Adrian llegó a su trabajo y al ver a su abogado esperándolo dentro de su oficina supo que quería irse cuanto antes.-¿Qué sucede?- preguntó con fastidio, sentándose en la silla- Estamos bien, no debería verte por estos lados, a menos que suceda algo. ¿Sucede algo malo?- preguntó preocupado.El hombre movió nervioso el papel que llevaba en sus manos.-Señor Sinclair…- comenzó a decir con la voz temblorosa.-Dame eso- ordenó el joven CEO, quitándole de sus manos el papel.Comenzó a leerlo, pero no entendía qué estaba leyendo.-¿Qué significa esto? ¿Es una demanda? - exclamó irritado- ¿Por qué me lo muestras? Soluciónalo.-Es de Daniel Johnson señor…-¿Qué?- exclamó furioso.-¿Por qué?-Bueno…- dijo nervioso el hombre, moviéndose en el asiento- Según lo que dice en la notificación nos está demandando por incumplimiento del contrato.-¿De qué incumplimiento está hablando? Si no cerramos el trato. – comenzó a levantar la voz.-Él declara que ya estaba todo casi cerrado, pero al usted suplan
Adrian salió de la oficina de Daniel hecho una fiera y con ganas de romper todo a su paso. Sentía la mirada curiosa de todos los empleados mientras caminaba por el hall. -¡¿Qué me ven?!- gritó furioso, sintiéndose el payaso de un circo. La gente volteó hacia el lado contrario fingiendo hacer sus tareas y que no lo habían estado mirando como unos malditos chismosos. Adrian salió a la calle, sintiendo que las luces del día y los ruidos lo abrumaron, necesitaba salir de allí cuanto antes. Se sentía humillado, no tendría que haber confrontado a Daniel, ahora se sentía un estúpido y lo peor de todo, es que de todas maneras tendría que ir a juicio con ese hombre. El dinero en sí no le importaba del todo, lo que le molestara es que fuera Johnson, porque si hubiera sido cualquier otra persona, no hubiese hecho el escándalo de recién. Ese hombre era como una piedra en su zapato, como una pestaña dentro de su ojo. ¡Cómo una sanguijuela que le succionaba la sangre y la vitalidad! Aún no le
-¡¿Pero qué mierda?!- gritó Emilia desconcertada, sin percatarse que había dicho una mala palabra frente a su niño. Pero es que estaba en shock, no podía creer lo que estaba viendo frente a sus ojos- ¿Jennifer?- dijo con la quijada hasta el suelo.La mujer joven, quien había sido niñera de su hijo, en quien no había confiado, porque su intuición se lo había gritado, pero ella no había sido capaz de escucharla y de ver la verdad, caminaba contoneándose como toda una diva hacia el coche de Daniel.Daniel, quien le había dicho con mucha seguridad, que esa mujer había sido niñera de compañeros suyos y que era toda una profesional, bajó la ventanilla del lado del copiloto.“En realidad es una maldita zorra” Pensó en su mente, sintiendo las náuseas subir hasta su garganta, al recordar cómo Daniel la había convencido de que se quede con su niño.De cómo esa mujer se había quedado en su casa. ¡Donde vivía con su familia!“Maldita descarada” Pensó sin poder creer que se hubiera animado a llega
Daniel entró con el coche dentro del hotel, estacionando en la playa de estacionamiento del mismo.-Hace un rato me llamó mi esposa ¿Puedes creerlo?- exclamó riendo divertido, restándole importancia.Jennifer se giró hacia su amante con expresión de terror en su rostro.-¿Qué?- preguntó indiferente el hombre, al ver el rostro de su amante- No te preocupes no le dije de lo nuestro.-Es obvio que tu esposa sospecha algo, ¿No te das cuenta?- dijo poniendo los ojos en blanco y sin poder creer que Daniel no se diera cuenta.-¿Quién? ¿Emilia?- rió divertido- Mi esposa no se da cuenta de nada, solo piensa en el niño.-Aun así… es mujer, nosotras tenemos un sexto sentido con estas cosas- exclamó cruzándose de brazos.-¿Qué estás insinuando Jenni? ¿Qué ya no quieres seguir más con esto?- preguntó ahora sí preocupado.-No es eso, es solo que deberías ser más precavido, no quiero una esposa resentida siguiéndome los pasos para matarme.-Tranquila mi amor, entremos, que te he extrañado todos esto
