-No necesito que me lleves, David- exclamó Emilia mientras preparaba a su niño para ir a la casa de su jefe.- Ya deberías estar en la oficina a esta hora.-Le voy a decir a uno de mis hombres que te lleve entonces- sentenció ignorando a su esposa, mientras enviaba un mensaje a unos de sus empleados.La joven azabache puso los ojos en blanco y no protestó más, era como discutir con una pared, su esposo podía ser cabeza dura si se lo proponía.Emilia esperó a que su coche con chofer privado llegara a la entrada de su casa.Subió junto a su niño en la parte trasera, le colocó el cinturón de seguridad, Daniel se asomó por la ventanilla baja y besó los labios de su esposa.-Cuídate ¿Si? - exclamó con dulzura.A veces su esposo dejaba su máscara de tipo duro y gruñón y decía cosas como esas que a Emilia tanto le gustaban.La joven sonrió y le devolvió el beso.-Cualquier cosa llámame.-Está bien- exclamó más tranquila, pensando que las cosas serían más fáciles entre ellos si el hombre fuera
-¿V-Valentina?-Hola Adrian, tanto tiempo sin verte.El joven CEO se quedó congelado en su lugar, observando a la mujer que lo miraba sonriente a unos metros.-¿Qué sucede? Tienes cara de que hubieses visto un fantasma.- dijo divertida.“Es que estoy viendo un fantasma, un fantasma de mi pasado, con el que creí no cruzarme nunca más”Adrian observó a la mujer sonriente, ahora que volvía a encontrarse con su antiguo amor, luego de muchos años, el parecido con Emilia era realmente desconcertante.La mujer que tenía en frente, a diferencia de su niñera, tenía el cabello rojo como el fuego, que caía a los costado de su rostro hasta su cintura en bucles perfectamente formados, su piel también era blanquecina como la de Emilia, pero de un tono más dorado, como si hubiese viajado a lugares caribeños y exóticos. Su mirada era celeste como la de su joven empleada, pero su expresión era muy diferente, sus ojos como el cielo distaban mucho de ese aura tierno e inocente que tenía la mirada de Emi
-No me digas que te olvidaste de mí.-Jamás podría.Adrian estaba hipnotizado por esa mirada que lo hechizaba de una manera oscura.La mujer curvó hacia arriba sus labios pintados de rojo y se levantó de su asiento caminando en un vaivén de caderas hasta su petrificado ex novio.Se paró en frente de él, se levantó en puntas de pie y besó su mejilla muy cerca de sus labios, justamente en la comisura, de una manera muy peligrosa y dejando el rouge carmesí en la piel bronceada del joven CEO.El beso fue como fuego para el joven, quien volvió a la realidad y sintió su cuerpo arder por esa fuerte presencia, deseando que no se notara. Se movió incómodo en su lugar, pasando su peso de un pie al otro.-No entiendo- comenzó a decir, aun confundido por la presencia fantasmal de Victoria en su vida, luego de tantos años sin saber nada de ella.-¿Qué no entiendes? ¿No puede una chica extrañar a su primer amor y venir a visitarlo?- exclamó fingiendo estar ofendida.-Es que… ¿Realmente es verdad? ¿
Adrian se encontraba manejando su coche en piloto automático, pero no el auto, sino él, porque su mente estaba en otro lado, muy lejos de allí. Cada tanto miraba a la mujer que estaba sentada en el asiento del copiloto, como si necesitara confirmar y reconfirmar que realmente estaba allí y no era un delirio de su mente cansada. Valentina le sonrió, con esa hermosa sonrisa que tan tonto lo había tenido mucho tiempo atrás y Adrian alejó la mirada hacia el frente, sin ser capaz de mantener sus ojos sobre los de ella. -Dime Adrian, ¿Acaso ahora estás tomando el lugar de tu hermano? Tanto que odiabas las responsabilidades- se burló divertida. “No me quedó otra” Pensó recordando el día que se había enterado que su hermano había hecho un testamento que sintió como una mochila en su espalda y que ahora estaba muy alejado de serlo, recordando a su sobrina que todos los días esperaba con ansias su llegada del trabajo. No pudo evitar sonreír al recordar su linda sonrisa que iluminaba su día a
