-No me digas que te olvidaste de mí.-Jamás podría.Adrian estaba hipnotizado por esa mirada que lo hechizaba de una manera oscura.La mujer curvó hacia arriba sus labios pintados de rojo y se levantó de su asiento caminando en un vaivén de caderas hasta su petrificado ex novio.Se paró en frente de él, se levantó en puntas de pie y besó su mejilla muy cerca de sus labios, justamente en la comisura, de una manera muy peligrosa y dejando el rouge carmesí en la piel bronceada del joven CEO.El beso fue como fuego para el joven, quien volvió a la realidad y sintió su cuerpo arder por esa fuerte presencia, deseando que no se notara. Se movió incómodo en su lugar, pasando su peso de un pie al otro.-No entiendo- comenzó a decir, aun confundido por la presencia fantasmal de Victoria en su vida, luego de tantos años sin saber nada de ella.-¿Qué no entiendes? ¿No puede una chica extrañar a su primer amor y venir a visitarlo?- exclamó fingiendo estar ofendida.-Es que… ¿Realmente es verdad? ¿
Adrian se encontraba manejando su coche en piloto automático, pero no el auto, sino él, porque su mente estaba en otro lado, muy lejos de allí. Cada tanto miraba a la mujer que estaba sentada en el asiento del copiloto, como si necesitara confirmar y reconfirmar que realmente estaba allí y no era un delirio de su mente cansada. Valentina le sonrió, con esa hermosa sonrisa que tan tonto lo había tenido mucho tiempo atrás y Adrian alejó la mirada hacia el frente, sin ser capaz de mantener sus ojos sobre los de ella. -Dime Adrian, ¿Acaso ahora estás tomando el lugar de tu hermano? Tanto que odiabas las responsabilidades- se burló divertida. “No me quedó otra” Pensó recordando el día que se había enterado que su hermano había hecho un testamento que sintió como una mochila en su espalda y que ahora estaba muy alejado de serlo, recordando a su sobrina que todos los días esperaba con ansias su llegada del trabajo. No pudo evitar sonreír al recordar su linda sonrisa que iluminaba su día a
Mientras Emilia y su niño viajaban en el asiento trasero de un taxi con dirección a su hogar, el rostro sonriente de esa mujer que apareció abruptamente en su vida no dejaba de dar vueltas en la cabeza.“Supongo que debo tener una imagen equivocada de Adrian, porque si sale con una mujer así, no debe ser muy diferente a ella” Pensó recordando lo maleducada que había sido frente a los niños.Emilia suspiró y abrazó con fuerza a Noah.Tenía un mal presentimiento de todo eso, si esa mujer iba a formar parte a partir de ahora de su rutina con los niños, no sabía cuánto iba a soportarlo.No es que Emilia realmente le afectara la presencia de la pelirroja mientras hacía su trabajo, ella era una buena profesional como para soportar mucho más que eso, Valentina no le llegaba ni a los talones a su hermanastra Rebecca.Lo que realmente angustiaba a la azabache era el comportamiento de Adrian.¿A partir de ahora iba a esquivarle la mirada y tratarla solo como “La niñera de mi sobrina”?Estaba ta
Adrian subió rápidamente las escaleras, alejándose de Valentina, aún no estaba seguro de cómo sentirse con su presencia rondando por su casa, su cuerpo se sentía sonrojado cada vez que lo mirada con esos ojos celestes penetrantes, pero su cerebro le decía que no era una buena idea.Llegó al cuarto de Emma y tocó la puerta solo por costumbre, porque sabía que la niña no iba a contestarte, aún así quería que supiera que respetaba su privacidad.Se asomó por la puerta antes de entrar por completo.-Permiso cariño- exclamó.Vio que la niña ya estaba acostada en la cama, tapada hasta la cabeza. Eso lo desconcertó, era la primera vez que lo hacía sola y aunque eso lo hubiese emocionado fue todo lo contrario.Caminó hasta la cama y se sentó al borde.-Emma ¿Está todo bien?- preguntó con cuidado.- Sé que no estás durmiendo- le indicó, ya que solo habían pasado unos minutos desde que Emilia le pidió que se lavara los dientes.Adrian pudo ver cómo los pequeños deditos de su sobrina tomaban la p
Emilia se mantuvo sentada en el suelo al lado de la ventana, con la mirada fija hacia afuera, esperando el retorno de Daniel con su niño. No dejó de llorar un segundo, imaginando a Noah nervioso y asustado en la fiesta sin la protección de su madre.Aunque Daniel fuera su padre, Emilia no confiaba en que el hombre tuviera las habilidades necesarias para cuidar al niño por más de 4 horas sin que ella estuviera al lado. Porque su hijo era un niño especial, y por lo tanto necesitaba más cuidados que cualquier otro chico de su edad, necesitaba el 100 por ciento de su atención todo el día y la azabache estaba segura de que su esposo estaría más preocupado de lamerle las botas de los empresarios que ocuparse de las necesidades de su niño.Eran más de las 2 de la mañana cuando vio la luz del coche de Daniel alumbrar el camino hasta la caza. Emilia se levantó de golpe del suelo y casi se cae al sentir el entumecimiento de sus piernas por haber estado tantas horas sentada en la misma posición.