Emilia estuvo a punto de tocar la puerta del cuarto del motel, pero se detuvo a mitad de camino.“¿Qué estoy haciendo? ¿Acaso quiero darles ventaja?” se dijo así misma, alejando el puño de la puerta y tomando el pomo, girándolo lentamente. Para su suerte, la puerta estaba sin llave.Respiró hondo y exhaló antes de abrir con mucho cuidado la puerta, para que su esposo y su amante no se percataran de su presencia.Quería agarrarlos desprevenidos, quería ver las expresiones de sus rostros y grabarlas en sus retinas como una fotografía.La puerta se abrió y rechinó por lo oxidada que estaba, y tuvo que detenerse a mitad de camino. Contuvo el aire en sus pulmones y cerró fuerte los ojos, rezando que no la hayan escuchado.Pero no, no lo habían hecho, los gemidos aún seguían sin detenerse y cada vez más fuertes, opacando cualquier otro ruido.Terminó de abrir la puerta y entró con sigilo, cerrando detrás de sí con mucho cuidado.Cuando se dio vuelta hacia la cama, la encontró vacía y sin un
Daniel estaba petrificado en el agua, mirando como su esposa amenazaba a su amante, jamás la había visto así, y menos había imaginado que ella podría descubrirlo, había estado tan concentrada en Noah, que la creía incapaz de ver más allá de las necesidades del niño que ocupaba toda su atención. Daniel había pensado que ni siquiera vería su aventura extramatrimonial, aunque la tuviera delante de sus ojos.Que equivocado había estado.Mientras Emilia intimidaba a Jennifer con su mirada mientras su amante levantaba su ropa del suelo, evidencia del deseo y desenfreno de los amantes, Daniel se levantó del agua, tapando su entrepierna con sus manos, completamente desnudo y empapado. Necesitaba llegar a su ropa, no sabía cuál iba a ser el próximo movimiento de Emilia, pero tenía miedo que lo sacara a patadas desnudo de la habitación.Salió del Jacuzzi con mucho cuidado de no resbalarse, justo cuando Jennifer salió de la habitación y su esposa se giró hacia él, mirándolo directamente a los oj
-¡No se vaya! ¡Espere! ¡Por favor!-Mientras Daniel observaba cómo su esposa hacía un escándalo en la calle, persiguiendo en vano al taxista, el hombre aprovechó que le dio la espalda y metió en el asiento trasero de su coche a su hijo, en su silla especial, colocándole el cinturón en cruz para que no se moviera. -Tu quédate aquí ¿Si? Sé un buen niño- ordenó y luego cerró la puerta del coche, dejando a Noah solo dentro. Daniel vio como el taxi desaparecía en la esquina y sonrió. “Más le valía que no intentara llevarse a mi esposa” Pensó satisfecho el hombre, sabiendo que no le importaría molerlo a golpes si se hubiese metido entre él y Emilia. -Vamos Emilia, ya deja de hacer escándalo y entra al coche- ordenó el hombre. Emilia se giró hacia Daniel y se dio cuenta que su niño ya no estaba en sus brazos. Miró a través de la ventana del coche y lo encontró dentro, mirándola a través del vidrio, con su carita asustada. Emilia se abalanzó hacia el coche, pero Daniel la sostuvo de la
-Quizás si fueras un poco más como él, podría realmente preocuparme por tí- sentenció subiendo las escaleras.“¿Cómo se atreve?”“¿De dónde saca el coraje para hablarme así y compararme con ese idiota?” pensó furioso a sus adentros, viendo todo rojo, sintiendo que la ira salía por sus poros.Caminó con paso pesado, casi haciendo agujeros en el suelo por la fuerza de sus pisadas, dirigiéndose escaleras arriba para confrontar a su esposa, obligarla a que se retractara.Justo cuando sonó su celular, haciendo que volviera en sí, que la ira se disipara.Por el momento lo voy a dejar pasar- Murmuró tomando el celular de su bolsillo, miró la pantalla iluminada con la llamada entrante que decía:“Gerente general”“Mierda, la próxima vez voy a tener que ser más astuto con el nombre” Pensó.Miró escaleras arriba, Emilia ya no se veía en el panorama. Se escuchó una puerta cerrarse con fuerza, se había encerrado en una de las habitaciones y el hombre estaba seguro de que no saldría por un largo t