NATANAEL DÍAZ—Mírate en el espejo—, le ordené. Abrió los ojos y se encontró con mis ojos en el espejo.—Nate—, jadeó de nuevo mientras le besaba el cuello y chupaba desde atrás.—Eres mía, pequeña. Tu cuerpo, tu alma, tu corazón, todo me pertenece a mí y sólo a mí—, le dije y la di la vuelta para besarle los labios.Le mordisqueé el labio inferior y abrió la boca al instante. Introduje mi lengua en su boca y nos besamos apasionadamente cuando sonó mi teléfono. Lo ignoré y la besé. Pero ella se apartó.—Deberías levantarlo, debe ser importante—, dijo, pero yo la acerqué más.—No. No lo es—, dije intentando besarla.—No Nate. Deberíamos parar. Ya sabes dónde va a parar. Acabo de bañarme. Hicimos el amor hace apenas una hora y también debemos irnos, ¿recuerdas?—, dijo deteniéndose al poner una mano en mi pecho.—Pero fue hace una hora—, compalé.—Descuelga la llamada. Debe ser importante—, dijo y se apartó de mí para mirarse en el espejo. Gruñí y salí a descolgar.—Hola—, dije malhumora
LAURA JENNERMe quedé con la boca abierta mientras contemplaba la vista frente a mí. Es la misma casa. La misma casa en la que pasamos la noche más memorable de nuestras vidas.—Vamos—, le oí decir mientras me cogía de la mano y me llevaba lentamente a la casa. Ya son las ocho de la noche y hay pequeñas luces alrededor de la casa. Hay muchos más árboles que antes. Las plantas que había antes ahora se han convertido en grandes árboles.—Este lugar ha cambiado mucho—. Seguí mirando a mi alrededor mientras le decía eso. Abrió la puerta principal.—No desde dentro—. Le sonreí por el comentario y entramos cogidos de la mano. Una vez dentro, me di una vuelta para verlo. Tiene razón. Nada había cambiado dentro. Me dio la vuelta y los dos nos miramos a los ojos.Hay tanto silencio a nuestro alrededor. Se inclinó lentamente y me encontré con sus labios, dejando que me besara. Nuestros labios se movieron al compás y mis manos rodearon instantáneamente su cuello mientras las suyas rodeaban mi ci
LAURA JENNER—Nate, por favor, vuelve pronto a casa. Te estoy esperando—, le dije y le envié el mensaje de voz. Colgué el teléfono y me levanté. Ya son las seis, puede que llegue a las siete. Debería prepararme.Ha pasado una semana desde que Nate me propuso matrimonio y me quedé mirándole con la boca abierta, en estado de shock. No le dije que no, ni siquiera que sí. Recordé aquella noche.Me quedé mirándole estupefacta. Me quedé con la boca abierta y mis ojos se abrieron de par en par. Mi mirada se posa en el anillo de diamantes y luego de nuevo en él. Me mira en busca de una respuesta.—Sé que te sorprende que te proponga matrimonio, pero, por favor, di algo—, me suplicó. Le miré fijamente y me aparté el pelo detrás de la oreja, nerviosa.¿Qué le digo? ¿Que no? ¿Que sí? Si digo que no, ¿le dolerá? Claro que sí. Si digo que sí, ¿estoy preparada? ¿No siente que las cosas van demasiado rápido entre nosotros? Dios, se sentiría tan herido si le dijera la respuesta. ¿Qué debo hacer? Pero
LAURA JENNER—Ahora puedes besar a la novia—, me dijo y eso fue todo lo que necesitó para besarme. No, este no es un beso de pasión o un beso de hambre. Este beso está lleno de amor. El amor que nos tenemos. El amor que compartimos. Me besó lenta y amorosamente. Su lengua se coló lentamente en mi boca y le cedí el control mientras le rodeaba el cuello con los brazos mientras me besaba.Todo el mundo aplaudió. Nos separamos y nos miramos. Tengo lágrimas de felicidad en los ojos.Me besó en la frente y me abrazó la cara. Nos quedamos mirándonos durante unos minutos.—Te quiero, pequeña—, me dijo mirándome a los ojos.—Yo también te quiero, Nate—, le respondí.Después nos sentamos a brindar y todos nos felicitaron. Nate me cogió de la mano todo el rato. Amelia no paraba de chillar. Ahora está embarazada de cuatro meses y Zack está cuidando mucho de ella. Los fotógrafos nos hicieron muchas fotos. Incluso se permitió la entrada de algunos medios de comunicación, pero no mucho.Cuando le pr
