Habían transcurrido 3 días desde que el Príncipe Lexter y Alondra Richmond, decidieron tomarse unos días para enfriar sus pensamientos y pensar con detenimiento sobre el futuro de su relación; y así había sido, ya que no habían vuelto hablar desde ese día que discutieron de forma tan enérgica, por los celos de Lexter y su ira incontrolable. Sin embargo, el hecho de que no hayan vuelto hablar, no significa que el Príncipe Lexter no estuviera pendiente de sus necesidades, ya que el día que fue trasladada a una habitación particular, él dispuso que le acondicionaran una habitación que tuviera muy buena iluminación y ventilación, un aposento que tuviese una vista maravillosa, en donde se sintiera cómoda y tranquila.Él por su parte, todos los días iba a verla por un par de minutos, le preguntaba cómo se sentía, si necesitaba algo en especial, a lo que ella siempre respondía que estaba bien. No obstante, cada vez que Alondra veía como Lexter le hacía visitas cortas de forma cordial, para l
Al día siguiente, Alondra Richmond despertó con una radiante sonrisa en el rostro, la cual iluminó toda la habitación. —No sabes lo feliz que me siento, al verte sonreír de forma tan radiante. —dijo la señora Kim sonriendo. —¡Señora Kim! ¡No sabe cuanto me alegra verla! —respondió Alondra alegre—. Dígame, ¿Cómo están hoy las chicas? Supe que ellas tendrán una participación activa en el recibimiento Real el día de hoy. —Así es, el Príncipe Lexter les ha dado a cada una, asignaciones específicas, para que puedan realizarlas. Y están muy contentas, sobre todo, porque se sienten útiles. —le respondió la señora Kim. —¡Cuánto me hubiese gustado ayudarlas hoy! —dijo la señorita Richmond un poco triste. —Nada de tristezas señorita. Sé que quisieras ser de ayuda para nosotros, pero la mejor forma de ayudarnos es descansando para que te recuperes pronto. El Príncipe Lexter se volvería loco si te ocurriera algo más. Para él, tú eres una persona muy valiosa e importante. —le dijo la señora Ki
Una hora después del encuentro entre la pareja, en el que a Alondra le quedó claro el amor que el Príncipe sentía por ella, el Reino de Gales recibía a sus primeros invitados, quienes eran los tres mejores amigos del Príncipe heredero: Gerard Sheffield. Duque de Castleton, Dedrick Buttler. Duque de Bristol y Marcus Shephard. Duque de Aberdeen.—¡Excelencias! ¡Que alegría me da tenerlos aquí! —dijo el Príncipe Lexter, mientras les daba un afectuoso abrazo a cada uno de sus amigos.—¡Alteza Real! Estamos tan contentos de estar con usted y con toda la familia Real. Muchísimas gracias por recibirnos. —dijo el Duque de Castleton.—No más que yo, créanme. Pero, ya tendremos tiempo para hablar y ponernos al día. Sean bienvenidos a la Corte. —les respondió Lexter.—Gracias amigo mío. Por cierto, ¿Cómo ha estado la señorita Richmond? ¿Se ha recuperado? —le preguntó su amigo Dedrick Buttler.—Ella está recuperándose poco a poco. Y respondiendo tu pregunta, Alondra está hermosa, muy hermosa, alg
Actualidad—No puedo creer que una persona pueda intentar chantajear a otra, utilizando algo tan delicado. —dijo la periodista Aisha.—Cuando el Príncipe me lo comentó, yo tampoco lo podía creer, sobre todo, porque se supone que ambos eran amigos y que además, habían compartido una relación sentimental. —le respondió Alondra a la periodista.—Es por este motivo que cuando usted hizo mención de la Princesa Young-mi, yo me sentí incómodo, ya que lo cierto es que ella ya no me tiene tanta estima, desde ese día, digamos que rompimos toda relación amistosa entre ambos. —dijo Lexter a la periodista.—¿Podría decirnos qué ocurrió con la Princesa? —dijo Aisha Brown.—Digamos que tuve que decirle ciertas verdades incómodas, las cuales merecían ser dichas. Cuando ella me quiso chantajear, yo… —dijo el Príncipe heredero, mientras proseguía con el relato de lo sucedido.Inicio del flashback: un año antes—¿De verdad tú pretendes chantajearme con esto? —le preguntó Lexter de forma fría.—Yo no te
