—¿Qué hace un niño bonito como tú tan lejos de casa? —pregunta uno de los hombres en cuanto observa llegar a Eizan en su auto deportivo derrapando sobre el pavimento.—Voy a participar. —Responde con simpleza mientras baja del auto dando una larga calada a su cigarrillo antes de dejarlo caer al suelo y apagarlo.—Estos lugares no son para los de cuna dorada. Deberías de marcharte antes de papi tenga que venir por su niño bonito cuando se rompa una uña. —Continúa alardeando con el pequeño grupo hasta que un hombre se coloca de pie logrando que el resto enmudezca.—¿Sabes quién es él? —Le pregunta al hombre de imitación barata de comediante. —Es el puto Eizan Rockefeller, famoso por ser invicto en las carreras, no ha perdido ni una sola vez sin importar las circunstancias. —Lo toma por el cuello mientras otros corredores comienzan a llegar. —Ahora ¿Puedo saber que buscas en este sitio? No eres conocido por codearte con personas como nosotros, lo ilegal no parece ser tu lugar.—Este niño
Una parte de Adara por no mencionar que toda ella se sentía la mujer más estúpida que el universo hubiera contemplado, ya que se encontraba ingresando a prisión a visitar a nada más y nada menos que el hombre que la había traicionado centenares de veces, si no que ahora también la había vendido como a una yegua. Ese mismo hombre le llamó en busca de su ayuda y ella de noble corazón no pudo negarse en cuanto lo escuchó llorar al otro lado de la línea, mientras le suplicaba por su ayuda. Ingresa a la sala de visitas, donde el lúgubre sitio le recuerda a su estancia propia en prisión algo que por supuesto no deseaba volver a repetir en lo que le restaba de vida. Observa entrar segundos más tarde a Alexander, esposado de pies y manos, su rostro golpeado y agotado, por lo que el corazón de Adara se remueve, sabía que ya no le amaba, pero ver a alguien que fue tan importante para ella en algún punto de su vida, ahora en esa situación solo le producía un profundo dolor. —Te agradezco que ha
—Una firma más aquí.—Señala con el dedo indice.—Felicidades señorita Forbes, es usted oficialmente la madre de Alice Forbes.—Le informa una sonriente mujer.—Quien pronto será una Rockefeller.—Comenta Eizan quien sostiene a la pequeña entre sus brazos. Era sorprendente como una dulce bebe logró poner de rodillas a el imponente Eizan.—Forman una familia hermosa. Esa pequeñita será muy afortunada por tenerlos como padres.—Los afortunados somos nosotros de tenerla en nuestras vidas.—menciona Adara al mismo tiempo que se despiden.*******—Quien iba a decir que el lobo feroz terminaría perdiendo su fiereza ante un ser tan pequeño.—Menciona mientras ingresa a la habitación silenciosamente, observando a Eizan inmerso en su labor de alimentar a la pequeña Alice.—Tal vez por que solo caperucita logra sacar mi bestia interna.—La toma por la cintura mientras la bebe duerme profundamente. Adara sonríe de medio lado pero con tristeza.—Lamento haber traído desgracias a tu vida.—Su pequeña mano
—Cuéntenos señorita ¿cómo surge esta idea de nueva colección? que ha innovado por completo industrias Rockefeller, elevando aún más el prestigio por el que siempre se han caracterizado.— Inquiere el hombre mientras Harold Rockefeller sonríe ampliamente olvidando incluso el accidente de Eizan. Sin duda Adara había traído consigo más prestigio a sus joyas, incrementando aún más el costo de cada pieza exclusiva.—Como los medios de comunicación les informaron, hace poco adopté a una preciosa bebe, quien desde el primer momento en que la tuve entre mis brazos fue la pequeña musa de mi vida, la fuente de mi inspiración.— Una sonrisa se plasma en su rostro.— Por ello la nueva línea de joyas lleva su nombre en su honor.— Pero no ha sido solamente eso, sino que una parte de las ventas realizadas de esta línea se irá a donativos para un orfanato. Es usted una mujer digna de admirar. Se ha ganado el cariño de diversas personas, pero sobre todo de los niños que estarán en deuda con usted.— Por
