —¿Q-quien es? —tartamudeé, sintiéndome con mucho miedo. Escuché risas así que corté la llamada rápida. El miedo me paralizó por un momento, pero luego recordé que debía actuar. Las luces de un auto me pusieron en alerta, salí del coche y me hice parada. ¡Es un taxi! Que suerte. —¿La llevo a alguna parte, señorita? —me preguntó el chofer. —Si, por favor —me subí al coche y le di la dirección de mi casa. El hombre arrancó y solo así pude respirar tranquila. —¿Se siente bien? Se ve usted pálida —me dijo el taxista. —Estoy bien ahora, muchas gracias. —No debería andar sola por estos lugares, es muy peligroso. —Ahora ya lo sé —respondí. Mientras el taxista conducía a toda velocidad, una sensación de alivio se apoderó de mí al dejar atrás aquel lugar aterrador. Sin embargo, una pregunta persistía en mi men
LAURA JENNERMe tenían amarrada, cubrieron mis ojos con un pañuelo, la boca, manos y pies. Me estaban secuestrando, lo sé. Quise llorar pero eso no servía de nada, muero de miedo. ¿Que demonios debo hacer? —Deja de llorar, Laura —me dice una voz familiar. Sé muy bien en donde he escuchado esa voz. —Hmm —volví a gemir. —¿Quieres decirnos algo? —se burló, pero me quitó el pañuelo de la boca para que pudiera hablar. —¿Quienes son? ¿Que es lo que quieren? —quise saber. Escuché risas. —Nada de esto hubiera pasado si me hubieras dado el trabajo —murmuró la chica. —No entiendo. —¿No te acuerdas de mi?Traté de hacer memoria hasta que un nombre se me vino a la mente. —¿Marie Dallas? —tanteé. —Así es. Joder, iba a ser la niñera. Mi corazón se aceleró al reconocer a Marie Dallas. Nunca imaginé que esta situación llegaría a este extremo. Sentí una mezcla de temor y confusión mientras trataba de entender lo que estaba sucediendo.—Marie, esto es una locura. ¿Por qué estás haciendo est
NATANAEL Después de lavar los trastes busqué a Laura afuera pero no estaba, la busqué en las habitaciones de la casa y tampoco estaba. La llamé a su celular pero no respondía. ¿En donde está? Subí a buscarla en la habitación de Nathan, tampoco estaba. Me estoy asustando Justo ahora. Decidí esperarla en la sala porque quizá salió por aire. El celular suena a mi lado, es un mensaje de Kevin, me dice sobre los papeles de la reunión de mañana. Me restriego los ojos y me reincorporo, son las doce de la noche. Volví a buscar a Laura en todas las partes de la casa, hasta tuve que ir afuera. Me sorprendió que la basura estaba medio tirada en el piso. Algo brillante llamó mi atención, es un celular, me agaché y lo recogí. Es el teléfono de Laura. El miedo se instaló en mi pecho en ese momento, algo malo le había pasado. Lo sé. Decidí llamar a la policía y reportar el caso. —Quiero reportar una desaparición —hablé con voz temblorosa. —¿De quien se trata?—Laura Jenner, soy el empresario Na
NATANAEL DÍAZLa incertidumbre me estaba matando, mientras el tiempo estaba pasando más me estaba desesperando por saber noticias acerca de Laura. Los oficiales estuvieron ayudándome a mantener la calma, pero es que no me podía quedar de brazos cruzados sabiendo que cualquier cosa le puede estar pasando a mi mujer.—Señor Díaz, mantenga la calma, estas cosas pasan seguido y créame que cuando uno coopera con la persona secuestradora, se soluciona, además ya estamos trabajando para tratar de localizarla— el agente trajo un vaso de agua, pero en este momento no quería nada, absolutamente nada.—Es fácil decirlo desde su punto de vista, pero si estuviera en mi lugar no estaría tan campante caminando— no quise recibir el vaso. Mi teléfono en ese momento empezó a vibrar y vi que era un número oculto.Los oficiales me miran y me hacen de señal que conteste de la manera más natural posible.—Natanael Díaz…— la voz que escucho al otro lado de la línea era distorsionada producto del aparato que
LAURA JENNER—¿A donde me llevas? —Marie me desató de la silla, tengo un mal presentimiento Justo ahora. —Tu esposo nos pagará lo acordado —me amenazó con una pistola. Mi corazón latió más de prisa al ver el arma frente a mi. —Ten cuidado con eso, Marie —le advertí. No me gustan para nada más armas. En lo único en que podía pensar era en mi hijo, en que no quiero dejarlo solo. —Cállate. Siendo sincera no creo que Nate haya ido solo al muelle. He visto muchas películas, Laura, y sé que siempre hay oficiales vigilando. No quiero más problemas con la ley. Si Marcos ve algún oficial vestido de civil por ahí créeme que no la contarás. —Yo no tengo la culpa. Además, no creo que Nate me quiera poner en riesgo. Marie me hizo caminar hacia la salida. En el fondo me siento aliviada porque esta pesadilla terminaría. Pero no debo de cantar victoria tan temprano. Afuera pude notar que estábamos en un lugar alejado de la ciudad, no había nada más a los kilómetros. Esta era una granja abandona