Inicio de flashback.—¿De verdad exiliaste hacia otro país a tu propia hermana? No puedo creer que le hayas hecho eso a tu propia familia. —le preguntó la Princesa Young.—Pues créelo, así que no dudes que si me desafías, sufrirás las peores consecuencias, ¿Me entendiste? Ahora si me disculpas, tengo que recibir a mis invitados. Que estés bien. —le respondió Lexter de forma fría y acto seguido, la dejó sola con una furia ascendente. —Se dijo a si misma la Princesa Young-mi, sintiéndose muy furiosa.Mientras esto ocurría, en la habitación donde se encontraba Alondra, el doctor Hamilton estaba examinándola con detenimiento, mientras ella estaba acostada.—¿Cómo me encuentro doctor Calem? —le preguntó Alondra.—Tienes el pulso más estable, pero aún la respiración se encuentra algo errática, te colocaré una inyección que relajara tus vías respiratorias y les dará estabilidad al oxígeno que entre por tus pulmones. ¿Cómo te sientes? —le dijo Calem con suavidad.—Me siento tranquila a pe
—¿De qué estás hablando? Además, ¿En qué te afecta el que esté o no enamorado de una Alondra? No deberías escuchar conversaciones ajenas. —le dijo Calem a la persona que le habló.—¡Ay no que desconsiderada soy! Y esto me afecta, porque tú no estás en el palacio para hacerle la corte a esa tonta, ya que, al igual que yo, tú estás aquí para informarles a nuestros jefes, sobre todo lo que ocurra con la señorita en cuestión. Recuerda que para ellos, Alondra es su boleto de regreso a la Corte, el cual utilizarán muy pronto, así que no lo eches a perder. —le respondió esa persona.—¿Sabes lo que pienso? Que estás muy celosa de Alondra, por la razón de que tú, ni haciéndote pasar por una Dojagi natural y no creada en un laboratorio, como realmente ocurrió, has logrado ganarte el cariño y el aprecio de los habitantes de este palacio, sobre todo, el del Príncipe Seong-Jin, a diferencia de la señorita Richmond que ha cautivado por completo el corazón del futuro Rey de Gales, sin tener que fing
—¿Qué tonterías estás diciendo Young-mi? ¿Cómo que el Príncipe Lexter y una Dojagi de palacio, tienen un romance prohibido? Eso es un delito y lo sabes. —le dijo el Rey Hwan a su hija.—Sé que una relación entre una Dojagi y un miembro tan importante de la Realeza es un crimen, pero es verdad lo que estoy diciendo. El Príncipe heredero de Gales y una Dojagi de este palacio, mantienen una relación amorosa. —respondió Young-mi con arrogancia.—¿Acaso tienes pruebas de lo que me estás acusando? —le refutó Lexter.—Si las tengo. —le respondió ella.—Entonces muéstralas ya mismo, ¿Qué esperas? Me encantaría verlas. —le respondió Lexter con rabia contenida.—Yo… bueno… no las tengo conmigo, pero… —dijo Young-mi nerviosa, pero fue interrumpida por la Reina de Gales, quien le dijo:—Me parece un descaro de su parte, venir a nuestro hogar y presentar una acusación tan absurda como esa, en contra del futuro Rey de nuestra nación. Usted no tiene ni idea en el problema tan grande en el que se ha
—¡Baje el arma Alteza, porque no voy a permitir que usted lastime a mi hija, por lo que si llega a dispararle, le doy mi palabra que tendrán que matarme primero, para que yo no haga nada al respecto. —le dijo Lord Richmond apuntando a la Princesa Almendra con decisión.—Padre por favor, no lo hagas. No intervengas en esto. ¡Alteza! ¡Basta ya! Por favor hablemos. —dijo Alondra con voz agitada.—¡Que te calles te dije! —le dijo Almendra golpeándole la cabeza con el arma— Y usted a mi no me amenaza, Lord Richmond. Usted no es más que… —Almendra no pudo seguir hablando, porque Lexter disparó su arma muy cerca de ella, lo que la silenció de inmediato.—Si no sueltas el arma ya mismo, el próximo disparo irá a tu cabeza. —le gritó Lexter furioso, lo que llenó de miedo a su hermana y la impulsó a soltar el arma, siendo detenida al instante.Al ser detenida, Almendra sólo lloró sin consuelo alguno, pues sabía el problema tan grande que tenía, el que ella misma había ocasionado. Entretanto, el