-Tú dices que uso a nuestro hijo para cerrar negocios, pero el idiota de tu jefe es el que realmente lo hace con esa niña que ahora tiene- Emilia lavó los platos del desayuno, ignorando a Daniel- ¡La muerte repentina de su hermano fue un regalo del cielo! ¿No te das cuenta?-Ese hombre solo le dejó deudas a Adrian- exclamó dándole la espalda.-Con que Adrian eh…¿Desde cuándo lo llamas por su nombre y no por “Señor Sinclair?- exclamó acercándole su taza de café sucia a la pileta, usándolo de excusa para estar cerca desu esposa y mirarla a los ojos. Como buscara en sus ojos algo que delatara que ese idiota era su amante.Emilia no quitó su mirada de la esponja y del plato que estaba lavando.-Ey… te estoy hablando- exclamó tomando del brazo a Emilia.La azabache se alejó, y el plato de deslizó de sus dedos, estrellándose contra el suelo en un fuerte estruendo.-Mira lo que hiciste- gruñó la joven agachándose y tomando los pedazos rotos sobre su palma.-No has contestado mi pregunta.- ex
Adrian salió del balcón y entró corriendo al cuarto.-¿Qué sucede? ¿Quién es a esta hora?- exclamó con fastidio Valentina, viendo cómo el joven no entraba a la cama.Adrian corrió hacia el armario a tomar un cambio de ropa, ignorando a la pelirroja y al timbre que seguía sonando insistentemente.-Daniel, basta- protestó Emilia con su niño en brazos- Quizás se quedó dormido.-Con más razón entonces Emilia, que se despierte el maldito- exclamó mientras continuaba apretando el timbre.-Espera… voy a llamarlo- exclamó seriamente tomando su celular- Ya me estoy empezando a preocupar, quizás pasó algo con Emma.Adrian se estaba poniendo unos pantalones deportivos cuando su celular sonó.-¿Quién es?- dijo la joven, acercándose al teléfono de Adrian que estaba en la mesa de luz. Pero el joven CEO fue más rápido, quitándoselo de sus manos- ¡Ey!El joven miró la pantalla, obviamente era Emilia. Respiró hondo, caminó hasta el baño y se encerró, rogando que su niñera no escuche la voz de Valentin
Adrian vio cómo Emilia le entregaba a Noah a su esposo, para luego entrar a la casa exclamando un “Permiso” como si fuera la primera vez que estaba allí, como si nunca hubiesen sido cercanos ni hubieran experimentado una conexión de amor que Adrian aún no podía descifrar. La azabache subía cabizbaja los escalones hacia la habitación de Emma para despedirse de ella.El joven CEO no podía creer que esa sería la última vez que vería a su niñera especial y ni siquiera podía despedirse bien de ella, ya que estaba bajo la mirada de esas dos personas que comenzaban a estorbarle.Sintió las manos de Valentina rodear su brazo y aferrarse a él con fuerza, como tironeando hacia atrás posesivamente, como si la joven supiera sus intenciones. Adrian se giró hacia la pelirroja encontrándose con una amplia sonrisa de satisfacción. El joven CEO sabía que su ex novia y vieja amiga nunca había sido muy amigable con otras mujeres, no recordaba haber conocido a ninguna de sus amigas, pero realmente le