LAURA JENNER—Shh… por favor, no vayas a hacer ruido Laura, soy yo, Luke,— finalmente soltó y fue bajando su mano poco a poco.—¡Por Dios, Luke! Me vas a matar del susto— llevo mi mano al corazón que estaba palpitando al 100— Creí que era un pervertido de esos que están esperando a sus victimas para atacar.—Para nada, solo quise aprovechar que te vi y la verdad me sorprendo de las bonitas casualidades de la vida, ¿no te parece?— estaba sudando. Parece que había salido a correr y si, ya era demasiada la coincidencia que estábamos pasando.—Si y hablando de coincidencia, ¿Cómo pudiste llamar ahora?— niego con la cabeza con la situación tan embarazosa que me hizo pasar con Nate— por poco y mi marido me descubre hablando contigo y ya sabes cómo es el. Me tocó inventar esa “amiga” y por eso te contesté así.— Luke se echó a reír.—Por supuesto que se como se comporta mi querido Nate y no te preocupes que no pensé que estabas acompañada a esa hora, simplemente quería saludarte y proponerte
LAURA JENNER—¿De que hablas? —reí nerviosa, no puede ser que el idiota de Luke haya dejado su olor en mi. Qué desagradable.—Eso, hueles a colonia de hombre —me miró acusatoriamente. Suspiré profundo y traté de tranquilizarme lo más que pude, los nervios no me quieren dejar en paz. A parte de que me siento culpable porque Luke me besó.—Creo que la gente qué pasa por aquí usa demasiada colonia —me encogí de hombros, tratando de restarle importancia—No es nada, cariño, olvida eso. —me acerqué y acaricié su brazo. Me siento fatal por dentro, no debería de estar mintiéndome a Nate, es mi esposo y lo amo; pero conozco que es muy celoso y se enojará si se entera de lo que hizo Luke.—¿Segura? Ten cuidado, Laura, no me gustan esas cosas —enarcó una ceja.—Está bien, vamos por Nathan, no me gusta dejarlo solo. Hay muchos peligros por aquí. —tomé su mano y nos dirigimos de nuevo donde estaba Nathan y su amigo jugando al béisbol.—¡Papá, ven a jugar con nosotros! —le pidió Nathan.—¿Vienes? —
NATANAEL DÍAZ Era evidente que Laura los últimos días ha estado un poco diferente, no me gusta armar escándalo ni nada por el estilo con el último altercado que tuvimos, pero era muy claro que estaba tratando de ocultarme algo, si cree que soy una persona tonta pues se equivoca, el olor a la colonia fue un detonante para mí, pero creo que no era el momento para poder discutir eso, creo que ahorita mismo lo más importante era poder buscar una persona que, evidentemente le cayera bien a Laura y fuera competente para cuidar a mi hijo.también tenía que atender los negocios de la empresa, por estar pensando en otras cosas que no tienen mucha relevancia estaba poniendo a un lado los intereses míos y de mis padres, pues no solamente la empresa me pertenece a mí, sino también estaban las acciones de mis padres y los demás socios. —Iré a hacer algunas cosas a la empresa, después de eso podemos terminar lo de las entrevistas, de por si no voy a dilatar, pero no sé si estás de acuerdo— le pr
NATANAEL DÍAZLa tarde la verdad que estuvo muy agitada. El llevar a cargo toda esta responsabilidad lo único que hacía era llenarme de estrés y ahora mismo también me llenaría de otro estrés al momento de tomar las benditas entrevistas, lo peor de todo es que Laura es bien caprichosa. Siempre quiere que uno haga lo que ella dice y a veces no quiero llevarle la contraria simplemente por no discutir.—Bueno, entonces así quedamos para mañana— le doy las últimas indicaciones a Kevin— no quiero que me tengas malas noticias que mira que esos clientes son muy importantes— él sonríe y nunca deja de poner esa cara de tonto que tiene.—Hasta mañana jefe, que le vaya muy bien— Agita su mano en despedida. Me dirijo al elevador que afortunadamente no está lleno como de costumbre. Solo están un par de señores con sus maletines. Ellos asienten y me dan el paso preferencial.—Muchas gracias— asiento. Entro al elevador, me fijo en mi reloj y puedo ver que aún estoy a tiempo para reunirme con Laura p