Mientras Emilia y su niño viajaban en el asiento trasero de un taxi con dirección a su hogar, el rostro sonriente de esa mujer que apareció abruptamente en su vida no dejaba de dar vueltas en la cabeza.“Supongo que debo tener una imagen equivocada de Adrian, porque si sale con una mujer así, no debe ser muy diferente a ella” Pensó recordando lo maleducada que había sido frente a los niños.Emilia suspiró y abrazó con fuerza a Noah.Tenía un mal presentimiento de todo eso, si esa mujer iba a formar parte a partir de ahora de su rutina con los niños, no sabía cuánto iba a soportarlo.No es que Emilia realmente le afectara la presencia de la pelirroja mientras hacía su trabajo, ella era una buena profesional como para soportar mucho más que eso, Valentina no le llegaba ni a los talones a su hermanastra Rebecca.Lo que realmente angustiaba a la azabache era el comportamiento de Adrian.¿A partir de ahora iba a esquivarle la mirada y tratarla solo como “La niñera de mi sobrina”?Estaba ta
Adrian subió rápidamente las escaleras, alejándose de Valentina, aún no estaba seguro de cómo sentirse con su presencia rondando por su casa, su cuerpo se sentía sonrojado cada vez que lo mirada con esos ojos celestes penetrantes, pero su cerebro le decía que no era una buena idea.Llegó al cuarto de Emma y tocó la puerta solo por costumbre, porque sabía que la niña no iba a contestarte, aún así quería que supiera que respetaba su privacidad.Se asomó por la puerta antes de entrar por completo.-Permiso cariño- exclamó.Vio que la niña ya estaba acostada en la cama, tapada hasta la cabeza. Eso lo desconcertó, era la primera vez que lo hacía sola y aunque eso lo hubiese emocionado fue todo lo contrario.Caminó hasta la cama y se sentó al borde.-Emma ¿Está todo bien?- preguntó con cuidado.- Sé que no estás durmiendo- le indicó, ya que solo habían pasado unos minutos desde que Emilia le pidió que se lavara los dientes.Adrian pudo ver cómo los pequeños deditos de su sobrina tomaban la p
Emilia se mantuvo sentada en el suelo al lado de la ventana, con la mirada fija hacia afuera, esperando el retorno de Daniel con su niño. No dejó de llorar un segundo, imaginando a Noah nervioso y asustado en la fiesta sin la protección de su madre.Aunque Daniel fuera su padre, Emilia no confiaba en que el hombre tuviera las habilidades necesarias para cuidar al niño por más de 4 horas sin que ella estuviera al lado. Porque su hijo era un niño especial, y por lo tanto necesitaba más cuidados que cualquier otro chico de su edad, necesitaba el 100 por ciento de su atención todo el día y la azabache estaba segura de que su esposo estaría más preocupado de lamerle las botas de los empresarios que ocuparse de las necesidades de su niño.Eran más de las 2 de la mañana cuando vio la luz del coche de Daniel alumbrar el camino hasta la caza. Emilia se levantó de golpe del suelo y casi se cae al sentir el entumecimiento de sus piernas por haber estado tantas horas sentada en la misma posición.
-Tú dices que uso a nuestro hijo para cerrar negocios, pero el idiota de tu jefe es el que realmente lo hace con esa niña que ahora tiene- Emilia lavó los platos del desayuno, ignorando a Daniel- ¡La muerte repentina de su hermano fue un regalo del cielo! ¿No te das cuenta?-Ese hombre solo le dejó deudas a Adrian- exclamó dándole la espalda.-Con que Adrian eh…¿Desde cuándo lo llamas por su nombre y no por “Señor Sinclair?- exclamó acercándole su taza de café sucia a la pileta, usándolo de excusa para estar cerca desu esposa y mirarla a los ojos. Como buscara en sus ojos algo que delatara que ese idiota era su amante.Emilia no quitó su mirada de la esponja y del plato que estaba lavando.-Ey… te estoy hablando- exclamó tomando del brazo a Emilia.La azabache se alejó, y el plato de deslizó de sus dedos, estrellándose contra el suelo en un fuerte estruendo.-Mira lo que hiciste- gruñó la joven agachándose y tomando los pedazos rotos sobre su palma.-No has contestado mi pregunta.- ex