NATANAEL DÍAZ—¿Estas seguro de lo que me estás hablando?— le pregunté a mi nuevo asistente. Mi padre lo había recomendado ya que tenía mucho tiempo de trabajar con el, así que accedí.—Totalmente, señor,— dijo muy convencido.Los últimos días hemos estado tras la compra de una empresa de automóviles que según mi estudio era una compra segura, estaba en bancarrota, pero con la experiencia que tengo estaba muy seguro que la sacaríamos a flote. Dinero era lo que teníamos de sobra en este momento.—Que no se hable más, necesito que me agendes una reunión para mañana con el señor Osman. Se que le va a gustar mi propuesta y no se va a resistir— Kevin asiente y se retira cerrando la puerta. Este negocio no puede salir mal.Extraño a Laura, pero desafortunadamente tengo que atender las cosas de la empresa, se que también tengo que dedicarle tiempo a mi hijo, pero las cosas acá no van nada bien si no estoy presente. Es por eso que Laura y yo habíamos quedado de buscar una niñera para nuestro
LAURA JENNER—¿Te gustó hacer compras conmigo?— le pregunto a Nathan ya que la mayoría del tiempo siempre hace compras con su padre. Además, son compras en el supermercado y no creo que le gusten tanto como a los otros lugares los cuales lo lleva su padre.—Claro que si mamá, ¿Por qué no me gustaría andar contigo? Acuérdate que estoy cuidando lo que le pertenece a mi padre— los dos reímos con su comentario— también quería ayudarte, yo sé que vives agotado con las cosas diarias y cómo ya no tenía nada que hacer de mis clases pensé que sería una buena idea— Nathan era pequeño, pero a pesar de sus 9 años sabía muy bien las cosas. Creo que para su edad yo no era tan viva. El próximo mes estaba de cumpleaños y con su padre le teníamos una sorpresa grande.—Tu padre vendrá por la noche a eso de las 8 así que quiero que esté todo listo para esperarlo a cómo a él le gusta. Verás que la pasaremos genial— tomo una de las cajas y con el pie cierro la puerta.—También le tengo una sorpresa— me gu
LAURA JENNERMe quedé en silencio, atónita por la reacción de Natanael. No podía creer que se hubiera molestado tanto por mi opinión sobre Marie Dallas. Mi intención era ser cautelosa y tomar la mejor decisión para la seguridad y el bienestar de nuestro hijo.Mientras observaba cómo Natanael salía furioso del lugar, sentí una mezcla de emociones. Por un lado, me sentía herida y frustrada por su reacción exagerada. Pero también me invadió una profunda tristeza por la tensión que se había creado entre nosotros.Tomé una respiración profunda y me di cuenta de que no podía permitir que esta discusión arruinara nuestra relación. Sabía que debía resolver esto de manera calmada y encontrar un punto medio en el que ambos nos sintiéramos cómodos.Decidí seguir a Natanael y encontré el momento adecuado para alcanzarlo en el estacionamiento. Me acerqué lentamente, tratando de no parecer amenazante.—Natanael, espera por favor. Necesitamos hablar de esto —dije en voz baja, esperando captar su ate
LAURA JENNERAl día siguiente desperté muy temprano para poder terminar las cosas que debía de hacer en la cocina. Estaba muy decepcionado con Nate, creo que jamás se había comportado así y lo peor de todo es que Nathan es muy inteligente y aunque intente mentirle, el comprende muchas cosas.Me pregunté si en verdad habíamos hecho lo correcto al casarnos apresuradamente, estaba muy confundida. Nate no era así, no es su estilo estar tomando y venir en ese estado a esta casa, ¿Será que esa teoría de que los hombres cambian en el matrimonio era cierta? Si es así, no quiero vivir una cruz con un hombre vicioso.Me daba mucha vergüenza y eso que mi padre dijo que vendría a fin de mes. Estaba tomándose unas buenas vacaciones y después que se curara de su enfermedad tenía razón, se lo merecía.Tomé el sartén para hacer unos huevos revueltos y jamón. A Nate le gustaban, estaba tratando de dar lo mejor en este matrimonio y se que muchas mujeres pueden cuestionarme por mi comportamiento, pero p