—Cuéntenos señorita ¿cómo surge esta idea de nueva colección? que ha innovado por completo industrias Rockefeller, elevando aún más el prestigio por el que siempre se han caracterizado.— Inquiere el hombre mientras Harold Rockefeller sonríe ampliamente olvidando incluso el accidente de Eizan. Sin duda Adara había traído consigo más prestigio a sus joyas, incrementando aún más el costo de cada pieza exclusiva.—Como los medios de comunicación les informaron, hace poco adopté a una preciosa bebe, quien desde el primer momento en que la tuve entre mis brazos fue la pequeña musa de mi vida, la fuente de mi inspiración.— Una sonrisa se plasma en su rostro.— Por ello la nueva línea de joyas lleva su nombre en su honor.— Pero no ha sido solamente eso, sino que una parte de las ventas realizadas de esta línea se irá a donativos para un orfanato. Es usted una mujer digna de admirar. Se ha ganado el cariño de diversas personas, pero sobre todo de los niños que estarán en deuda con usted.— Por
— ¡La cena está lista! ¡Ahora vamos a cambiar a la princesa de este sitio!— Anuncia una animada y sonriente Adara al mismo tiempo que ingresa dando pequeños saltos a la habitación. Tenía la sensación de que su vida era mejor de lo que podría haber soñado, incluso estaba cumpliendo su sueño de ser madre aunque no fuera nacida de sus entrañas, era su hija del corazón, aquella que llegó por azares del destino a su vida.— ¡Mi amor!— Exclama en cuanto se percata de la falta de balbuceos de la pequeña como era habitual en esa pequeña. La sonrisa en el rostro de Adara se esfuma en segundos tornándose pálida en cuanto observa los labios y uñas de Alice en un tono azulado, su pequeño pecho subiendo y bajando aceleradamente.— ¡No por favor! ¡Resiste mi amor!— La toma entre sus brazos cubriendola con su pequeña manta al mismo tiempo que sale a toda prisa del apartamento.Las lágrimas descienden sobre sus mejillas empañando su visión al mismo tiempo que conduce aceleradamente al área de urgencias
Unas horas antes…— Ven hijo por favor toma asiento. — Indica Harold incitando a Eizan a tomar asiento frente a él. Lo había hecho acudir hasta la empresa por lo cual lo tomó por sorpresa ya que normalmente eso no sucedía.— ¿Un whisky?— inquiere sonriente con un estado de alegría que no era habitual en él.—Sabes que no puedo beber por los medicamentos y terapias.— Responde cortando el hilo de cualquier cortesía, Eizan deseaba terminar con todo para marcharse cuanto antes, estar en ese sitio y en compañía de su padre no era nada placentero.— Mejor dime por qué me has mandado a llamar. —No eres nada, no eres nadie para hablarme de esa manera. Estas en mi empresa, frente a la presencia de tu padre.— Camina a su alrededor analizandolo fijamente mientras consume su puro.— El preciso momento en el que conocí a tu madre, supe que era el negocio de mi vida, aquel que llevaría el apellido de mi familia hasta la cima. Y con esa misma certeza el apellido de los Rinaldi descendió mientras que e
—¿Que?— inquiere apenas audible y confusa.—Sí su madre biológica era una adicta durante la etapa de gestación. Yo le advertí que esto podía ocurrir más sin embargo jamás intentó cambiar, creo que por ello se deshizo de la pequeña, al encontrarse en un estado crítico.— Le otorga una sonrisa amistosa.— Me alegro que la haya dejado en buenas manos.Adara se queda perpleja, pues no comprendía como una madre se había desecho de un pequeño ángel como lo es Alice, pero fue entonces que recordó su propia infancia en el orfanato. No tenía idea de si Alexander nuevamente la había hecho una mala jugada.Se colocó de pie después de que el médico se marchara, asistiendo al área de finanzas del hospital para dar el anticipo.—Lamento decirle que no es suficiente dinero para comenzar el procedimiento… Usted requiere al menos la mitad para que comience.— La mujer le obsequió una mirada comprensiva a Adara, incluso apenada, pues bastaba ver su estado para darse cuenta del caos en que se encontraba.—