LAURA JENNEREsto no puede estar pasando. Que irresponsabilidad tan grande la de este hombre, no se que le estará sucediendo, pero Nate últimamente no está cumpliendo con su palabra, lo peor de todo es que estoy tratando de. Comunicarme con él y no me levanta el celular, y después esta quejándose que no quiere que discutamos, pero él no pone de su parte.Estaba esperando a Nate impaciente, la verdad que eso de esperar no va conmigo, pero tocaba. Quería establecer a la persona que estuviera acá al tanto de mi hijo, ya no quería estar encerrada, todo esto me estaba haciendo mal.—Mamá… ¿será que puedo jugar un rato videojuegos?— Nathan se acerca y yo asiento. Seguro la está pasando muy aburrido ya que no tiene compañeros de juego, la mayoría del tiempo de la pasa acá y siento que está mal. En mis tiempos de niñez recuerdo a la perfección que vivíamos muchos chicos en mi cuadra,Jugábamos de todo, nos ensuciábamos, hacíamos tantas cosas y nada de eso existía, pero veo que ahora se cris d
LAURA JENNER Genial, simplemente genial. No sé qué demonios le pasa a Nathanael últimamente, siempre me deja plantada, es como si... como si ya no le importo como antes. Un atisbo de dolor se instaló en mi pecho y me hizo sentir triste. Me senté en la silla de la cocina porque me sentía muy sola últimamente, si no es con Luke no hablaría con nadie más. Nathan en el colegio, las empleadas no hablan conmigo porque prefieren tener distancia personal con sus jefes. Y Nate... siento que me está dejando de querer, si yo fuera importante para el sería su prioridad y no andaría dejándome sola cada que se olvida que tiene una esposa. Escuché el sonido del coche llegar, estoy enojada con el, ni siquiera responde todos mis mensajes y tarda horas en contestarme. ¿Será posible que Nate me deje de amar? Jamás me había puesto a pensar en esa posibilidad pero es posible. Me puse de pie y salí de la cocina, en la sala Nate iba entrando. Cuando me miró me sonrió. —Laura, cariño, disculpa la tardanza.
LAURA JENNERUna después Luke apareció en el lugar, me bajé del coche y fui hacia el. —Luke —llamé su atención. —Laura —me miró—sinceramente pensé que no vendrías. —Yo cumplo mi palabra —me senté. —Eso es bueno. ¿Que tienes? Te veo apagada. —Nada. —¿Te peleaste con Nate? —Algo así. —respondí, mirando el mar. —No me gusta verte así de triste, iría en este momento a donde Nate y le daría un golpe por estupido. Me reí. —Sería bueno que lo hicieras. —En serio, Laura, es un idiota que no se da cuenta la mujer tan valiosa que tiene al lado. —¿Crees que soy valiosa? —lo miré. —Claro que si. Si fueras mi esposa no te dejaría ir por nada del mundo. Me encargaría de hacerte sentir feliz todos los días que no te van a quedar ganas de irte de mi lado o de siquiera sentirse insegura. —¿Insegura? —Si, en tu cabeza ni siquiera existiría un pensamiento inseguro sobre mi, sobre mi amor por ti. —respondió—Los hombres no saben que es muy importante hacer sentir segura a su mujer, hacerlas
LAURA JENNER—Laura... ¿Dónde crees que puedes esconderte? —dijo alguien del otro lado de la línea. No reconocí la voz porque sabía que usaba un apartado para no ser reconocida. —¿Q-quien es? —tartamudeé, sintiéndome con mucho miedo. Escuché risas así que corté la llamada rápida. El miedo me paralizó por un momento, pero luego recordé que debía actuar. Las luces de un auto me pusieron en alerta, salí del coche y me hice parada. ¡Es un taxi! Que suerte. —¿La llevo a alguna parte, señorita? —me preguntó el chofer. —Si, por favor —me subí al coche y le di la dirección de mi casa. El hombre arrancó y solo así pude respirar tranquila. —¿Se siente bien? Se ve usted pálida —me dijo el taxista. —Estoy bien ahora, muchas gracias. —No debería andar sola por estos lugares, es muy peligroso. —Ahora ya lo sé —respondí. Mientras el taxista conducía a toda velocidad, una sensación de alivio se apoderó de mí al dejar atrás aquel lugar aterrador. Sin embargo, una pregunta persistía en mi men