— ¡La cena está lista! ¡Ahora vamos a cambiar a la princesa de este sitio!— Anuncia una animada y sonriente Adara al mismo tiempo que ingresa dando pequeños saltos a la habitación. Tenía la sensación de que su vida era mejor de lo que podría haber soñado, incluso estaba cumpliendo su sueño de ser madre aunque no fuera nacida de sus entrañas, era su hija del corazón, aquella que llegó por azares del destino a su vida.— ¡Mi amor!— Exclama en cuanto se percata de la falta de balbuceos de la pequeña como era habitual en esa pequeña. La sonrisa en el rostro de Adara se esfuma en segundos tornándose pálida en cuanto observa los labios y uñas de Alice en un tono azulado, su pequeño pecho subiendo y bajando aceleradamente.— ¡No por favor! ¡Resiste mi amor!— La toma entre sus brazos cubriendola con su pequeña manta al mismo tiempo que sale a toda prisa del apartamento.Las lágrimas descienden sobre sus mejillas empañando su visión al mismo tiempo que conduce aceleradamente al área de urgencias
Unas horas antes…— Ven hijo por favor toma asiento. — Indica Harold incitando a Eizan a tomar asiento frente a él. Lo había hecho acudir hasta la empresa por lo cual lo tomó por sorpresa ya que normalmente eso no sucedía.— ¿Un whisky?— inquiere sonriente con un estado de alegría que no era habitual en él.—Sabes que no puedo beber por los medicamentos y terapias.— Responde cortando el hilo de cualquier cortesía, Eizan deseaba terminar con todo para marcharse cuanto antes, estar en ese sitio y en compañía de su padre no era nada placentero.— Mejor dime por qué me has mandado a llamar. —No eres nada, no eres nadie para hablarme de esa manera. Estas en mi empresa, frente a la presencia de tu padre.— Camina a su alrededor analizandolo fijamente mientras consume su puro.— El preciso momento en el que conocí a tu madre, supe que era el negocio de mi vida, aquel que llevaría el apellido de mi familia hasta la cima. Y con esa misma certeza el apellido de los Rinaldi descendió mientras que e
—¿Que?— inquiere apenas audible y confusa.—Sí su madre biológica era una adicta durante la etapa de gestación. Yo le advertí que esto podía ocurrir más sin embargo jamás intentó cambiar, creo que por ello se deshizo de la pequeña, al encontrarse en un estado crítico.— Le otorga una sonrisa amistosa.— Me alegro que la haya dejado en buenas manos.Adara se queda perpleja, pues no comprendía como una madre se había desecho de un pequeño ángel como lo es Alice, pero fue entonces que recordó su propia infancia en el orfanato. No tenía idea de si Alexander nuevamente la había hecho una mala jugada.Se colocó de pie después de que el médico se marchara, asistiendo al área de finanzas del hospital para dar el anticipo.—Lamento decirle que no es suficiente dinero para comenzar el procedimiento… Usted requiere al menos la mitad para que comience.— La mujer le obsequió una mirada comprensiva a Adara, incluso apenada, pues bastaba ver su estado para darse cuenta del caos en que se encontraba.—
— ¿Por qué no respondes mis llamadas?— inquiere Eizan al otro lado de la línea un tanto alarmado.— El guardia del edificio me ha dicho que te ha visto salir de tu apartamento a toda prisa… He ingresado y tus pertenencias no están— Tira de su cabello con frustración. — Por favor confía en mí… Creeme caperucita haré lo que sea para que estés bien… Somos una familia. — Menciona las últimas palabras en un acto de confesión, por admitir aquello que no se ha atrevido a revelar.— No te hagas esto Eizan. — Responde Adara mientras sujeta con fuerza la pequeña cadena que Eizan le obsequió. — Conformate con saber que será como si yo nunca hubiera existido en tu vida. — Gruesas lágrimas se derraman sobre la misma. —Solo he traído desgracias a tu vida, es mi culpa que no puedas volver a conducir, se cuanto amas correr autos.—¡No puedes hacerme esto! ¡No juegues conmigo! ¡Sabes perfectamente lo que siento por ti!—Eizan golpea el volante de su auto con suma fuerza lastimando aún más su mano, pero