Capítulo 101

Sebastian

He leído una y otra vez la nota que me dejó Keira cuanso se fue. Quiero llamarla y escuchar su voz pronunciando mi nombre, diciéndome que me ama, que volverá a mi lado…

—¡Mierda! No puedo seguir torturándome así —me reprocho, hundiendo mi rostro entre las palmas de mis manos. Llevo todo el maldito día en la oficina y no he podido concentrarme en nada de lo que debería. Me siento vacío, incompleto, de la misma forma que me sentí años atrás, cuando Claudia se convirtió en una sombra de lo que era, cuando me encontré solo, disoluto y profundamente dolorido por todo lo que perdí. Esto era lo que quería evitar cuando forjé aquel personaje rudo, sin alma ni sangre en las venas que escenifiqué para Keira. Le temía a lo que el amor le hace a las personas. No, le temía a lo que perder a la persona que amas le hace a las personas. Te destroza. Te jode cada fibra del ser y te degrada a una piltrafa humana.

En ese momento, mi secretaria me informa que mi madre solicita verme. Frunzo e
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