— ¿Por qué no respondes mis llamadas?— inquiere Eizan al otro lado de la línea un tanto alarmado.— El guardia del edificio me ha dicho que te ha visto salir de tu apartamento a toda prisa… He ingresado y tus pertenencias no están— Tira de su cabello con frustración. — Por favor confía en mí… Creeme caperucita haré lo que sea para que estés bien… Somos una familia. — Menciona las últimas palabras en un acto de confesión, por admitir aquello que no se ha atrevido a revelar.— No te hagas esto Eizan. — Responde Adara mientras sujeta con fuerza la pequeña cadena que Eizan le obsequió. — Conformate con saber que será como si yo nunca hubiera existido en tu vida. — Gruesas lágrimas se derraman sobre la misma. —Solo he traído desgracias a tu vida, es mi culpa que no puedas volver a conducir, se cuanto amas correr autos.—¡No puedes hacerme esto! ¡No juegues conmigo! ¡Sabes perfectamente lo que siento por ti!—Eizan golpea el volante de su auto con suma fuerza lastimando aún más su mano, pero
Donato si bien era un hombre sensato y de paz, no significaba que fuera estupido, tenía un sexto sentido infalible para detectar cuando algo no encajaba en el rompecabezas. La precipitada salida de Adara en la vida de Eizan era bastante sospechosa, envolviendo la situación en una burbuja de misterio, incluso la actitud de su padre después de perder a su diseñadora estrella, conocía lo suficiente a Harold como para saber que estallaría en ira al dejar la empresa en un estado de vulnerabilidad, ahora que está bailando en la cima debía de hacer hasta lo impensable para que su fama continuará subiendo como la espuma.Y fue así como comenzó a indagar por su propia cuenta, esperó pacientemente a que su padre saliera de la mansión para poder acceder a las cámaras que se encontraban en el interior del hogar, principalmente habían sido colocadas para evitar robo de los empleados pero ahora tendría un nuevo uso. Por otra parte, Donato jamás imaginaría lo que su infame esposa hacía en la planta
— Prometo que todo estará bien mi amor. Comenzaremos de nuevo, buscaremos un nuevo hogar mi amor.— Toma a Alice entre sus brazos acunando su pequeño y frágil cuerpo. Ahora que su recuperación avanzaba rápidamente podía pasar unas horas en su dormitorio, por el momento el nuevo hogar de Adara, se trataba de una habitación en una zona del hospital, especialmente para familiares de pacientes.— Señorita, tiene usted visita.— Menciona una enferma del otro lado de la puerta. Los instintos de Adara se activan ya que no tiene amigos o personas que conozcan de su ubicación— ¿Quién es?.— inquiere apresuradamente, mientras arrulla a Alice para que se tranquilice.— El señor Rockefeller.— El pulso de Adara se dispara logrando que su ritmo cardíaco aumente. — Ei… ¿Eizan?— Pregunta con la ilusión latente en esa pequeña palabra. El deleite brota de sus labios al pronunciar el nombre del hombre que ama.— Casi, pero no. Lamento desilusionarte preciosa. — Responde Donato mientras ingresa a la habit
— Vamos ahora mismo con Eizan, puedo traerlo incluso para que ayude en el cuidado de Alice, te vendrá bien algo de compañía en este sitio donde la tristeza y soledad es lo que predomina. Ambos se necesitan, o comienzan a marchitarse lejos uno del otro.— Donato toma asiento sobre el sofá después de haber pasado una extensa tarde junto a su sobrina, ahora le tocaba hacer uso de sus habilidades como hombre de negocios contra Adara, quien resultó ser una persona con una voluntad de acero, llevaba alrededor de una hora intentando lograr que accediera a compartir su ubicación con Eizan, además de admitir que todo se había tratado de una tetra de Harold.— Donato realmente eres un tipo agradable y agradezco tu compañía, has hecho realmente feliz a Alice, desde que Eizan no está en nuestras vidas… De algún modo se había acostumbrado a su presencia.— Recordaba las tardes en las que Eizan jugaba con Alice mientras que ella preparaba la cena, hasta que finalmente cuando regresaba a la habitación